CRÍTICA

La Ossodre al frente del joven maestro milanés Michele Gamba presentó la Décima Sinfonía de Dmitri Shostakovich. Compuesta entre julio y octubre de 1953, su estreno fue el 17 de diciembre de ese año por la Sociedad Filarmónica de Leningrado conducida por Yeugeny Mravinsky.

A pesar de ser calificada como pesimista, sombría y carente de heroísmo por los estalinistas, la obra obtuvo un éxito fulgurante donde quedó demostrada la maestría del autor, al trasmitir en música sinfónica el realismo imperante de la época. Es importante recordar que durante el régimen de Stalin, Shostakovich reclamó el derecho de todo artista a la independencia, a la audacia y a la experimentación. Haciendo referencia a su Décima Sinfonía, Shotakovich decía: u201cLa escribí justo después de la muerte de Stalin y nadie hasta ahora se ha imaginado de qué se trata esta sinfonía. Es sobre Stalin y sobre los años que ha tenido que soportar mi pueblo su gobiernou201d.

El musicógrafo Krzysztof Meyer en su libro sobre el compositor dice: u201cEn una época en que se pisoteaba la dignidad humana y en que la tragedia de la guerra se extendía por el país, las sinfonías de Shostakovich eran un símbolo de la verdad y de la independencia del espíritu. El compositor fue la conciencia de la generación que vivió el infierno del estalinismo. Su Décima Sinfonía fue un singular y último arreglo de cuentas con el régimen. En ella encontramos 48 minutos de tragedia, desesperación, terror y violencia y 2 minutos de triunfou201d.

La versión que brindó Michele Gamba fue dinámica, compacta y sobre todo auténtica por la comprensión demostrada por el director y por nuestros músicos. Gamba hizo gala de su ductilidad expresiva, mostrando un magistral dominio de los resortes de la orquesta. Bajo sus indicaciones la Ossodre ostentó una cohesión y una unidad operante extraordinaria.
Todos los instrumentistas que desempeñaron roles solistas tuvieron un rendimiento de altísimo nivel: es de destacar, en particular, el gran compromiso y responsabilidad de nuestros músicos ante esta monumental obra.

Dos datos anecdóticos de este concierto: Shostakovich tenía 46 años cuando la compuso y el director italiano la condujo teniendo esa misma edad .
En segundo lugar la mayoría de los asistentes creían que el director Michele Gamba era hijo del famoso maestro Piero Gamba, pero no son parientes a pesar de tener, además del apellido, la misma profesión.