ENTREVISTA
Los folcloristas rochenses presentan su show "Cosas del camino", este sábado en la Sala Zitarrosa, y de su vínculo y la música charlaron con El País
Cuando Carlos Malo subió al escenario del Auditorio del Sodre el pasado 27 de agosto, para recibir el premio Graffitia mejor álbum de folclore por Lo bueno de ser Malo, subió acompañado de Julio Víctor González, El Zucará, con quien compartía categoría y con quien comparte, además, tierra y amistad. Rochenses los dos y vinculados hace por lo menos 20 años, habían acordado que si uno ganaba, el otro también subiría a celebrar: la cuestión era que el aerosol quedara en Rocha.
Carlos Malo y El Zucará son coterráneos y compinches, y por eso están tocando juntos. Ya hicieron algunos shows, se acaban de presentar en San Carlos y en la ciudad de Rocha, y ahora llegan a Montevideo con Cosas del camino. La función es este sábado a las 21.00 en la Sala Zitarrosa; hay entradas en venta en Tickantel.
“Fue una invitación de Carlitos, y a mí me pareció bárbaro”, cuenta El Zucará en conversación con El País. “Él armó la gira en teatros, en teatros que ya había pedido para tocar con la banda, y decidió parar y pasar así, a un formato más chiquito, acústico. Y a mí me encantó la idea de revivir los clásicos de Los Zucará, las viejas canciones, con la voz de él y su estilo”.
El espectáculo reúne tres repertorios —el de Los Zucará, y el de cada uno de los folcloristas en solitario— en formato de dos guitarras y dos voces, con algún instrumento agregado. Y las versiones de las canciones de Los Zucará serán fieles a las originales, “por más que mi forma de cantar es totalmente distinta. Me crié escuchando esas canciones y fueron la base de lo que es uno hoy”, explica Malo a El País.
Las ventajas del formato íntimo
“Mover una banda, un equipo de nueve o 10 personas, no hay forma de poder sustentar o solventar eso. Entonces aparte de disfrutar de estas canciones, está el tema de poder salir así, más acústico, intimista. Y nos movemos en un autito. Es más llevadero y no dependemos de grandes escenarios o montajes técnicos”, cuenta Carlos Malo sobre este nuevo espectáculo, que este sábado llegará a Montevideo. En la Zitarrosa, a la dupla se le sumarán Sebastián Caride, argentino radicado en Rocha, alternando en bajo y guitarra; y Edgardo Trigo, rochense, en percusión. El show será registrado y Malo y El Zucará ya consideran ampliar la gira para 2020. “Además se da una energía muy linda, que la gente recibe”, asegura El Zucará, entusiasmado.
A Malo, de 35 años y con una propuesta de folklore moderno, de fusión, le “fascina” la posibilidad de tocar a dúo, un formato que lo saca de su zona de confort al frente de la banda La Polkería. “Es volver a mis raíces, a mi niñez, recordar esas canciones con las que me crié y cantarlas con él, tener esa voz al costado que era la que escuchaba cuando era gurí y ponía esas canciones. Para mí es un honor”.
“Cuando hacemos cosas más chicas, con Julio o algún amigo que se prende a guitarrear, siempre hacemos esto”, agrega en referencia al repertorio de Los Zucará. “No ando cantando ‘Pa’ levantar tierrita’ siempre”, agrega entre risas sobre uno de sus temas más conocidos, “porque revivir estas cosas te transporta, te traslada”.
El legado Zucará
“Ha sido muy diverso el público que nos ha acompañado, y en algunos lugares nos retiramos del micrófono y dejamos a la gente coreándolas como en las épocas gloriosas del dúo, es tremendo eso”, cuenta Carlos Malo sobre lo que pasa en vivo con los temas de Los Zucará, esa dupla de canto popular que González integró con Humberto Piñeyro, que tomó textos locales y latinoamericanos para armar buena parte del cancionero que le resistió a la última dictadura militar. “La maldición de Malinche”, “Coquibacoa”, “La Patria compañero” son algunas de las que se apuntan ahí.
“O termina el show”, sigue Malo, “y la gente te espera para una foto y te dice: ‘Pah, me emocioné, me recordó a la mesa de mi casa, con mi padre tomando mate, escuchando la radio’. Entonces considero que sí, que el canto de Los Zucará está. ¿Hace cuánto ya que se dejó el dúo?”.
El Zucará: Y desde que se murió Humberto, hace 24 años.
Carlos Malo: 24 años. Y esas canciones quedaron, el repertorio de Los Zucará quedó ahí, y tiene vigencia actual, ahora.
El Zucará: Sí, a mí me sigue sorprendiendo que a todos los lugares a los que voy, a los puntos más recónditos y lejanos de Uruguay a los que me ha tocado ir, las canciones son de la gente. Y no paro de sorprenderme por cómo las canta la gente.
Carlos Malo: Y muchas de esas canciones son del terruño nuestro, de Rocha. Que se hayan nacionalizado esas, que hablan de nuestra tierra...
El Zucará: A mí me han pasado cosas extrañísimas. Con “La maldición de Malinche”, por ejemplo. La única vez que vino acá el autor de la canción, Gabino Palomares, mexicano, no podía creer. Hablé por teléfono con él y me decía: "Estoy encantado y asombrado de cómo esta canción es mucho más conocida y popular acá que en México". Cosas así sucedieron con esas canciones que tomamos de otros países. Además, “Maldición de Malinche” fue tomada por la resistencia como un himno, una herramienta para salir de la dictadura. En realidad relataba una historia muy mexicana, pero la gente la trasladó, la interpretó a su manera. También con “Coquibacoa”, que es más popular acá que en Venezuela. Todas las generaciones la cantan, y lo que queremos hacer es reinventar el repertorio, porque este tipo de asociaciones siempre renuevan la energía. Es muy lindo lo que pasa. A Carlitos todo el mundo lo tiene identificado por La Polkería, haciendo bailar a todo el mundo, y cuando lo ves sentado al lado mío es raro, pero a la gente le encanta.
Carlos Malo: Por eso el nombre del espectáculo, también. Son estas cosas que el camino te va dando. Yo tengo la mitad de años que Julio, y con la trayectoria que él tiene y uno que anda ahí, medio entreverado, que podamos compartir estas cosas...
El Zucará: Es maravilloso.
“A la canción uruguaya tuvimos que inventarla”
A Julio Víctor González todavía parece sorprenderlo el hecho de que el repertorio de Los Zucará haya quedado tan prendido en la gente, y en tantas generaciones, pero le encuentra una explicación.
“En la época de Los Zucará, nosotros veníamos heredando una cultura, si se quiere; un compromiso de crear un cancionero, y eso tuvo mucha fuerza y fue creado con un rigor estético, en cuanto a la poesía, a la calidad del texto. Se creó una forma de cantar a la uruguaya, que no existía, y eso tuvo mucho que ver, porque la gente lo sintió y lo sigue existiendo. Acá se cantaba folclore argentino y nada más. A la canción uruguaya tuvimos que inventarla, porque no existía, y eso tiene mucho que ver con que se haya metido en el pueblo”.
-¿Ese canto a la uruguaya, lo seguís viendo hoy?
-Creo que está siempre. Siento que está en el rock nacional, y cada vez más; hay como una tendencia a enriquecer con fusiones, y esos elementos están ahí.
Los nuevos artistas de Rocha y el posible recorrido
“Hay como una fuerza, una evolución muy notoria en el ambiente de la música en Rocha”, dice El Zucará, que destaca la importancia del Centro Cultural MEM donde trabaja, “una usina cultural que no tiene techo”. Y también destaca los nuevos métodos de enseñanza musical. “Se está transformando la enseñanza arcaica de cinco años de solfeo, 10 años de piano... La gente se recibía de ‘profesores’ de guitarra o piano ¡y nunca más tocaban! Porque además no sabían tocar nada. Toda mi vida vi eso, y creo que antes pasaba en todos lados. En lugar de estimularte hacían todo lo contrario, entonces lo que pasa ahora es muy lindo”.
Ahora, ¿qué pasará con la nueva camada de músicos rochenses? ¿Qué posibilidades tienen de trascender las fronteras del departamento?
“Hace muy poquito que tenemos apertura en Montevideo”, dice Carlos Malo, “y se hace cuesta arriba. Así que los gurises lo hacen más que nada por hobby, aunque depende de cómo te lo tomes. Si quieren dedicarse a eso, bueno, lleva tiempo abrir tus puertas”.