Crítica: en "Mr. Morale & The Big Steppers", Kendrick Lamar presenta su lado más oscuro y vulnerable

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Kendrick Lamar. Foto: Difusión.

SONIDOS QUE ANDAN EN LA VUELTA

En su primer disco en cinco años, el rapero detrás de clásicos como "To Pimp A Butterfly" y "DAMN." se despoja de todo personaje para sumergirse en un crudo trabajo autorreferencial

Conquistó al público con Good Kid, M.A.A.D City, publicó uno de los mejores discos de la historia del rap con To Pimp A Butterfly y hasta ganó el Pulitzer con DAMN. Kendrick Lamar es uno de los artistas más relevantes de los últimos años y está de regreso. Su nuevo disco Mr. Morale & The Big Steppers, es la apuesta más grande y arriesgada de su carrera.

Después de haberse convertido en el portavoz de la comunidad afroamericana estadounidense, Lamar se animó a hablar de sí mismo por primera vez. Y, como deja claro en canciones como “Daddy Issues” y “Worldwide Steppers”, este viaje personal no es para nada agradable. Mr. Morale & The Big Steppers es un álbum crudo, honesto y vulnerable. Acá no hay personajes ni máscaras: el rapero jamás se había mostrado tan transparente.

“Escondí mis emociones, / Nunca me expresé, / Me dijeron que los hombres nunca debían mostrar sus sentimientos, / Que eso no ayudaba”, escupe con impotencia en “Father Time”, un tema que recupera los elementos del free-jazz que hicieron de To Pimp A Butterfly un disco tan magnífico.

Como si se tratara de una sesión terapéutica, en cuatro minutos aborda el lado más destructivo de las carencias en su entorno familiar —y no económicas, sino emocionales— que marcaron el resto de su vida. “Father Time” es el relato de un hombre que enfrenta su pasado para tratar de enmendarlo.

El abordaje parece tener un claro disparador: la paternidad. Como se revela la portada del álbum, el músico de 34 años ya es padre de dos niños y está listo para romper con los patrones negativos que marcaron su vida para no repetirlos; de ahí el “espero que encuentres un poco de paz en tu vida” que se repite al inicio del álbum. “Sos un mujeriego, ya veo que tu madre no te dio cariño cuando eras niño (...) Sos un egoísta y un narcisista”, le lanza la actriz Taylour Paige en “We Cry Together”, una pieza de seis minutos que recrea una discusión entre una pareja.

Kendrick Lamar. Foto: Difusión.
Kendrick Lamar. Foto: Difusión.

Pero “Father Time” y “We Cry Together” son apenas dos ejemplos de este viaje agridulce por su mente. En “United In Grief” admite que su adicción al sexo fue su herramienta para escapar a sus problemas, en “Worldwide Steppers” cuestiona su figura pública y en “Mother, I Sober” relata cómo las secuelas del abuso sexual que sufrió su madre marcó su niñez. Mr. Morale & The Big Steppers es un golpe emocional del que nadie sale inmune.

Con este trabajo, Kendrick Lamar logró lo que parecía imposible: superar la vara alta que había alcanzado con sus discos anteriores. Es un nuevo triunfo en la carrera del rapero más original de los últimos tiempos.

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