Redacción El País
Es lo que suele decir: que con Myles Kennedy & The Conspirators son una banda de rock, y que cuando salen a escena hacen lo que tienen que hacer. Tocan, tocan mucho, tocan largo, hablan poco y hacen un show medido; la música y la energía que de ahí se desprende son lo único que importa. Es lo que suele decir: eso, exactamente eso, lo que trajo Slash en su vuelta a Montevideo.
A 12 años de un debut que se había anunciado para el Velódromo y terminó en el Teatro de Verano, Slash dio este miércoles el primer show de 2024 en el Antel Arena. Regresó con las canciones de su disco 4 como principal novedad, y dispuesto a entregar eso que ha definido su carrera y que lo ha convertido en uno de los mejores guitarristas de rock de las últimas décadas.
Ante un público que estuvo más bien tímido, en una sala lejos de llenarse y con la llamativa presencia de varios turistas brasileños, los Conspirators salieron al escenario pasadas las 21.15 y luego de que Gilby Clarke hiciera su número de apertura; más temprano estuvieron los locales de Subte.
En una presentación sin sorpresas, Slash se robó las miradas, los aplausos y la atención completa de una audiencia que, quedó claro, fue para verlo y escucharlo a él. Myles Kennedy se esforzó por encontrar respuesta en la platea, que cantó poco pero coronó cada canción con sonoros aplausos; cuando le tocó pasarse al rol de frontman, el bajista Todd Kerns consiguió un mayor entusiasmo.
El repertorio fue esencialmente de Slash y los Conspirators, con "The River Is Rising", el tema que da nombre a la gira, como canción de apertura y con "World on Fire", "You're a Lie" y el cierre con "Anastasia" como puntos altos. "Always on the Run" de Lenny Kravitz fue uno de los covers incluidos en la lista, pero el que más sorprendió, aún cuando es parte de la propuesta que vienen haciendo en el tour, fue el de "Rocketman" de Elton John. Llegó para los bises y fue el único remanso en una noche estridente.
De Guns N' Roses lo único que apareció fue "Don't Damn Me", un tema del Use For Illusion que no es parte del cancionero habitual del grupo con el que Slash tocó en Montevideo en 2022.
Lo uruguayo del encuentro estuvo representado en la camiseta de la selección, la número 9 de Luis Suárez, con la que el carismático baterista Brent Fritz tocó durante todo el concierto, y en una bandera que en algún momento fue colgada en uno de los equipos. Hubo apenas un par de "Gracias" en español y una interacción acotada, que se limitó a lo musical.
A Slash, como es costumbre, apenas se le escuchó la voz. Solo se acercó al micrófono cuando fue el momento de presentar a Kennedy, pero el resto del tiempo habló desde su guitarra, esa a la que logró arrancarle un solo de varios minutos mientras una cuerda rota quedaba suspendida en el aire. Su mensaje fue visceral y para la respuesta, tampoco se necesitaron palabras: cada vez que se enroscaba entre acordes e inventivas, el público levantaba las manos en forma de cuernitos, un gesto que funcionó una y otra vez como un aval. La confirmación de que cuando el rock está así, tan encendido y tan adentro, solo queda recibirlo como una convicción.