Ahí estuve
Crónica de uno de los últimos shows de una banda histórica del reggae local
"Vamos gente, una firma para la banda. Tomen un minuto para dejarles un mensajeu201d. Con esa frase, cuatro muchachos con remeras de Abuela Coca invitaban al público a firmar una bandera en la esquina de Maciel y la Rambla 25 de Agosto, a metros de la entrada de la Sala del Museo, donde este fin de semana, la banda pionera del reggae local dio su despedida.
Tras 27 años tocando, el grupo liderado por Alfredo u201cCholeu201d Gianotti se despidió con una doble fecha con entradas agotadas, que se vivió con la habitual intensidad y alegría de los u201ctucosu201d, como llaman los fanáticos a los recitales de esta banda, pero también con un obvio dejo de tristeza. En principio, la del sábado estaba anunciada como la única oportunidad para una despedida, pero las entradas se agotaron en poco tiempo y se sumó una segunda fecha, que tampoco alcanzó y dejó la sensación de que el salón para este adiós podría haber sido más grande.
Es que Abuela Coca surgió en 1991 y con el paso del tiempo se convirtió en una referencia en cuanto al reggae y al ska en Uruguay; se consolidó como grande en el rubro, e hizo carrera en el exterior: Alemania, Bélgica, Suiza, Cuba y otros países fueron visitados por la Abuela. A ese camino nunca dejaron de sumarse seguidores.
El sábado, pasaban algunos minutos de las 20:30, hora anunciada para la apertura de puertas, y una fila de más de dos cuadras esperaba para entrar. u201cSuyos de la noche a la mañana y eternamente agradecidos. Desde 1991 hasta la eternidadu201d, decía la bandera de casi cinco metros que estaba desplegada en el suelo, en la que invitaban a dejar un saludo final.
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El leve viento transformó una noche de verano en una más otoñal y fresca, pero el clima del exterior cambiaba rotundamente al poner un pie adentro de la Sala del Museo: el calor era agobiante y fue creciendo con el paso de los temas.
u201cEl artesanou201d fue el primero de una larga lista, en la que se repasaron los seis discos de estudio de la banda. Tanto jóvenes que conocieron al grupo en su adolescencia, como adultos que la acompañaron en todo el proceso, bailaron con canciones de todas las épocas, desde el u201cRap del resbalónu201d o u201cCotorrau201d, de su primer disco, hasta u201cPatotero silenciosou201d, de las últimas canciones publicada por la banda.
Luego de un enérgico comienzo, hubo una seguidilla que puso al público bien arriba. u201cAfoxeu201d llevó a todos a bailar, y continuaron haciéndolo con u201cH2Ou201d y u201cEl ritmo del barriou201d. u201cA eso voyu201d bajó las pulsaciones, aunque ese estado duró muy poco ya que la banda arremetió rápido con u201cTemplou201d y u201cCuro mis heridasu201d. Y mediando el show estuvo uno de los puntos altos de la noche, cuando en el final de u201cDe allá abajou201d, una cuerda de tambores subió al escenario y puso a toda la sala a bailar candombe.
La sensación que transmitieron los músicos desde el escenario fue, siempre, de disfrute y de festejo. Gonzalo Brown, fiel a su costumbre, ofició de animador y arengó a la gente constantemente. El público respondió y, aprovechando que era el último encuentro, también dio su despedida. Brown recibió una remera que se puso durante algunos temas, y extendió la bandera con las firmas que todos habían dejado en la previa.
u201cDesde el 92 venimos dando calor a Montevideou201d, dijo Brown ya sin remera, poco antes de la primera falsa despedida, tras tocar u201cMambrúu201d. Luego de unos minutos fuera del escenario los músicos volvieron, pero tras tres temas se despidieron, y esa parecía la definitiva.
u201cLa Abuela no se vau201d, coreó su gente, por lo que volvieron para dar un cierre. u201cRobertou201d fue la primera canción y luego vino u201cSanta Soledadu201d, un cierre usual en los toques de Abuela Coca, pero con detalles inesperados: primero Brown y luego u201cCholeu201d saltaron al público para recibir palmadas y abrazos, los abrazos de despedida tras 27 años de cariño y de música.
La Abuela Coca en buena compañía
Además del público, los integrantes de Abuela Coca estuvieron acompañados por varios colegas en las dos noches. Músicos de Cuatro Pesos de Propina y de Once Tiros, entre otras bandas uruguayas, estuvieron en la despedida. Incluso el cantante de Once Tiros, Pablo Silvera, estuvo sobre el escenario durante u201cSanta Soledadu201d, último tema en el concierto del domingo.