ÁHÍ ESTUVE

“¡Muy pero muy buenas noches! Bienvenidos a la noche más esperada, bienvenidos al reencuentro, bienvenidos al Antel Arena. Aquí está el número uno de la música tropical uruguaya: Lucas Sugo”, anunció, eufórico, un presentador vestido de traje y corbata. De inmediato, la ovación de las casi 3500 personas que acudieron al regreso de uno de los artistas más populares de la música local se oyó como un rugido.

El entusiasmo se percibía en el ambiente y tenía sus motivos: el del sábado a la noche era el primer show en Montevideo del cantante de "Cinco minutos" y "A quemarropa" en casi dos años. Y "El reencuentro", como se tituló el espectáculo, se celebró en el mismo recinto donde ofreció dos shows agotados a finales de 2019. El panorama, claro, fue bastante diferente al de aquellos recitales prepandemia; si bien los tapabocas, los asientos separados y el baile desde las sillas dominaron la escena, la energía fue la de siempre. 

Y todo gracias al repertorio lleno de éxitos —"Este va a ser mi show más charanguero en Montevideo", le adelantó a El País días atrás— y a la habilidad de Sugo, que cuenta con unos cuantos años de experiencia cantando en bailes y escenarios,  para mantener el ambiente festivo durante dos horas. "Las palmas arriba, levantá esa mano bien arriba", lanzó al comienzo de varias de las canciones para mantener el entusiasmo a falta de baile.

"Vamos a parar un poquito a la banda", anunció al comienzo de "Recuerdos de amor", la tercera canción del repertorio. "Saben que les tengo que agradecer, porque nadie se sacó el tapabocas ni se paró. Gracias, porque estaba re nervioso por eso. Supongo que tienen ganas de bailar, pero nos tenemos que cuidar. Su respeto es una manifestación de cariño", dijo. 

Para agradecerle al público por acatar los protocolos sanitarios, unos minutos más tarde se colgó la guitarra y tomó pedidos de canciones. En medio de los gritos que provenían desde la platea amortiguados por los tapabocas —la mayoría celestes, aunque se vio alguno con la foto y el nombre del artista—, Sugo cumplió con tres solicitudes: "Hechicera", "A que no" y "A quemarropa". Luego, interpretó una dulce versión de "No saber de ti", de Los Nocheros. "Esto es como una rueda de amigos", comentó.

Y esa "rueda de amigos" que llenó el aforo del 45% establecido para el show, estuvo formado por un público bastante heterogéneo. Como confirmó El Gaucho Influencer —el alter ego del humorista Eduardo Fernández— en el divertido monólogo que ofreció antes del concierto, poco más de la mitad del público era del interior y el resto de Montevideo. A su vez, desde los asientos se veía a madres con niños, adolescentes, parejas jóvenes y hasta mujeres de tercera edad coreando sus lecturas de los clásicos "Cariñito", "Te vas", "¿Y cómo es él?" y "Cuando cante el gallo azul".  

Uno de los momentos más ovacionados de la noche del sábado fue el homenaje a Los Iracundos que realizó junto a Juan Carlos ‘Juano’ Velázquez, el baterista fundador del legendario grupo sanducero, y al cantante Manuel Paz, encargado de reemplazar al fallecido Eduardo Franco. "Vamos a meternos en el túnel del tiempo", propuso Velázquez antes de interpretar "Voy a pedirte de rodillas" y "Puerto Montt" junto a Sugo y Paz.

Pero si de ovaciones se trata, el premio se lo llevó el anuncio del show más grande de su carrera. Será en el Estadio Centenario, donde se presentará el 8 de octubre de 2022 para celebrar sus 30 años en la música. "El concierto se realmente muy importante para mi vida profesional. Y este sueño no es solo mío, sino de todos nosotros. Así lo siento porque todas las cosas que me suceden es gracias a ustedes. Esto sale del fondo del corazón: 'gracias por permitirme continuar con este camino de sueños", dijo, emocionado, antes de ganarse un: "Olé, olé, olé, Lucas, Lucas" que duró varios segundos.

El repertorio incluyó los infaltables "Gitana", "Lluvia", "Cinco minutos" —aquel éxito de 2014 que lo llevó a la fama—, todas interpretadas con los arreglos que quedaron inmortalizados en sus discos. "En cada show que hago en Montevideo trato de ponerle nueva ropa a las canciones para no repetirme; por eso hago un tango, un rock o un reggae. Pero ahora tenía que bajar un cambio y reflotar las versiones originales", le adelantó a El País. "Como esto es un reencuentro, quise volver a esos arreglos para que cuando arranque la canción le pase algo a la gente". 

Y esa propuesta —acompañada por un sexteto de primera línea— le dio un buen resultado, porque el reencuentro del público con sus clásicos desató un grito de entusiasmo que se continuó con el canto colectivo, las manos en el aire marcando la "L" —a esta altura, su marca registrada, hecha con el dedo índice y pulgar a 90°— y los flashes de los celulares iluminando la platea.

"Muchísimas gracias por todo", dijo Sugo sobre el final del show que repetirá este domingo. "Qué lindo es afirmar que mi vida pasa por estar arriba de un escenario; como dije hace unos días (en referencia a su entrevista con El País) necesito esto para vivir y qué lindo es saber que siguen ahí, que siguen firmes y que siguen sosteniendo este camino. Gracias por tremenda manifestación de responsabilidad. ¿Cómo no vamos a salir adelante con gente como ustedes?", concluyó mientras se extinguían los últimos acordes de "A quemarropa" y los aplausos se imponían. 

Lo del sábado en el Antel Arena fue un reencuentro repleto de éxitos, bailes desde la silla y alegría. "¿Querías fiesta? Estás en el lugar correcto", dijo Sugo en uno de los puntos más altos de su regreso a los escenarios. "Hacía tiempo que quería volver a decir eso", agregó con una sonrisa. Tras casi dos años sin presentarse en Montevideo, al fin le llegó la revancha. Y lo hizo con una de esas noches que quedan en la memoria.