ENTREVISTA
De Cafrune a Los Palmeras, la cantante hizo una selección personal antes del show que dará el viernes en el Auditorio del Sodre
Aunque nunca paró de trabajar, la vida artística de Soledad Pastorutti fue, en pandemia, “otra cosa”. Se dividió, sobre todo, entre shows en streaming y la última temporada de La Voz Argentina, un reality que le aportó luz a un período más bien oscuro.
Pero esto que vive ahora es distinto. La cantante argentina retomó los espectáculos en vivo y, de algún modo, “parece como si nada hubiese pasado”. Eso le dice a El País en charla telefónica antes de volver a Montevideo, para presentarse una vez más en el Auditorio del Sodre.
Este viernes a las 21.00, La Sole hará su espectáculo La música de mi vida, un show a la carta a piano y voz, y en el que se dedica a recorrer el repertorio que le piden sus fanáticos. Entradas a la venta en Tickantel.
Pastorutti, visitante asidua de Uruguay desde sus tiempos de adolescencia, poncho revoleado y un folclore puro y duro, lleva 26 años de carrera musical con una variedad de estilos cada vez más amplia. Mucha de esa fusión está en Parte de mí, el disco de 2020 que funciona como su trabajo más personal hasta la fecha.
“Yo me siento una artista popular, y cuando me subo a un escenario lo que quiero brindar es eso: un momento de escape”, señala. “Es como cuando elijo una película: siempre prefiero una que me deje esperanza y no una que termine mal, porque eso es la vida misma. La realidad es bastante dura y yo prefiero soñar”.
Antes de traer La música de mi vida a Montevideo, Pastorutti repasó con El País las canciones que, de algún modo, construyen su historia.
El primer folclore que la conmovió
“Yo escuchaba mucho a (Jorge) Cafrune, que cantaba con un niño, Marito. Tenía una voz muy dulce y había un tema en particular que hablaba de un canario”, dice y se detiene para cantarlo. “El canario se terminaba muriendo y era muy triste. Me pegaba mucho”.
Un himno uruguayo
"Yo escucho mucho a (Alfredo) Zitarrosa y escucho mucho a Jaime (Roos), y todas sus canciones que interpretó el Canario Luna. ‘Brindis por Pierrot’ me mata. Y todas las que están dedicadas a los uruguayos, las que hablan de los que se fueron, los que se quedaron, porque es un poco lo que nos pasa acá; es el Río de la Plata”, asegura.
La cumbia santafesina que la mueve
“Los Palmeras me invitaron en dos oportunidades a grabar, y la última vez hicimos un clásico colombiano, ‘La suavecita’, que en mi adolescencia, cuando sonaba, nos ponía a bailar a todos y todavía lo hace”, cuenta y otra vez se pone a cantar. Luego se sincera: “Si suena Los Palmeras, cualquier tema me hace levantar”.
Una que fue inolvidable de grabar
“Cuando grabé en Cantora con Mercedes (Sosa), lo que viví ese día fue un gran guiño de ella hacia mí. Era su última producción, fui la primera invitada y para mí ha sido un gesto inolvidable”, dice. “Y cuando grabó Carlos Santana para un disco mío (Vivir es hoy), no podía creerlo. ¿Esta es la guitarra de Santana en un tema que compuse yo? ¡Muy fuerte! Y en este último disco (Parte de mí) viví muchas situaciones así, me pegó muy de cerca. Con ‘La abuela Emilia’, de Teresa Parodi, por ejemplo, me largué a llorar varias veces”.
La canción que la cansó
Primero larga una carcajada; después asegura: “Me tomé la libertad de que si no quiero cantar algo, no lo canto. Me pasó con ‘A Don Ata’, con ‘El bahiano’ y con temas que me cansan pero por el rango musical en que van. Pero siempre fui muy sincera con la gente y por suerte, la gente me bancó. Porque era toda una experiencia. ¿Hacer un espectáculo sin un par de hits, se puede? Y sí, se puede”, dice y se vuelve a reír. “Yo me la hago cada vez más difícil, al revés de mucha gente, y me gusta. Me hace sentir que estoy todo el tiempo entrenándome para algo: para el vivo, para el cambio del público como sociedad... Yo no soy una artista de estos tiempos, entonces sostenerte no es fácil, pero es un lindo desafío”.
Antes de terminar, entre risas otra vez, Soledad resumirá: “Yo quiero ser yo y cuando más fácil la tenemos, es cuando somos nosotros. En definitiva, si te quieren, te quieren por eso. Y si no, también”.