AFP
Andrés Calamaro, un pilar del rock hispanoamericano de las últimas cuatro décadas, cree que el género se está “volviendo a poner de moda” gracias a una dinámica que le permite inspirar a nuevos artistas y al mismo tiempo aprender de ellos.
“El rock en español está pasando por un momento extrañamente bueno y positivo porque se está volviendo a poner de moda y en algunos lugares, en algunos casos, se está poniendo de moda casi por primera vez”, sostiene el cantautor.
El creador e intérprete de himnos del género como “Mil Horas”, de su etapa con Los Abuelos de la Nada, o “Loco”, ya en solitario, considera que los rockeros deben “asumir su responsabilidad” de ser inspiración de artistas, diversos y disímiles, y al mismo tiempo retroalimentarse de ellos.
“Es un aprendizaje para los rockeros, que en la salsa, que en la ranchera (...) o al fondo de una botella de tequila o en un bolero, también hay mucha sustancia de la que podemos aprender”, afirma el artista de 62 años, que tiene shows previstos en varias ciudades latinoamericanas y Estados Unidos para septiembre y octubre.
Calamaro pone como ejemplo la actual escena musical argentina, donde existe una relación de “amistad, interacción y colaboración” con músicos menores de 30 años de géneros urbanos como el trap o el hiphop, que aprecian a quienes “hacemos la vieja escuela”.
“No es un mal momento para el rocanrol, una vez más ha demostrado saber resucitar”, asegura el exvocalista de la banda hispano-argentina Los Rodríguez y ganador de tres premios Grammy Latinos.
Con una extensa carrera, que se remonta a finales de los años 1970, Calamaro afirma que “jamás” ha pensado en volver a grabar sus obras del pasado, siguiendo los pasos de artistas como Fito Páez.
Este último amplió los alcances comerciales de su disco más exitoso, El amor después del amor (1992), con una gira continental por su 30 aniversario, la grabación de una nueva versión del álbum a dúo con otros artistas y hasta una serie biográfica en Netflix.
“No me parece totalmente mala idea, pero soy muy orgulloso como para grabar un disco de nuevo”, dice.
“Y no me preguntes por una serie en Netflix porque ya me excede, voy a volver cansado a casa sólo de pensarlo”, agrega bromeando.
Gran conversador y provocador, Calamaro ha sido blanco de críticas de sectores progresistas que rechazan su abierta defensa de las corridas de toros o su simpatía por algunos planteos del partido español de extrema derecha Vox.
“Para eso está el rocanrol también, para ofender y gustar también a los bienpensantes”, reflexiona.
En ese tenor, Calamaro se refiere a Javier Milei, la gran sorpresa de la escena política argentina, al convertirse este mes en el candidato más votado en las elecciones primarias de ese país, antesala de las presidenciales de octubre.
“Milei se presenta como un anarcocapitalista y eso suena bien. Me identifico con lo anarcocapitalista”, dice, al tiempo que lo califica como un “enigma” por ser ajeno a la tradición de la política argentina.
Milei aparece como alguien que ofrece un cambio ante la “espiral de pobreza, violencia y miseria” que vive Argentina, opina Calamaro.
“Evidentemente, millones de personas van a pensar que el cambio por el cambio en sí mismo puede ser interesante o puede ofrecer algo parecido a la esperanza”, añade.
La semana pasada, populares músicos argentinos como la estrella pop Lali Espósito y los raperos Trueno y Ca7riel llamaron a sus seguidores a reflexionar sobre el avance de Milei, que propone eliminar la salud y la educación gratuitas, entre otros derechos.