ENTREVISTA

Camilo: "Quiero mirar a la gente de Uruguay y ver qué es lo que mis canciones han escrito en sus vidas"

El colombiano dialogó con El País antes de sus shows del 4 y 5 de marzo en el Antel Arena. Qué espera de "La Tribu" local y por qué le obsesiona inmortalizar lo personal.

Compartir esta noticia
camilo.jpg
Camilo.
Foto: Difusión.

Por Rodrigo Guerra
*
"Un placer, hermano. Por aquí Camilo de... Camilo”, responde, con una breve carcajada, el cantante colombiano ante la formalidad de nombre y medio con la que suele presentarse un periodista al comienzo de una entrevista.

Atiende la videollamada por Zoom en un descanso de su minigira por Argentina, y tras un pedido de su producción de evitar todo lo que tenga que ver con su familia y su vida personal, dialoga 10 minutos con El País. Dedicó su tarde a responder preguntas de medios de toda América Latina, pero no pierde ni una pizca de entusiasmo.

Agradece cuando se le habla del disco De adentro pa’ afuera, se toma el tiempo necesario para construir sus respuestas y sonríe sin parar mientras se refiere a sus seguidores. Es la misma actitud luminosa que protagoniza sus videoclips y sus historias de Instagram.

“Estoy muy emocionado de que el 4 y 5 de marzo pueda, por fin, abrazarme con La Tribu (como llama a sus fanáticos) que va a estar acompañándome en mi primera llegada a Uruguay”, comenta sobre sus inminentes presentaciones en el Antel Arena. Las entradas se venden en Tickantel y los precios van de 1.900 a 4.300 pesos (la primera función está casi agotada). “Han sido muchos años acumulando las ganas de vernos y de cantarnos en la cara estas canciones que han sido tan importantes en mi vida”.

Sobre eso, va esta entrevista.

—¿Qué esperás de tus dos primeros recitales en Montevideo?

—(Se toma unos segundos) Mira, tengo que decirte que estoy nervioso porque no he ido nunca. Las ganas las he tenido desde el día uno, pero no había tenido el chance (sic) de pisar Uruguay, así que estoy muy emocionado y nervioso. Pero aparte de eso, ¿qué espero yo de esta visita? (Hace una pausa, se lleva una mano al mentón y clava la mirada en el techo) Bueno, lo que uno espera de las cosas que uno no conoce: sorprenderse. Quiero mirarle la cara a la gente de Uruguay y ver qué es lo que mis canciones han escrito en sus vidas. Eso es lo que más me genera curiosidad.

—Hablando de lo que tus canciones han escrito en la vida de tu público, hace poco publicaste una foto de una fanática que, en uno de tus recitales, mostró un cartel que decía: “Nuestro hijo baila tus canciones desde el cielo”. ¿Te sorprende? ¿Por qué creés que hay tanta conexión con tu música?

—(Piensa) Uno no está preparado para cuando pasan ese tipo de cosas porque tienen un nivel de profundidad que va mucho más de si una canción mía es buena o no, o si les gustó o no. Alguna de mis canciones seguramente acompañó a esa persona en uno de los retos inimaginables que pueda vivir alguien. Yo tengo una hija de 10 meses (Índigo) y de solo pensar en esa situación me encrespa porque es muy complejo. Ahora, te digo una cosa: la parte que más he observado en esa foto, porque me la guardé, es la cara de la madre. Ella está sonriendo y su cara no es la de alguien que está viviendo la situación y contándolo de una manera trágica. Por supuesto que es una tragedia, pero lo que quiero decir es que ella fue a mi concierto y me hizo saber que mis canciones la acompañaron a elevar un dolor al plano de la emoción. Y eso es más grande que un sold out, un Grammy o un disco de triple diamante. Para mí es un privilegio haber podido acompañar a alguien en este proceso (sonríe).

WhatsApp Image 2023-02-17 at 20.03.35.jpeg

—Al respecto de la compañía, en varias entrevistas mencionaste que la clave de tus canciones es la honestidad. Siento que tus canciones funcionan como una bitácora de tu vida, y “La primera vez”, “Vida de rico” e “Índigo” son buenos ejemplos. ¿Cómo surge tu interés porque el público sea testigo de tu camino?

—Nunca ha sido programado. Lo que pasa es que yo creo que la vida real y la cotidianidad de cualquier persona es digna de ser inmortalizada. Escucho las historias de vida de mis padres o de cualquier amigo que cuente con honestidad su historia y siento que no existirían las plataformas digitales capaces de sostener la cantidad de libros y películas interesantísimas que se podrían hacer con su historia. Entonces, soy un fanático de la elevación al plano artístico de lo mundano y lo real. Por eso, cuando me aproximo a mi oficio creativo lo hago siempre desde quién soy en el aquí y ahora, qué estoy viviendo y qué quiero contar. La pregunta siempre es: ¿esto merece ser contado? Así ha sido mi camino y he ido compartiendo todo lo que he estado viviendo en mi paso a paso. Lo divertido es que luego, cuando miro pa’ atrás, puedo recordar mi vida. Por ejemplo, el videoclip de “Por primera vez” muestra mi boda y el de “Favorito” mi luna de miel. Entonces, claro, hay una delicia en la inmortalización de lo personal y siento que esa es mi fijación artística.

—¿Qué sentís cuando pensás en el Camilo de la época de Tráfico de sentimientos, tu disco de 2010?

—Cuando me haces esa pregunta se me activa una contradicción porque hay dos cosas que son verdad al mismo tiempo. Hay mucho romance en la idea de cuando a alguien le dicen: “Wow, han pasado las décadas y sigues siendo el mismo”. En general, uno agradece como si fuera un halago. Y es verdad que es lindo, como cuando te dicen: “Nunca cambies”. Sin embargo, eso significa que no has sido impactado por las cosas que viviste, pero yo no puedo decir que soy la misma persona que hace 10 meses, cuando nació mi hija. Por más bonita que sea la idea de no cambiar yo no me conformo con vivir una sola vida; quiero que las cosas me atraviesen y me transformen. Que cosas mías mueran y otras nazcan. Entonces, he de decir que estoy tan orgulloso de que hay partes de mí que siguen siendo las mismas desde Tráfico de sentimientos —e incluso desde que agarré una guitarra por primera vez a los cuatro años—, pero también me siento profundamente orgulloso de poder decirte que me alegra ser una persona completamente diferente. Por eso, cuando me despido de alguien, en vez del “nunca cambies”, le digo: “Ojalá cambies tanto como quieras cambiar”.

—En 2015 pausaste tu carrera para dedicarte a componer para otros artistas. ¿Cómo recordás el momento en que decidiste reactivar tu camino? ¿Sentiste miedo o presión?

—(Piensa) No sentí miedo ni presión, pero no sé por qué... dejame pensar. (Hace una pausa) Puede ser porque fui tan honesto cuando sentí que tenía que parar y tan honesto cuando creí que debía volver. Para mí, seguir la intuición es un triunfo per se. Más allá de que eso te lleve a ganar un Grammy o a hacer una gira sold out, ya con seguir mi intuición me sentí un triunfador. Es que mi deseo era mostrar lo mío, y vivir todo lo que está sucediendo ahora es fantástico. Pero volviendo a tu pregunta, no sentí nervios aunque sí mucho vértigo. Lo importante era seguir mi intuición más allá del resultado.

—Supongo que, entonces, debe haber sido más difícil parar que volver, ¿no?

—Sí, es que requiere valentía. La gente cree que uno es valiente solo cuando avanza, pero lo es aún más cuando sabe detenerse (sonríe).

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar