Chabela Ramírez, antes de ser nombrada Ciudadana Ilustre: "Nunca me preocupó lograr el aplauso de los demás"

Este miércoles a las 20.00, la referente de la cultura afrouruguaya será declarada Ciudadana Ilustre de Montevideo en un acto con entradas agotadas en el Teatro Solís. En la previa, Ramírez repasó su carrera.

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Chabela Ramírez.
Foto: Difusión Intendencia de Montevideo.

Chabela Ramírez se ríe mientras recuerda lo que vivió años atrás, durante una presentación del colectivo Música negra de la ciudad de Montevideo en Costa Urbana Shopping. “Cuando me fue a presentar, Carlitos Silva, que fue un gran cantautor, dijo: ‘Ante ustedes, una ilustre desconocida’. Yo me empecé a reír porque desconocida sí, pero ilustre... Eso me quedaba grande. Pasó el tiempo, murió Carlitos y ahora me encuentro con que soy una Ciudadana Ilustre”, cuenta. “Yo creo que somos muchos los ilustres ciudadanos de a pie que estamos construyendo una sociedad diferente, más justa y menos desigual. Al menos lo intentamos”.

Hoy a las 20.00, la referente de la cultura afrouruguaya se convertirá en la segunda de las Ramírez Abella en recibir la distinción de la Intendencia de Montevideo: su hermana Beatriz, exdirectora del Instituto Nacional de las Mujeres, lo hizo en 2018. “Trabajar social y culturalmente es la forma que tenemos los afrouruguayos de ir creciendo en forma grupal”, explica. “En la época en que yo me crié se hablaba mucho de los méritos personales, pero el hecho de trabajar en forma grupal es diferente; es como el candombe: para tocar bien tenés que escuchar al resto”.

La ceremonia de esta noche será en el Teatro Solís, y contará con la actuación de Ramírez junto a Afrogama, el coro femenino que fundó en 1995. Las entradas, que se retiraban gratis en Tickantel, se agotaron en cuestión de horas. Aquellos que se quedan con ganas de escuchar a Ramírez —cuyo único disco, De tambores y de amores, es una joya del candombe—, podrán hacerlo este sábado en el Antel Arena. El show será parte del Festival Lágrima Ríos y la entrada también será gratuita, aunque esta vez por orden de llegada. Eso sí, la propuesta y la formación serán diferentes (ver recuadro).

Sobre su presentación del Solís, dice: “Estoy preparando un espectáculo que no solamente va a reflejar una parte de mi vida, sino que también va a tener una parte de la vida de los afrouruguayos, porque soy parte de una comunidad que tiene sus características y un historia que, salvo por algunos detalles que están en los libros de historia, han sido invisibilizadas. Y a mí me gusta mostrar las otras cosas, las que los libros no dicen”.

—“Comandante Ansina”, una de tus canciones, refleja tu interés por rescatar lo invisibilizado: “Tio negro, Ansina, / Yo quiero saber qué siente un guerrero, / Al dejarlo todo por ser la gran sombra del gran Don José”. ¿Cuándo descubriste que la música podía ser un medio para invitar a la reflexión?

—Fijate que hoy a eso se le llama “artivismo”, pero para mí es la simple militancia que hago desde que tengo 15 años. Mirá, te cuento: yo empecé a cantar cuando era chica para acompañar lo que tocaba en el piano. Estudié en un conservatorio y, como yo era muy inquieta, para que me calmara mi padre me mandaba a estudiar una hora de piano. Llegué a tocar tres horas y pico (Se ríe). En esa época tocaba de oído hasta los reclames de la televisión. En la época de la predictadura a mi viejo lo pusieron en unas condiciones laborales terribles, y yo no pude seguir yendo al conservatorio. Pero seguía tocando. Es ahí donde aparecieron otras cosas en mi vida: como hija de obrero y empleada doméstica que era, yo quería tocar lo correspondiente a mi clase social y al barrio en el que vivía; no pongo a Ansina de emblema porque no necesita que yo la defienda, pero yo iba mucho para ahí y me asocié al candombe. Y esas prácticas, que son muy afectivas pero también tienen tristeza y melancolía, quedan adentro de una, ¿viste? La cuestión es que con esto de candombear empecé a activar y sin darme cuenta, hacía poesías revolucionarias y cantaba lo que quería. Yo iba al Liceo 5 y fui parte de la movida que estaba en contra de lo que después fue la dictadura. Era un momento difícil.

—En esa época escuchaste a Ruben Rada cantar “Biafra” y “Negro” con Totem, y se reforzaron tus ganas de usar la música como una forma de cantar contra el racismo.

—Vos sabés que ese disco de Rada estaba en la casa de mi tía Sofía, y se lo pedí tanto que al final me lo regaló (Se ríe). En el acto del Solís voy a cantar “Biafra” porque es una deuda que tengo con Rada. Yo soy fan número uno de él porque como hombre negro me despertó a la realidad africana. Porque una cosa es ser negro y otra es hablar de África, y eso también fue artivismo de parte de Rada.

—Debe haber sido muy potente escuchar a Rada cantar “Biafra” y decir una frase como “Por unos negros que mueran, a quién le puede importar”.

—Imaginate que yo era una adolescente que tuvo muchos problemas de racismo en la escuela, y escuchar a Rada fue una defensa musical. Cuando vivía situaciones de lo que hoy se llama bullying, mi madre siempre me decía lo mismo: “Vos no les des bolilla. Estudiá y deciles: ‘Negra a mucha honra’”. Eso me quedó grabado para siempre, pero a veces no alcanzaba. En esa época otros grupos hacían candombe, pero no hacían una defensa de lo negro. Y, justamente, cuando Rada cantó “Negro” era un tirón de orejas a la vez que una fuerza para decir: “Vamos a encarar lo nuestro”.

—Ya que nombraste a tu madre, que fue huérfana desde muy chica, ella te dejó otra frase que te quedó marcada: “Nunca dejes que un hombre te compre zapatos”. Ahora que pasó el tiempo, ¿cómo analizás todo lo que te inculcó?

—Es una grandeza inconmensurable. Vos fijate que mi abuela murió a los 29 años luego de un operación de vesícula, y tiempo después mi abuelo falleció de tuberculosis. En los treinta, la gente moría como moscas. Entonces mi madre, que además era muy asmática, y mi tía Carmen quedaron en una situación más que apremiante. Estar en contacto permanente con la muerte te crea una personalidad independiente... (Hace una pausa y suspira) Los padres que tuvimos mis hermanos y yo nos dieron la fortaleza para criarnos como personas conscientes; no sé si seremos los más buenos del mundo... Tampoco me preocupa, pero sí sabemos lo que está bien y lo que está mal.

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Chabela Ramírez. Foto: Difusión IMM.
Foto: Intendencia de Montevideo

—Las canciones de tu disco De tambores y amores abren con un recitado que reafirma la intención de cada letra. ¿Cómo surge esa búsqueda?

—Porque cuando iba a cantar sola, mucho antes de Afrograma, lo que yo decía capaz no gustaba mucho porque estábamos en una época de reapertura democrática. Entonces Agapito (Carrizo, periodista y conductor del ciclo radial Candombe Uno) me decía: “Chabela, vos cantá y yo hablo”, pero yo le respondía que hablaba yo. Lo que pasa es que siempre sentí que la gente no comprendía bien lo que decía porque solamente querían escuchar los tambores para olvidarse de lo que les pasa. Pero los tambores no son para olvidarse... hay mucho atrás.

—Entonces, la palabra siempre va antes que la música.

—Sí, porque nunca me preocupó mucho lograr el aplauso de los demás. Lo que más me preocupa es que me escuchen. Por supuesto que no soy una persona desagradecida y además tengo claro que hay cantantes mucho mejores que yo, pero si se escucha lo que quiero decir, entonces mi misión está cumplida.

Una vida dedicada a la cultura afrouruguaya

Nacida el 18 de noviembre de 1958 en el barrio Palermo, Chabela Ramírez ha dedicado su vida a la defensa de sus raíces afrouruguayas. A los 22 años participó de la agrupación Amandla y luego fue parte del programa radial Candombe Uno, del periodista Agapito “Pocho” Carrizo. En los noventa fundó el coro femenino Afrogama y ha participado como responsable del espacio Mujeres Bailando y de la organización Mundo Afro. En la actualidad se desempeña como secretaria general de la Casa de la Cultura Afrouruguaya (Isla de Flores 1465) y atiende el merendero Líber Martínez. Desde hace años es parte de la comparsa Valores, pero también salió en Sinfonía de Ansina y Estrellas Negras,e entre otras.

Chabela Ramírez
Chabela Ramirez 201110, foto Francisco Flores - Archivo El Pais
Francisco Flores/Archivo El Pais

Así será el Festival Lágrima Ríos en el Antel Arena

Este sábado y domingo, el Antel Arena será sede de la primera edición del Festival Lágrima Ríos, que incluirá una exposición de obras de artistas afrodescendientes, feria de emprendimientos de mujeres afroartesanas, conferencias temáticas con invitados internacionales y una grilla de espectáculos musicales de artistas afrouruguayos. La entrada será libre.

La programación de recitales del sábado estará formada por Ruben Rada, Facundo Balta, Sofía Alvez, La Caliente y Se Armó Kokoa. Ese día, además, Chabela Ramírez actuará junto a Eduardo Da Luz y Néstor Silva, y, según adelanta a El País, su show tendrá 25 artistas en escena.

El domingo habrá presentaciones de Darío Píriz, Julieta Rada, Hijos de la Diáspora, La Nueva Escuela y el rapero brasileño Emicida. DJ Medusa y el colectivo Hermosa Intervención actuarán ambos días.

Aún no se conocen los horarios de cada recital, pero desde la Intendencia de Montevideo —organizadora del festival— se anuncia que las actividades iniciarán a las 14.00 con una serie de conferencias.

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