Por Rodrigo Guerra
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"Hoy seremos testigos de una noche soñada", promete la presentadora y despierta el primer grito entusiasta del público. "Es el momento de recibirlo a él, que lleva 30 años de carrera. A él, que es un fiel representante y exponente de nuestra querida cumbia del interior. A él, que nunca deja de agradecer al gurí soñador que no bajó los brazos cuando todo era cuesta arriba, A ese gurí soñador hoy llegó al Estadio Centenario con la Orquesta Filarmónica de Montevideo; llegó la hora de cumplir este sueño: con ustedes, ¡Lucas Sugo!".

Y ahí, de frente a la Tribuna Olímpica, a la Torre de los Homenajes y a los miles de seguidores que lo acompañan desde hace años, sale al escenario. De sonrisa amplia y un traje oscuro, Lucas Sugo camina hacia el micrófono para dar inicio al que será el show más emotivo de su carrera. Entre su banda y la Filarmónica suman 60 músicos que, durante casi dos horas, unirán la charanga y la música sinfónica en nuevas versiones del repertorio del ex Sonido Profesional.

El concierto inicia con "Amiga" y alcanza con escuchar el riff del inicio, ahora interpretado por la Filarmónica, para que en las gradas se desate el baile. Hay vinchas con el rostro y el nombre del cantante, banderas de España y Bolivia, y carteles con frases como "Lucas Sugo, contigo soy fan de la vida" y "Felices 30 años de carrera, gracias por tu arte". Las pantallas gigantes muestran cómo unas cuantas familias —desde niños hasta señoras con bastones— bailan y cantan al unísono el estribillo de uno de sus mayores éxitos. La cumbia del interior llegó al Estadio Centenario.

Foto: Darwin Borrelli.

Luego de "Llora mi garganta" y "Te vas", Sugo se calza su guitarra electroacústica por primera vez en la noche. "Agarré este instrumento porque se viene una canción que simboliza mucho en mi vida y que me abrió muchas puertas. Tengo muchísimo orgullo de decir que vengo del norte del país", dice y se quiebra en el momento exacto en que menciona la palabra "orgullo". Se toma unos segundos mientras el aplauso colectivo lo arropa. "Esta cosa la veíamos muy distante, y felizmente la constancia estuvo presente en mi vida para poder disfrutar de esto y decir: 'Sí se puede'. Muchísimas gracias al público por regalarme la certeza de que esto no fueron solo cinco minutos y nada más", comenta y la Filarmónica comienza a interpretar una nueva versión de "Cinco minutos".

El concierto del sábado pasó por varios estados de ánimo, tal como se lo había adelantado a El País. "Se va a dividir en dos partes”, explicó en febrero. "Una romántica, donde voy a interpretar las canciones que me ayudaron a hacerme camino y otras que siempre quise hacer; y otra dedicada a la charanga y el ritmo tropical. Va a ser una hermosa mistura de colores artísticos de mi banda con la Filarmónica”.

Foto: Darwin Borrelli.

Con la dirección de Martín García y con arreglos de Franco Polimeni, el repertorio de la noche ofreció una buena muestra de las habilidades del artista que creció escuchando a Luis Miguel y Juan Gabriel y que, en un primer momento, estaba decidido a ser cantante romántico. Por eso, Sugo interpretó clásicos del género como "Si no te hubieras ido" y "Déjame intentar". Además, invitó a Oscar Collazo, ganador de La Voz Uruguay, para interpretar una brillante versión orquestada de "Llueve, lluvia, llueve".

La charanga adquirió el protagonismo cuando la banda del artista tomó el lugar de la Filarmónica e interpretó un enganchado de "Nudo en la garganta" y "Bajo cero". "Se va armando el bailongo en el Centenario", celebró el artista mientras veía al público de pie. Sugo, que tiene unos cuantos años de experiencia cantando en bailes y escenarios de toda la región, conoce la clave para mantener el ambiente festivo. "Las palmas arriba, levantá esa mano bien arriba" y "Si estás ahí, hacémelo saber con un grito de locura" son dos de sus frases infalibles. Ambas se basan en la complicidad con su público y logran una complicidad que llega a su punto máximo cuando toda la Tribuna Olímpica se ilumina con los flashes de celulares de sus fanáticos.

Foto: Darwin Borrelli.

El momento más emotivo de la noche llegó sobre el final, cuando cantó "A mi manera" acompañado por la Filarmónica. "Cuando yo era un gurí de 10 años, con mi mamá escuchaba un casette de María Martha Serra Lima que tenía una canción que me gustaba mucho pero de la que no tenía noción. A medida que pasaba la vida me gustaba cada vez más porque la iba entendiendo", dijo el cantante antes de lanzarse sobre la que fácilmente rankea como una de las mejores interpretaciones de su carrera.

El cierre, con la frase "porque viví, siempre viví, a mi manera", fue tan cautivador que Sugo no pudo aguantar el llanto. Y ahí, solo en el centro del escenario, trató de secarse las lágrimas mientras el público le dedicaba una ovación que duró casi tres minutos. "Necesito decir esto, por favor", interrumpió, con la voz quebrada. "Florencia Victoria Sugo, Lucas Agustín Sugo e Isabella Sugo vivan siempre así: a su manera", les dijo a sus tres hijos. Y el llanto del cantante fue tan incontrolable que Martín García debió tomar el micrófono; le dedicó unas palabras de agradecimiento al artista y comentó que es momento de "pensar en lo que se viene".

Foto: Darwin Borrelli.

"Esta noche debe ser una fiesta", comentó Sugo apenas se repuso. Y, para terminar con el concierto, volvió a hacer bailar al público con una irresistible versión de "Cariñito". "Gracias por regalarle a este gurí soñador una de las noches más especiales de su vida", comentó justo antes de bajar del escenario.

Lo del sábado en el Estadio Centenario fue una noche de celebración y consagración para Lucas Sugo, el artista que se encargó de llevar a la charanga al escenario más grande de Uruguay.