Fue parte de varios discos clásicos de la música rioplatense, está radicado en Estados Unidos desde hace décadas y ahora va a cumplir un sueño que le parecía inalcanzable. José Pedro Beledo, uno de los guitarristas uruguayos más sobresalientes de su generación, llegará mañana al Teatro Solís para participar en el concierto tributo al grupo Siddhartha, que la Orquesta Filarmónica de Montevideo presentará bajo la dirección de Nacho Algorta.
El espectáculo, que promete fusionar jazz, rock y música sinfónica, también rendirá homenaje al bajista Artigas Silvestro, líder de Siddhartha, quien falleció el año pasado. En su rol estará Leo Silvestro, su hijo, lo que le brindará un toque aún más significativo al concierto. La función iniciará a las 21.00, y las entradas se venden en Tickantel, con precios que van de 390 a 590 pesos.
Beledo, que creció escuchando a grupos como Weather Report, Gentle Giant y Soft Machine, se ríe mientras habla de lo improbable que sonaba pensar en un concierto de estas características. “Aquel Beledo joven soñaba despierto con algo así, pero sin que hubiera posibilidad de concretarlo”, le comenta a El País. “Lo que pasa es que nosotros estábamos buscado algo utópico, que era tratar de encontrar la popularidad en una música que, digamos, era extremadamente cultural pero difícil para el público en general. Así que estamos orgullosos de poder llegar al templo de la cultura uruguaya, que es el Teatro Solís, y todavía presentarnos con la orquesta”.
El concierto, entonces, también será un acto de justicia para el grupo de jazz fusión que nació a finales de los setenta en un Montevideo en el que el movimiento del canto popular uruguayo era la banda sonora de una época oscura. Si bien Siddhartha pasó por festivales y tocó en escenarios de la capital como el Anglo, la Alianza Francesa y el Teatro Stella, Beledo cuenta que la banda no logró el apoyo de ningún sello como para poder grabar un disco.
El único registro que sobrevive de aquella época es un álbum grabado en vivo en 1982 en el teatro Millington Drake, que se encuentra en Bandcamp. Fue gracias a ese álbum y a unas partituras que Beledo guardó en una carpeta durante 40 años, que se pudo trabajar en los arreglos para el concierto de mañana. Tardó unas décadas, pero su visión de archivista dio frutos.
La nueva visita del guitarrista a Montevideo es, además, una buena excusa para repasar una carrera repleta de aventuras musicales. Una de las primeras experiencias ocurrió en Argentina, gracias a Osvaldo Fattoruso. Era 1983 y el baterista estaba a punto de producir el disco Unidad, de Miguel Cantilo. Beledo sentía que no le quedaba mucho por hacer en Montevideo, y cuando se lo comentó al hermano de Hugo Fattoruso, él lo invitó a grabar en el álbum del cantante del dúo Pedro y Pablo.
Ese trabajo marcó el inicio de una etapa con proyectos repartidos en ambas orillas del Río de la Plata. En Argentina repitió la experiencia con Cantilo en Mateína y le produjo el disco debut a su hermana mayor, María José Cantilo; grabó en Siempre estaré, de David Lebón, y hasta salió de gira con ZAS, el icónico grupo liderado por Miguel Mateos.
La fugaz experiencia surgió de casualidad. Mientras trabajaba con Osvaldo Fattoruso en los arreglos de Unidad, en ese estudio porteño también pasó Miguel Mateos y ZAS. En ese momento, el guitarrista Pablo Guyot estaba por dejar la banda para fomar G.I.T. —el trío de “Es por amor”— y Mateos invitó a Beledo a salir de gira con ellos. Mientras tanto, seguía trabajando con Cantilo.
En Uruguay, el músico —que ya había dejado Siddhartha— trabajó en varios proyectos. Por ejemplo, le puso su sello a “Nunca fuiste al cine”, una de las joyas del Mediocampo, de Jaime Roos. En ese tema de 1984 donde el candombe-beat se fusiona con la influencia de The Police, Beledo ofrece un solo de guitarra inspirado en el sonido de Allan Holdsworth, uno de sus ídolos musicales. “Me encantó cómo quedó”, dice sobre aquella experiencia.
Al año siguiente, en 1985, lanzó su debut solista con Escape, un disco grabado junto a Popo y Miguel Romano. La revelación del álbum es “Verano en Nueva Inglaterra”, que cuenta con la participación de Pedro Aznar. Con el argentino, que en ese momento se desempeñaba como bajista de Pat Metheny Group, luego saldría de gira y sería parte de su disco Fotos de Tokyo (1986).
La agenda de Beledo estaba cargada por aquellos años. Sin embargo, no se sentía pleno. “Había hecho de todo y también daba clases de guitarra, pero no pasaba nada”, relata. “Me siento orgulloso de esa época, y el trabajo en el estudio me encantaba, pero las tablas eran lo mío. Fue en ese momento que decidí tratar de pelearla en Estados Unidos”.
La decisión coincidió con uno de los momentos más altos de su carrera: el reencuentro con OPA en el Teatro de Verano. En aquel show de octubre de 1987 —que quedó inmortalizado en el disco En vivo—, Beledo tocó junto a los hermanos Fattoruso, Ringo Thielmann y Ruben Rada en un concierto histórico. Allí también tocó el trompetista estadounidense Gary “El Búho” Gazzaway, quien fue el que terminó de convencer a Beledo. “Primero estuve en Miami, y luego me fui a Nashville con Gary para tocar en un grupo de latin-jazz que tenía. Estuve con él cuatro meses y luego me fui a Los Ángeles”.
Un tiempo después, y ya en Nueva York, se reencontró con sus raíces uruguayas cuando trabajó en los dos volúmenes del proyecto Montevideo, lanzado en 1996, con el que el productor Neil Weiss presentó a Rada en la escena estadounidense. “Yo hice la pre-producción del disco antes de que llegara Rada, y fue ahí donde conocí a Carole Moore, que luego sería mi esposa”, comenta. “Ella le insistió a Neil para que escuchara a Rada e hiciera el disco, y en ese momento nos enganchamos. Hace días cumplimos 29 años de casados”.
Desde entonces, el currículum de Beledo sumó unas cuantas experiencias variadas. Fue parte del proyecto Tropical Tribute to the Beatles, encabezado por Celia Cruz y Tito Puente; grabó en In Front Of My Eyes, del bajista sudafricano Bakithi Kumalo; y produjo la joya Candombe en Nueva York, de Alma y Vida. Siguió, además, con su obra solista y publicó excelentes discos como Lejanas serranías, Montevideo Jazz Dreams y Seriously Deep, que cuenta con la participación de Tony Levin. Su más reciente trabajo es Realidad o superstición, registrado bajo la firma de Beledo & ArtoNumen, que presentará el sábado 9 de marzo en Ducon.
Antes llegará el concierto de mañana junto a la Filarmónica, que será todo un acontecimiento en su carrera. “Me acuerdo de que con Siddhartha una vez hicimos un concierto en el Teatro Stella al que, por su concurrencia, Artigas siempre lo llamó ‘El 50’, en referencia a ‘El Maracanazo’,”, cuenta. “Yo creo que este va a ser nuestro nuevo ‘El 50’, ahora con su hijo en el bajo. Espero que lo esté mirando desde arriba”.