Un muchacho que escribe canciones en su casa y después tiene la suerte de que la gente lo vaya a ver. Así se describe Mateo Sujatovich, el creador de Conociendo Rusia, cuando habla con El País vía Zoom desde su casa en Buenos Aires. Los titulares que lo definieron desde la salida de su primer disco (Conociendo Rusia, 2018) como “un faro” para el rock rioplatense o el “heredero del rock argentino” no le pesaron ni lo confundieron. “Sé que tienen buena intención, pero yo soy solo Mateo y eso es todo para mí”, afirma el músico argentino, que regresará a Montevideo el 26 de noviembre en el marco de su gira Solo. Tocará por primera vez en el Auditorio del Sodre, a las 21.00, y quedan entradas a la venta en Tickantel.
Con tan solo cinco años de existencia, Conociendo Rusia y su calidad musical cosecharon tres nominaciones a los Grammy Latino y siete a los Gardel por Cabildo y Juramento (2019), su segundo disco. Hizo colaboraciones con artistas de la talla de Fito Paéz, además de cultivar un público fiel que atiende sin hesitar cuando Sujatovich propone, por ejemplo, un show espontáneo en la misma esquina de uno de sus hits, como lo hizo el 6 de octubre del año pasado, cuando llenó la famosa intersección de Cabildo y Juramento en el barrio de Belgrano.
El fenómeno se expandió y en 2021 el músico —hijo del tecladista de Spinetta Jade, Leo Sujatovich— lanzó La dirección, su tercer disco, y llevó sus canciones a más de una decena de países de las Américas y de Europa. Su reciente gira, la misma que traerá a Montevideo en unos días, viene agotando fechas por donde pasa y propone intimidad: en el escenario estarán solamente su voz, el piano, la guitarra y las canciones.
“Es una especie de ‘Solo‘ moderno, digamos”, dice y se ríe cuando explica que, si bien ya hizo shows sin su banda, ahora apostó a una producción importante, donde además de las pantallas con visuales, su sombra proyectada al fondo buscará transmitir algo parecido a lo que siente cuando compone.
“Yo de algún modo soy un cantautor. Más allá de que tengo mi banda, Conociendo Rusia es un proyecto solista y de a poco empecé a fantasear con el hecho de tocar las canciones que compuse acá, en mi casa, solo. Me quería dar ese gusto porque así es como nacen, más allá de algunas que fueron colaborativas; casi siempre nacen desde algún lugar de soledad, desde algún pensamiento y una melodía que cae”, ahonda.
Su primer encuentro con Uruguay fue en octubre de 2021, cuando hizo seis fechas —con aforo especial por la pandemia— agotadas en La Trastienda. Al año siguiente, llenó un Teatro de Verano y de aquella noche de otoño recuerda el frío que parecía invernal y la presencia de un público atento que, aunque coreó sus canciones, le dejó todo el protagonismo. Una característica que, siente, va muy bien con lo que ahora viene a presentar: un show que pide la escucha y la sensibilidad para detenerse en cada elemento presente en el escenario.
El músico de 32 años viene de hacer shows en el interior de Argentina y en Chile, y al día siguiente a esta charla viajaba a Perú y a Brasil. Está concentrado en Solo, pero también, cuenta, prepara un cuarto disco que saldrá en 2024 (aunque no adelanta mucho sobre el nuevo trabajo). Es como si aquel joven, que creció en una cuna musical —es también el nieto de Pichona, quien supo ser la profesora de piano de Charly García y otros artistas argentinos— y ha trabajado desde chico en el medio, que también dudó y se sintió perdido en relación a la música antes de arrancar con ese proyecto, ahora estuviera más seguro que nunca del camino elegido.
Un camino que viene siendo en cierta medida vertiginoso y que implica, sobre todo, probar y arriesgarse. Eso, a Sujatovich lo mueve. “Hay algo para mí de haber hecho Conociendo Rusia Solo que hace que yo me ponga en la postura de una nueva primera vez siempre, y creo que eso es algo muy inspirador para un artista, ese estar en búsqueda de primeras veces. Intentando siempre no acostumbrarme a nada”, dice.
“Me gusta que haya novedades, sigo sorprendiéndome, me sigo enamorando de la profesión y de la música y es algo que siempre alentaré. Seguiré dando de comer a este fuego, porque está bueno que esté prendido y, si se apaga, por algo será; hay que encontrar la forma de alimentarlo”, añade.
El nombre del proyecto nació del apodo “Ruso”, dado por sus amigos, y como un juego de palabras para empezar a recorrer y descubrir este universo que es la música, su música. “‘Conociendo’ es un verbo que uno está siempre ejercitando, no se deja de investigar, y me gusta que así sea, que tanto los demás, como yo, vayamos Conociendo Rusia. Que ese proyecto siempre tenga algo nuevo para decir y grabar”, señala. Sin embargo, reconoce que la idea de cambiar el nombre alguna vez se le pasó por la cabeza.
“Hubo momentos en que me cuestioné por qué no le había puesto mi nombre. Más que nada, siéndote sincero, cuando empezó la guerra de Rusia y Ucrania, porque se empezó a vincular el nombre de mi grupo con un país que está en conflicto bélico, y en un momento me dije ‘no lo puedo creer, ¿por qué carajo le puse así y no puse mi nombre, que lo puedo defender tranquilamente?’”, dice entre risas. “Pero a mi me gusta un montón, tiene que ver por supuesto conmigo, y con algo que está en movimiento”.
Este nombre que, ha contado, también nació por la necesidad de crear un alter ego para animarse a decir cosas que como Mateo no se animaba, hoy está totalmente fusionado a si mismo. “Todo es Mateo, todo es el Ruso y todo es Conociendo Rusia”, afirma Sujatovich con la sonrisa segura de quien sabe que la fluidez, la fusión y el movimiento son las bases de esto que creó y viene alimentando. Un proyecto que bebe del rock clásico, tiene la frescura del pop y la disposición sin prejuicios de una mente y voz que quieren seguir expandiendo su universo musical.