Bi Ribeiro, el bajista de Paralamas, repasa los discos de su banda

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Bi Ribeiro, de Paralamas. Foto: Gerardo Pérez.

ENCUENTRO

Antes del show que Paralamas ofrecerá en el Auditorio del Sodre este miércoles, el bajista brasileño repasó los discos "O Passo do Lui", "Selvagem?" y "Paralamas" con El País

Bi Ribeiro, de Paralamas. Foto: Gerardo Pérez.
Bi Ribeiro, de Paralamas. Foto: Gerardo Pérez.

Bi Ribeiro está en la suite presidencial del hotel Radisson. Con barba canosa, camiseta negra y un anillo verde en el dedo anular de la mano izquierda, está sentado en una mesa que da a un ventanal. Desde el piso 24 del edificio, el músico contempla cómo el crepúsculo va pintando de naranja el cielo montevideano. Tras saludar, sonríe y comenta que vivió en Montevideo cuando tenía ocho años. “Vine aquí en 1969 porque mi padre era diplomático”, dice el bajista de la banda brasileña Paralamas. De aquella época recuerda la casa de Carrasco donde vivió, la calma de la ciudad y las fiestas de cumpleaños.

Su nueva visita a Montevideo llega en el marco del show que va a ofrecer con su banda en el Auditorio Nacional del Sodre. “Este va a ser el mejor show de Paralamas en Uruguay”, dice, entre risas, al definir Casi acústico, el espectáculo que tendrá un formato similar al que presentaron en el Teatro Solís en junio de 2011. En esa ocasión agotaron tres funciones y ofrecieron versiones despojadas de éxitos como “Alagados” y “Lanterna dos Afogados”.

En los ochenta, el trío formado por Herbert Vianna, João Barone y Ribeiro se ganó un lugar en el llamado “Cuarteto Sagrado del rock brasileño”, un reconocimiento que compartían con Barão Vermelho, Titãs y Legião Urbana. La consagración les llegó en 1984 con O Passo do Lui, su segundo disco, que incluía los éxitos “Ska”, “Meu Erro”, “Me Liga” y “Romance Ideal”. Para recordar ese álbum, este cronista le muestra una copia en vinilo de la época. Al ver la tapa, se ríe del aviso que aparece en la portada de la edición argentina: “La revelación brasileña de Rock In Río 1985”.

Ribeiro recuerda la actuación en el festival como una de las más importantes de la banda, y asegura que O Passo do Lui fue el primer disco en el que la banda se sintió realmente satisfecha con el resultado. Sin embargo, piensa que las canciones -cargadas de arreglos de reggae, new wave, ska- carecían de la personalidad que definiría luego al grupo. “Con esos sonidos, el disco podría haber sido grabado por cualquier banda de Argentina o de otro país”, asegura.

Bi Ribeiro con "O Passo do Lui", el segundo disco de Paralamas. Foto: Gerardo Pérez.
Bi Ribeiro con "O Passo do Lui", el segundo disco de Paralamas. Foto: Gerardo Pérez.

La popularidad de O Passo do Lui -vendió 250 mil copias- los llevó a girar por todo Brasil, y eso transformó el sonido de la banda. “Conocimos la cultura, la gente y la música de Brasil, y por eso acabamos aquí”, dice mientras señala la portada de Selvagem?, el otro vinilo que está sobre la mesa de la suite presidencial. “Al poder conocer de cerca esos sonidos, incluimos esa cosa brasileña en nuestra música”.

Eso se percibe en “Alagados”, el éxito que abre su tercer disco. Allí se incluyen instrumentos del samba, que se fusionan con la influencia del reggae jamaiquino. “Nosotros fuimos los primeros de nuestra generación en incluir influencias brasileñas en las canciones”, asegura mientras sostiene el vinilo de Selvagem? y sonríe al ver la imagen de la portada, que muestra a su hermano, Pedro, vestido como un indio.

“No somos los pioneros porque antes ya lo habían hecho Raúl Seixas y Os Mutantes, pero sí fuimos los primeros de nuestra generación, llegó después de la dictadura. Parecía que después de lo que pasó, la gente tenía vergüenza de ser brasileño. Nosotros dijimos: “Somos brasileños y tocamos música de acá”. Eso fue como referencia para otras bandas”, afirma el bajista de Paralamas.

Bi Ribeiro con "Selvagem?", el tercer disco de Paralamas. Foto: Gerardo Pérez.
Bi Ribeiro con "Selvagem?", el tercer disco de Paralamas. Foto: Gerardo Pérez.

Además de ser la primera banda brasileña de los ochenta en incluir sonidos e instrumentos autóctonos a su propuesta, Ribeiro explica que fueron los primeros en salir con frecuencia de Brasil. “Allá éramos bien conocidos, pero vimos que afuera había una movida fuerte con una propuesta parecida y quisimos ser parte. Salimos a conquistar otros lugares y fue como empezar de nuevo”, dice, mientras deja el vinilo de Selvagem? en la mesa.

Uno de sus primeros destinos fue Argentina. En 1986 participaron del festival cordobés Chateau y compartieron grilla con Soda Stereo y Fito Páez. Ribeiro recuerda lo impresionados que quedaron al escucharlos. “Era una cosa tan rica de gente tocando tan bien, que queríamos estar cerca”, dice. Luego se hicieron amigos de Charly García, a quien acompañaron en “Rap de las hormigas”, de Parte de la religión. García les devolvería el favor al tocar el piano en “Quase um Segundo”, de Bora Bora, el cuarto disco de los brasileños.

En 1991 lanzaron Paralamas, un álbum que incluía 10 éxitos de la banda traducidas al español. “La gente de la discográfica sugirió que lo hiciéramos en español porque sería más popular”, recuerda Ribeiro. “No nos gustó mucho, pero nos hizo populares en muchas partes de América”, dice.

Diez años más tarde, mientras Paralamas se mantenía en un lugar privilegiado del rock latinoamericano gracias al éxito de su MTV Unplugged (1999), Hebert Vianna tuvo un accidente aéreo. Allí falleció su esposa y el cantante quedó parapléjico. “Siempre fui optimista con la vida Hebert”, asegura. “Cuando él estaba en el peor momento nunca pensé que iba a morir. Siempre pensé que íbamos a volver a la normalidad”, dice. Al año siguiente publicaron el celebrado Longo Camino y volvieron a salir de gira.

“Eso fue muy importante para todos porque sabíamos que estábamos participando de su recuperación. Todavía seguimos participando en ella”, asegura. En 2013 celebraron sus 30 años con una larga gira que los trajo a Montevideo. “Mantener es un trabajo más grande que conquistar”, dice el bajista.

Este miércoles vuelven a la capital uruguaya para seguir manteniendo el vínculo musical que los une desde hace más de 35 años. “Lo mejor que sabemos hacer en nuestra vida es estar en un escenario”, asegura mientras vuelve a mirar por la ventana. Afuera ya cayó la noche.

paralamas

Uruguay, un destino con muchas historias

La primera vez que Parlamas llegó a Montevideo fue en 1986 en el marco del primer festival Montevideo Rock. Junto a Legião Urbana, iban a ser los representantes brasileños del festival. Sin embargo, una tormenta obligó a suspender el show de Paralamas.

En 1988, la banda tuvo su revancha en el Montevideo Rock II, celebrado en el Estadio Franzini. Pero el show más significativo del grupo fue en 1992, cuando el grupo compartió grilla con Brian May, el guitarrista de Queen. “Él nos vio tocar y a partir de ese concierto nos invitó a Europa para su gira solista. Así que tocar en Uruguay nos dio suerte”, asegura, a las risas, Ribeiro.

Además de la invitación de May, ese encuentro también daría paso a “El vampiro bajo el sol”, una canción que tiene como invitados al guitarrista y a Fito Páez. Fue grabada en 1994 y está incluida en el disco Severino.

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