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El cantante y ganador de "La Voz Argentina 2018" vuelve a los escenarios y se presenta hoy a las 21.00 en Montevideo Music Box
Esta noche, Braulio Assanelli vuelve a empezar. El cantante oriundo de San Ramón y ganador del concurso televisivo La Voz Argentina 2018 regresa a un escenario tras la pausa obligatoria por la pandemia del coronavirus, y comienza a mostrar un repertorio propio que lo encontrará entre la balada y el pop más urbano. Hoy a las 21.00 en Montevideo Music Box (Larrañaga y Joanicó; entradas en Abitab), tocará con banda completa y tendrá como invitados a algunos alumnos de la academia de música que inauguró en su ciudad. Antes charló con El País.
—Este año se perfilaba como un año de mucha proyección para vos, con mucho trabajo y la posibilidad de darle más visibilidad a tu carrera solista y tu propio repertorio. ¿Cómo te impactó esta pausa?
—Al principio fue difícil el hecho de que te llamaban de todos lados y te decían que estaba todo el año suspendido, todo cancelado. Fue difícil procesarlo, porque sabés que hay cosas con las que contabas y no las vas a tener. Fue medio duro. En lo laboral afectó un poco, pero nos pudimos acomodar y la fuimos llevando, y estamos relativamente bien y trabajando como se debe. En lo emocional, digamos que me vino bien porque volví al Braulio que estaba cerca de los caballos, los animales, la familia. Estuve prácticamente el año pasado y el otro alejado de mi familia, sin verlos, y la pandemia me agarró en San Ramón y me pude acercar más a mis padres, el pueblo. Me hizo volver un poquito y valorar las cosas simples.
—¿Ese volver a casa también tuvo una relación musical?
—Sí. Empecé a escribir otras canciones, nacieron canciones que estaban ocultas, que no sabía que iba a aparecer ese nuevo estilo. Se prestan para un estilo urbano, y a mí me tiene que bajar como el ángel para poder escribir y poder estar inspirado. Y en este caso vino al pelo.
—¿Este giro a lo urbano qué te implica? Desde que empezaste a tener exposición has estado muy asociado a la balada, al pop melódico, y lo urbano no suele dar tanto lugar al lucimiento del rango vocal y demás. ¿Cómo transitás este cambio?
—Ese cambio lo tomo porque es un estilo que tengo presente en el día a día. Escucho mucha música movida, mucho pop urbano, entonces quiero llevarlo a los escenarios y mostrar que es algo que me gusta. No quiero dejar las baladas de lado totalmente, pero sí ir marcando que el estilo urbano también podemos hacerlo. Y nos vendría bien en el repertorio.
—¿Sentís algún tipo de presión externa o interna con tener que construir un repertorio propio?
—Puedo sentir cierta presión, pero del lado bueno. No es que la gente me haya tirado palos, sino que me preguntan mucho si no canto canciones mías. Yo estuve cierto tiempo atado a contratos y demás, lo que me frenó un poco la carrera. Hubo ciertas confusiones entre el sello discográfico y la productora que trabajaba conmigo, y yo así no quería trabajar. Ahora estoy más liberado, más suelto, entonces puedo largar canciones propias y mostrar mi propia identidad, y no subir tanto con covers. Ahora que estoy sosteniendo las riendas de mi carrera, vamos a empezar de nuevo.
—Venías de un momento de muchísima exposición, grandes vínculos, compartir escenario con Ricardo Montaner y demás. ¿Cómo has vivido entre esa escala y la tranquilidad de la vida en San Ramón?
—Lo he vivido bastante bien. Esto es dificilísimo de mantener; en un momento estuve en la cresta de la ola y todo, pero obviamente bajar es un ratito también. Creo que lo asimilé e intenté tomarlo lo más natural posible; yo sabía, por esto del contrato que te decía, que esto se iba a terminar, que iba a bajar y de cierta forma iba a desaparecer. Intenté tomarlo así: es algo que va a pasar, y cuando tenga las riendas de mi carrera vamos a intentar volver con todo y llegar a lo mismo. Me preguntaban qué significaba conocer a tantas estrellas, y el propósito de haberlas conocido es volver a tener un vínculo directo para poder trabajar con ellos.
—Por fuera del brillo, la fama, ¿qué es lo mejor que te dejó todo el proceso alrededor de La Voz Argentina?
—La experiencia. Hoy, cuando subo al escenario, no siento los mismos nervios que sentía antes. Además de madurar como artista, que fue medio de golpe porque sinceramente fue todo muy rápido, me deja la experiencia de saber que tengo que subir tranquilo, que no pasa nada. Antes tenía muchos nervios, no me dominaba, y hoy eso ni se me cruza por la cabeza. Más bien está la ansiedad de querer subir ya.
—¿Dónde te querés ver a futuro?
—Adonde quiero llegar es a la exposición que logré tener en algún momento. No te digo ser refamoso y sacar canciones con Montaner y todo eso, pero pienso que para construir un muro bien grande hay que ir poniendo ladrillo por ladrillo, y es lo que quiero hacer. Soy una persona que arranqué desde abajo, y de abajo vamos a volver a salir e ir escalando despacito hasta llegar a lo más alto que podamos llegar.