LO NUEVO EN DISCOS
El viernes, la cantante chilena Cami lanzó la segunda parte de "Monstruo", su nuevo disco, con el que logró uno de los discos latinoamericanos de lo que va del año
En noviembre recomendamos en estas páginas Monstruo (pt.1), el EP de seis canciones que adelantaba lo que sería el segundo disco de la cantante chilena Cami. El viernes se publicaron las seis canciones que restaban para completar la experiencia de Monstruo, y el resultado es tan bueno como aquellas primera impresión logrando uno de los lanzamientos latinoamericanos más interesantes de 2020.
Construido sobre las idas y vueltas emocionales que definen el final de una relación (ese constante viaje entre el cielo y el infierno que está representado en la portada), el nuevo trabajo de la cantante de 23 años aborda momentos de despedidas, despecho, aceptación y renacimiento. “Te tengo en mis venas, tinta de mis venas”, canta en la contundente “Pena negra”, la canción que abre la segunda parte de Monstruo. Sobre arreglos que mezclan instrumentos folclóricos con guitarras acústicas, el tema va creciendo sobre un canto cargado del dolor causado por aquello que se sabe que no va a volver (“Ni la punta de mi pelo te quiere soltar”, canta).
Es en esa canción donde se esconde una gran parte del significado de la temática de Monstruo. “Me da una pena, una pena negra, porque sé que no estoy hecha pa’ quererte”, canta la chilena, rozando el grito, cuando la canción llega a su cúspide.
En esa línea va “La despedida”, los tres minutos más hermosos del disco. Sobre un arreglo con aires tangueros, la voz de Cami dialoga con acordes de un piano de cola y un melancólico fraseo de bandoneón que le dan forma al último suspiro de una relación que termina: “Aunque pierda lo que es mío / Pa’ volver a enamorarme, hoy toca despedirnos”.
Así, el oyente llega a “Espero que seas feliz”, construido sobre arpegios de guitarra eléctrica, un órgano vintage y arreglos de viento. “Te seguí hasta que mi ego dejó de llorar”, dice Cami en una de sus mejores interpretaciones. Luego de despedirse, la cantante se muestra más enérgica que nunca gracias a un canto lleno de confianza de “Mala leche” (“Hoy dejaré de beber de tu mala leche, hoy yo te entierro pa’ siempre”, canta sobre arreglos con tintes folclóricos).
En el disco también hay espacio para canciones bailables. Una de ellas es “Funeral”, una cumbia trasandina con aires de hit que incluye al argentino Wos en el rol del hombre que vuelve arrepentido. La otra es “Aquí estoy”, la más irresistible de Monstruo: una cumbia llena de empoderamiento y autoconfianza, ideal para corear a los gritos en sus recitales. De hecho, Cami llegará a Montevideo el 24 de mayo, así que esta será una gran excusa para cantarla y celebrar el buen momento de la chilena.