Crítica de "Debí tirar más fotos": Bad Bunny celebra las raíces de Puerto Rico con un disco que eleva su obra

En su nuevo disco, el puertorriqueño consolida el camino iniciado en "El apagón" y "Una velita", y ofrece un disco que denuncia la gentrificación y dialoga con la rica tradición musical de su país.

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Bad Bunny.
Foto: Difusión

Debí tirar más fotos llegó en el momento más oportuno para Bad Bunny. Tras el contundente mensaje de Nadie sabe lo que va a pasar mañana —su disco de 2023, donde declaraba: “De ahora en adelante, todas las decisiones de mi vida las voy a hacer pensando en mí porque al final nunca voy a poder complacer a todos”—, el artista lanzó su proyecto más experimental y audaz hasta la fecha. Ofrece un alegre homenaje a su Puerto Rico natal, pero también un grito de resistencia frente a la gentrificación que amenaza su identidad cultural.

En el colosal Un verano sin ti (2022), que se convirtió en el primer álbum en español en alcanzar las 10 mil millones de reproducciones en Spotify, ya había esbozado el concepto de Debí tirar más fotos. En “El apagón”, que fusionaba los pulsos del techno con los ritmos de bomba, su expareja Gabriela Berlingeri cantaba con fraseo dulce una frase combativa: “Yo no me quiero ir de aquí, / (...) Lo que me pertenece a mí, / Se lo quedan ellos, / Que se vayan ellos”. La canción se acompañó de un documental de 22 minutos sobre la privatización de terrenos y playas puertorriqueñas que acumula 15 millones de visualizaciones en YouTube.

Ese espíritu combativo resurgió el pasado 19 de setiembre con “Una velita”, lanzada en el séptimo aniversario del devastador huracán María, que dejó casi 5000 muertos y destruyó la red eléctrica de la isla. En este tema, escupía con rabia sobre una percusión amenazante: “Eso nunca se nos va a olvidar, / La palma en la que quieren ahorcar el país, / Un día de estos, la vamo’ a tumbar”. La canción también adelantaba la intención de su nuevo disco al abogar por el apoyo comunitario: “No olviden la viejita de allí, que vive sola, / Hay que irla a ayudar, recuerden que to’ somo’ de aquí, / Al pueblo, el pueblo le toca salvar”.

El viernes, dos días antes de la salida de Debí tirar más fotos, Bad Bunny publicó un corto protagonizado por Jacobo Morales, en el que el director y actor de 90 años encarna a un anciano que lamenta los embates de una gentrificación que desfigura su barrio. Acompañado por un extraño sapo concho parlante —un anfibio endémico y símbolo cultural de Puerto Rico que está en peligro de extinción—, el personaje enfrenta cambios sutiles pero intimidantes: calles llenas de familias estadounidenses, parlantes que emiten rock y música country, y la transformación de su panadería favorita en una cadena de comida rápida en la que solo se habla inglés, no se maneja efectivo y se venden quesitos —un plato típico boricua— sin queso.

Ante el desconcierto del anciano, el rescate llega, como Bad Bunny cantaba en “Una velita”, a través de un compatriota que lo ayuda. “Seguimo’ aquí”, le dice el hombre que acude a ayudarlo. Esa frase se convirtió en el slogan de Debí tirar más fotos y figura en la contratapa del disco como un sello que incluye la imagen del sapo concho.

Esa frase, un puente directo con el propósito de “El apagón”, también protagoniza el visualizer de cada una de las 17 canciones del disco en YouTube. El puertorriqueño aprovechó que la mayoría de las canciones no tienen videoclip —las únicas excepciones, por ahora, son “El club” y “Pitorro de coco”— para acompañarlas de pequeños textos con distintos capítulos de la historia de su país, como El Grito de Lares, el origen de su bandera y hasta el paso de la plena y la bomba al reggaetón.

Ayer, Morales fue entrevistado junto a Bad Bunny en televisión y celebró la intención del disco. “Hay un punto de partida en este joven”, comentó. “Es el entretenimiento, el afán de llegar a todos los públicos posibles, pero manteniendo un compromiso social. Eso es fundamental”. Y es en este punto donde conviene hacer una aclaración clave: si bien una parte de Debí tirar más fotos está dedicada a canciones sobre la gentrificación, no hay que olvidarse de que este es un disco de Bad Bunny. Esto significa que incluye una dosis generosa de temas sobre sexo, fiesta y fronteo, siempre impulsados por ritmos pegadizos y estribillos diseñados para corear en plena pista de baile. Para quienes buscan ese lado más hedonista, pueden ir directamente a “Voy a llevarte para PR”, “Veldá” (con Omar Courtz y Dei V) y “Ketu Tecré”, los tres hits asegurados.

Quienes prefieran conocer la evolución musical y letrística del cantante de 30 años, el despegue del álbum con “NuevaYol” ofrece un ejemplo contundente. Lo que inicia con un sample de “Un verano en Nueva York”, de El Gran Combo de Puerto Rico, se convierte en un eufórico dembow de toques electrónicos y bajos saturados a lo “Tití me preguntó”, el himno de Un verano sin ti.

El diálogo entre la rica tradición musical de Puerto Rico y el estilo que convirtió a Bad Bunny en referente de la música latina, deja un montón de puntos altos. La delicada e inclasificable “Welita” incluye una cita a “Periquito Pin-Pin” de Raúl Marrero, “Pitorro de Coco” —una bebida típica de la Navidad puertorriqueña— rescata el sonido de la música jíbara, y “Café con Ron” celebra la bomba y la plena. “Baile inolvidable”, que entrelaza electrónica con la descarga salsera a lo Willie Colón, está entre lo mejor de su obra.

También hay espacio para rescate al reggaetón de inicios de los 2000. Por eso, "Eoo" samplea los coros de “Perreo Baby”, de Héctor y Tito, mientras que "Voy a llevarte pa PR" incluye un guiño "Si estoy fácil", otro clásico del dúo. "Veldá", por su parte, incluye un sample de “No Voy a Esperar Por Ti", de Plan B. Es que para Bad Bunny la celebración de las raíces también es una forma de resistencia.

“De aquí nadie me saca, de aquí yo no me muevo”, insiste en “Mudanza”, la canción en la que repasa su historia familiar y la hace dialogar con el devenir gris de su país. La canción que sintetiza aquel camino inagurado en 2022 con “El apagón”, es la potente “Lo que le pasó a Hawái”: “Quieren quitarme el río y también la playa, / Quieren el barrio mío y que abuelita se vaya, / No, no suelte’ la bandera ni olvide’ el lelolai”.

Debí tirar más fotos es un manifiesto de memoria y orgullo cultural que demuestra que el reggaetón también puede ser una herramienta de conciencia social.

¿Por qué el disco se llama "Debí tirar más fotos"?

Además de los temas antes mencionados, Debí tirar más fotos, que hasta ayer tenía cinco canciones en el Top 10 de las más escuchadas de Spotify en el mundo, ofrece una serie de canciones sobre el dolor tras el final de una relación. Este desamor se refleja en canciones como los dos adelantos del disco, "El Club" y "Pitorro de coco", en los que Bad Bunny canta: “Aposté que te olvidaba y perdí 500, / Otra vez me ganaron los sentimientos”. Este sentimiento se profundiza aún más en "DtMf" y "Baile inolvidable", que contiene un interludio tomado de una escena clave del cortometraje protagonizado por Jacobo Morales: “Mientras uno está vivo, uno debe amar lo más que pueda”.

La frase se pronuncia en un momento crucial del cortometraje, cuando Morales abre una caja que lleva décadas enterrada en su jardín y descubre que tiene pocas fotos de su juventud. “Quisiera haber tirado más fotos porque son momentos vividos, recuerdos de cosas que pasaron”, lamenta. “Yo no era de estar tirando fotos ni subiendo stories; pensaba que era mejor vivir el momento, pero cuando llegas a esta edad, recordar no es tan fácil. Debí tirar más fotos, haber vivido más cuando pude”.

Esa escena, además, es un diálogo directo con el videoclip de "El club" y demuestra que el personaje de Morales es un Bad Bunny del futuro. ¿Por qué? Porque en medio del videoclip de "El club" el cantante entierra una caja con recuerdos en medio de un pastizal, y para saber dónde está ubicada, coloca una bandera de Puerto Rico. En el corto de Morales, el deterioro de la bandera, la caja y las fotos revelan el paso del tiempo.

Bad Bunny explica el título del disco en una entrevista con The New York Times: “Antes, las fotos eran algo muy especial. Hoy, puedes tomar fotos de todo, y tal vez no siempre quieras una foto con alguien por diversas razones. Para mí, no siempre es un momento especial, pero para esa persona puede serlo. Así que el título del disco es un recordatorio para mí mismo: deberíamos valorar más los momentos y las personas”.

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