Alex Ubago atraviesa un momento bisagra. Luego de haberse embarcado en el proyecto de celebración de sus 20 años de carrera con un disco de reversiones con invitados y una gira que recorrió unos cuantos puntos de Latinoamérica y Europa, está listo para dar su siguiente paso. Se titula Galerna y se trata de un disco de 10 canciones en el que presenta dos maneras bien distintas de abordar su música. El álbum, el primero de canciones inéditas desde 2017, se publicará el viernes 18 de octubre y ya tiene varios prometedores adelantos como “Siete mares”, “Idiota” y “No volveré a pensar en ti”.

Las tres se escucharán esta noche en la Sala Zitarrosa, donde Ubago actuará por segunda vez en su carrera y con entradas agotadas. Debutó en el recinto en noviembre del año pasado, y si bien este nuevo concierto también se enmarca en la gira 20 años, tendrá novedades: en el primero actuó en formato de trío; ahora vendrá con banda completa. “Quiero presentar un concierto distinto”, le dice a El País a través de una videollamada. “Si bien sigue siendo un viaje por la canciones más importantes de mi carrera, también presento las nueva canciones y cambio otras del repertorio. Además, la banda le da otro sonido a los temas en directo”, asegura.

El concierto del año pasado en Montevideo fue un capítulo clave en la relación del cantante de “Aunque no te pueda ver”, “Sin miedo a nada” y “A gritos de esperanza” con Uruguay. Fue la coronación de la cercanía que había generado en 2022 con su participación en La Voz Kids, de Canal 10, en la que se desempeñó como coach junto a Agustín Casanova, Valeria Lynch y Ruben y Julieta Rada. Por si fuese poco, aquí entabló amistad con Lucas Sugo y con él grabó “Cuando te veo marchar”, y además filmó el videoclip de “Te tocaba a ti llorar”, su colaboración con el dúo Escarlata.

En la previa del concierto, va un resumen de este diálogo con Ubago.

—Galerna, tu inminente nuevo disco, se divide en dos búsquedas musicales: la primera apuesta por un sonido actual, y la segunda por un abordaje más clásico y cercano a la balada. ¿Cuál fue el punto de partida de su concepto?

—Surgió por un proceso de experimentación en el que he tratado de buscar en algunas canciones un sonido renovado, y en eso tienen mucha culpa los productores con los que he trabajado en el disco. Este es el primer disco de mi carrera en el que trabajo con diferentes productores, y eso se ve en el resultado. Cuando estaba trabajando en el disco no he ido buscando un concepto, simplemente me dejé llevar. Finalmente, elegí 10 canciones y mientras estaba dándole vueltas al orden y pensando en cómo presentarlas, me di cuenta de que había dos mundos diferenciados: en cinco había un carácter más experimental y electrónico, y en las otras cinco otro más orgánico y cercano a la balada. Entones pensé que hace tiempo venía dándole vueltas a la idea de titular el disco Galerna, que es una especie de tormenta de verano típica de mi tierra, y me di cuenta de que estas canciones son una tormenta de sentimientos. La primera parte es esa galerna que propone un cambio bastante fuerte respecto a lo que he hecho anteriormente, y la segunda sería un poco a la calma que sucede a la tormenta.

—Y aunque en lo musical hay dos facetas claras, ¿notás algún elemento o abordaje en las letras que funcione como puente entre las 10 canciones?

—En realidad no hay otra razón a la hora de la selección que simplemente son las que más me gustan y más emocionan. Me he pasado muchos meses con una playlist de al menos 60 canciones en mi teléfono, que he ido reduciendo. Cuando quedó una selección de 30, la compartí con todo mi equipo, y entre todos fuimos haciendo nuestra selección de 15. Luego, al ir al gimnasio o pasear a mi perrita, escuchaba las canciones. Algunas me cansaban con el tiempo, mientras que otras me encantaron. Así terminé decidiendo que fueran estas 10; la verdad es, entonces, que el motivo es intuitivo y supervisceral.

—Tu relación con Uruguay creció muchísimo en los últimos años, y tu trabajo en La Voz Kids ha sido fundamental en ese camino. ¿Qué es lo que más celebrás de esa experiencia?

—Fue algo buenísimo porque, si bien siempre ha habido una relación con el público uruguayo que ha escuchado mi canciones desde que empecé, es cierto que hacía bastante que no iba por allí. Entonces, la oportunidad de hacer La Voz Kids me acercó mucho a la gente.

—¿Cuándo notaste ese cambio?

—Me pasó algo muy significativo porque cuando llegué a Uruguay para hacer las primeras conversaciones con Canal 10 para cerrar mi participación como coach en el programa, yo caminaba por las calles y no mucha gente me reconocía; pasaba bastante desapercibido en Montevideo. Cuando terminamos de grabar la primera parte, yo me volví a España y unos cuantos programas se emitieron en diferido. La Voz Kids ya estaba por la mitad cuando volví para seguir filmando, fue impactante ver la respuesta de la gente en la calle; es el poder que tiene la televisión. La Voz Kids fue un regalo, y ahora trato de que no se pierda otra vez mi relación con el público uruguayo.