Crónica: La Beriso cerró sus cuatro shows en Montevideo con una noche memorable

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La Beriso en el Auditorio Nacional del Sodre. Foto: Marcelo Bonjour.
La Beriso en el Auditorio Nacional del Sodre.
Foto: Archivo El País.

AHÍ ESTUVE

El jueves, la banda liderada por Rolo Sartorio ofreció el último de sus cuatro recitales en el Auditorio Nacional del Sodre con un espectáculo lleno de éxitos

"Es increíble ver cómo nos tratan", dijo el cantante de La Beriso, Rolo Sartorio, sobre el final de su cuarto y último recital en el Auditorio Nacional del Sodre. "Sentimos que nos adoptaron y disfruto mucho ver la sonrisa de mis amigos en estas noches que pasamos en Uruguay. Es un placer estar en este país". 

Y durante las más de dos horas del show que ofrecieron este jueves, donde repasaron todos sus éxitos y adelantaron algunas de las canciones que formarán parte de su disco de versiones, el septeto argentino contagió la alegría de reencontrarse con el público local. Se rieron de sí mismos, recordaron aquella primera noche en Montevideo —esa en BJ que incluyó a una estadía en hostel de mala muerte— y bromearon constantemente con el público. 

La complicidad fue tan intensa que incluso Sartorio se tomó una pequeña pausa en el medio del show para bajar a la platea y firmarle un autógrafo a una fanática insistente. Luego, dos plomos de la banda lo tomaron de los brazos y lo elevaron al escenario con una pose de vedette al estilo de —como definió el cantante— Moria Casán. "Igual no te creas tan especial; la otra noche firmé un libro", comentó con una carcajada. 

Lo que se vivió el jueves en la sala Eduardo Fabini confirma nuevamente que la relación de La Beriso con el público uruguayo crece en cada visita. Y, como si se tratara de un agradecimiento, la banda que ya pasó por escenarios como el Teatro de Verano y el Antel Arena, ofreció su mejor espectáculo en Montevideo hasta la fecha. 

La Beriso en el Auditorio Nacional del Sodre. Foto: Marcelo Bonjour.
La Beriso en el Auditorio Nacional del Sodre. Foto: Marcelo Bonjour.

A diferencia de aquella noche de finales de 2019 en el Antel Arena —donde celebraron sus 20 años con entradas agotadas—, la energía del pogo se catalizó a través de aplausos constantes, algunos bailes eufóricos desde el asiento y gritos tan fuertes que no hubo tapabocas capaz de apaciguarlos.  

La clave de esa energía está en su repertorio. Abrieron el show con la celebratoria "Cantemos", una canción de 2011 que adquirió un nuevo significado tras el manto de oscuridad e incertidumbre que definió la pandemia del coronavirus. "Hoy te pido que te levantes (...) / Una copa de vino, brindemos por lo que se han ido, / Brindemos amigo, / Con otra copa de vino, / Brindemos por nuestro destino y por un nuevo camino", cantó Sartorio.

La noche continuó con "Tres mujeres y ella", "Un error", "Corazón duro" e "Infierno". "Vamo' arriba que esta es la última noche", dijo el cantante en su primera pausa, que le permitió salir del escenario por unos segundos para comerse un sándwich de miga. Ese repertorio bien rockero y explosivo que está perfectamente representado por la granada colocada en el micrófono del frontman, esta serie de recitales en el Auditorio Nacional del Sodre demostró lo bien aceitada que está la máquina del grupo nacido en 1998.

"No se puede saltar y hay que estar con el tapabocas, pero está bueno disfrutar un show sentado”, le había dicho el cantante a El País a principios de agosto. Y esta manera de experimentar un show de La Beriso permitió que el público se concentrara en el notable desempeño de los músicos. Una de las grandes sorpresas estuvo a cargo de Yamil López, la última adquisición del grupo, quien entró a La Beriso hace tres años para reemplazar al guitarrista original, Pablo Ferradas. El músico, que ya grabó en Giras y Madrugadas (2019) ofreció algunos de los mejores solos de la noche y le brindó una nueva energía a los clásicos de la banda.

Lo mismo sucedió con Pablo Puntoriero, el músico todoterreno que se paseó por las congas, saxofón, flauta, clarinete, percusión y hasta los coros para aportarle cierta dulzura a los riffs de raíz stone que parten de las guitarras de de Emiliano Mansilla y López.

El motor del grupo estuvo a cargo del bajista Ezequiel Bolli, del baterista Javier Pandolfi —que ofreció un extenso y ovacionado solo de su instrumento— y el tecladista Conde Kung. Este último, encargado de la dirección musical, le aportó —además de una buena dosis de humor al show— nuevos arreglos a éxitos como "Viva la Patria" y "Cómo olvidarme". 

Pero, sin dudas, la sorpresa más grata fue la de ver la solidez y el compromiso con la que Sartorio interpreta sus canciones. La evolución de su voz desde Sólo Canciones (2005), su disco debut, es notoria. Y eso quedó claro con la emotiva versión de "Cómo olvidarme", inspirada en la muerte de una de sus hermanas: sobre los acordes de piano de Kung, se movió con total soltura —jugó con los silencios y los matices— sobre la letra más desgarradora de su obra. Cuando hizo un breve silencio tras pronunciar la frase: "No puedo olvidarte, no voy a olvidarte, / Te dije al oído y es una promesa", disparó una ovación que duró 30 segundos.

Lo de La Beriso en el Auditorio Nacional del Sodre fue una de esas noches que quedan en la memoria. Ofrecieron su mejor cara al público local, repasaron sus grandes éxitos —la seguidilla final de "No me olvides", "Todo cambia" y "Traicionero" logró que el público coreara al máximo volumen— y volvieron a demostrar por qué son una de las bandas más convocantes del rock de la vecina orilla. Cerraron la noche con una grabación de "Bella Ciao" y la promesa de volver pronto. Y, como lo demostró la cálida respuesta de los asistentes, el público local los espera con los brazos abiertos. 

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