ENTREVISTA
Los Buenos Modales, el colectivo más popular del rap uruguayo, lanzó "Vice City", su esperado segundo disco. Hablaron con El País sobre el proceso.
Los Buenos Modales están de regreso. El colectivo más popular del rap local lanzó Vice City, su esperado segundo disco. Fue un proceso de cuatro años y unas cuantas reinvenciones, pero al fin está disponible en plataformas digitales. “Cuando salió fue como que me sentí millones de kilos más liviano”, le dice Berna, uno de los nueve miembros del colectivo a El País. “Es como haber pasado a la final”, agrega.
Los miembros del proyecto creado en 2015 como una unión de raperos, beatmakers y músicos que querían reunir a lo mejor de una escena que no deja de crecer, se tomaron el tiempo necesario para idear el sucesor del álbum Los Buenos Modales. Ese debut, lanzado en 2016, los puso de inmediato en un lugar destacado del rap local gracias a éxitos instantáneos como “Flanders” y “Vitamina” y a sus shows explosivos. Habían dejado la vara bastante alta y no tan era fácil darle vida a su discos sucesor. Pero lo lograron.
Sin embargo, tuvieron que pasar varios cambios en el camino. El más importante fue el de la irrupción de la pandemia del coronavirus. Cuando se suspendieron los espectáculos públicos el 13 de marzo, faltaban apenas unas horas para el show que iban a ofrecer en el festival Montevideo Rock para 40 mil personas. Más adelante, en junio, llegarían a Barcelona para participar del prestigioso festival Primavera Sound. Eran dos shows consagratorios, pero quedaron en suspenso. “Fue muy desmotivante y frustrante”, admite Pan, otro de los miembros del grupo.
Pero ese panorama desalentador marcó un nuevo comienzo. “Por un momento dudamos si las canciones eran empáticas para un público que era diferente por la pandemia;luego nos liberamos de las expectativas cómo tenía que ser un disco de Los Buenos Modales”, dice.
Apenas aceptaron la nueva realidad, retrabajaron algunas de las canciones durante varias noches en Piriápolis y unas cuantas jornadas en un estudio montevideano.
El grupo explica que el concepto de Vice City partió de mostrar a las partes más glamorosas y decadentes de Montevideo. “Cada canción era como una pequeña ventana de esa ciudad”, relata Pan. “Eran realidades exageradas de varias situaciones, pero después la ciudad se convirtió en una prisión”.
En medio de una capital asfixiada por la incertidumbre y el confinamiento, el colectivo encontró un poco de oxígeno en la música. Y están satisfechos con el resultado. “Me enorgullece haber tomado distintos ritmos pero tener un sonido que una al disco y que se note que somos nosotros”, asegura Pan.
“Hay una manualidad en las letras y, si bien son 700 palabras por segundo, están muy bien tejidas y tienen un nivel importante”, comenta. En Vice City se nota la dedicación por entrelazar la óptica de cada letrista y por generar un mensaje que sea tan unitario como fluido. “No queríamos que fueran dos rapeos sobre una base”, define Berna. “La devolución de tu compañero siempre aporta. Es terapia. Ellos interpretan lo que están diciendo para verlo de otra manera”, agrega.
A esa construcción colectiva se le suma la búsqueda por abordar nuevos estilos musicales, que puedan ser interpretados en vivo por una banda y ser reinventados todas las veces que sea necesario. “Se re nota en el disco. Los instrumentos se escuchan más y no todas las voces son de raperos”, dice Pan.
Hay evidencias de este nuevo camino en “Volver”, la encargada de abrir Vice City. Junto a la voz de Hache Souza y Seba Jones, un bandoneón se entrelaza con un beat bailable para aportarle tintes tangueros a la canción. El resto del disco se nutre de elementos del candombe, rock, funk, soul y hasta el trip-hop, y deja grandes momentos como “Casa Limpia”, “Jungla”, “Mayday” y “Calypso”.
Ahora que Vice City está en las calles, Los Buenos Modales esperan que el público empatice con sus canciones. “Estuvimos mucho tiempo trabajando en el disco y lo que queremos es que la gente lo escuche y lo comparta hasta que llegue el momento de tocarlo en vivo”, dice Pan.
Este es el paso definitivo de un colectivo que consolidó su sonido y que está listo para disfrutar de este nuevo camino.