Crónica de Ciro y los Persas Sinfónico: entre "SUSI" y tambores, la banda trajo al Sodre un show para no olvidar

Este domingo, la banda de Ciro Martínez repasó sus clásicos con un concierto de casi tres horas en el que reimaginó sus clásicos (y el de Los Piojos) junto a una orquesta de 50 músicos. Ciro y Los Persas Sinfónico se repite lunes y martes.

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Ciro y los Persas sinfónico.
Foto: Mauricio Rodríguez.

Redacción El País
Solo en números, el nuevo espectáculo de Ciro y los Persas impacta. El grupo encabezado por Ciro Martínez estrenó el domingo en el Auditorio Nacional del Sodre su espectáculo sinfónico, en el que se acompaña de una orquesta de 50 músicos, toca durante casi tres horas y reimagina 21 canciones de uno de los repertorios más convocantes del rock argentino.

El show impresiona, además, por todo eso que no se puede medir en cifras. Es un recorrido por todo tipo de intensidades. Ofrece la intimidad de "Canción de cuna" y "Hoy te vas", en la que Ciro le canta a sus hijas apenas arropado por una sección de cuerdas, y la efusividad de un público de pie que corea clásicos de Los Piojos como si estuviese en el campo del Antel Arena. Tiene al Lobo Núñez, a su hijo Noé y a su nieto Camilo llevando a "Pistolas" a un escenario candombero, y a la orquesta vistiendo de épica a un rock stone como "Pacífico".

Y, por si fuese poco, deja relucir el magnetismo de Martínez como frontman. En medio de "Tan solo" baja a la platea de la sala Eduardo Fabini para cantar entre la gente, y en "Mírenla" desaparece por unos minutos mientras los Persas y la orquesta dirigida por Ignacio Algorta mantienen la atención puesta en la música. Martínez irrumpe en Galería Alta —o sea, en el último piso— para, desde la primera fila, hacer cantar el estribillo de una de sus canciones exitosas mientras dirige a distancia a su grupo.

Ciro viene seguido a Uruguay, pero el espectáculo que preparó para el Auditorio Nacional del Sodre muestra lo que nunca se vio del argentino en Montevideo. Apenas pasaron cinco meses desde su explosiva actuación en la Rural del Prado como protagonista del Cosquín Rock Uruguay, y uno siente que está frente a otro artista. Es uno de esos shows para el recuerdo que, afortunadamente, tendrá otras dos funciones: se repetirá este lunes y martes, y quedan entradas en Tickantel.

El espectáculo está dividido en tres sets sobre el período retrospectivo que el artista inició en pandemia bajo el título Un viaje en el tiempo, y que ya tiene dos discos dedicados a reversionar el repertorio de Los Piojos y de Ciro y los Persas: el acústico Guerras y el sinfónico Sueños. El show de Montevideo inicia con un segmento sinfónico, pasa a otro acústico y cierra con el regreso de la orquesta. Apenas hay unos minutos de intervalo entre cada uno, como para asimilar lo que sucedió antes de continuar.

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Ciro y Los Persas sinfónico.
Foto: Mauricio Rodríguez.

En este espectáculo, la Susi ("Selección Uruguaya de Sinfónicas", definió Ciro) tiene un rol clave. Le aporta todavía más energía a los riffs de clásicos como "Antes y después" y "Verano del '92", y le da delicadeza a canciones como "Ruidos" y "Tal vez". Cuando los tambores de la familia Núñez se suman para fusionar rock, candombe y orquesta, el resultado es aún más efectivo: "Carrousel", "Agua" y "Pistolas" estuvieron entre lo más alto del show.

La sección acústica, en la que el grupo queda solo en el escenario, mantiene el golpe emocional del arranque. Con Ciro vestido de traje y recorriendo el escenario en bicicleta mientras canta "Ruletas", se concreta otra de las postales de la noche.

En Uruguay, el cantante aprovechó la oportunidad para contar varias anécdotas. Aseguró que la armónica con la que iba a tocar el riff de "Farolito" no se la "dejaron pasar en el Buquebus", recordó la vez que sorprendió a su madre —fan de Serrat— al cantar "Esos locos bajitos" como invitado de uno de los shows del español en Buenos Aires, y reveló que le gustaría cantar la versión candombera de "Ando ganas" con Michael Bublé. Lo que no hubo fueron comentarios sobre la vuelta de Los Piojos, pero no importó: esa noche el foco estuvo en otro lado.

El cierre, luego de la escena de Martínez cantando "Mírenla" desde la Galería Alta, quedó en manos de una enérgica versión sinfónica de "Pensar en nada" (de León Gieco) y otra de "Astros" que Ciro transmitió por Instagram. Fue un momento eufórico para dar cierre al debut de uno de esos espectáculos de no olvidar.

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