ENTREVISTA
Antes del show que el grupo ofrecerá el sábado en el Teatro de Verano, Gastón Puentes y Gastón Pepe dialogaron con El País sobre el disco "Respirar una vez más"
Cuatro Pesos de Propina no planeaba grabar un disco en 2020. Es más, Respirar una vez más, que editaron en diciembre, no hubiese existido si no fuese por la pandemia. Es que, en realidad, la agenda del grupo para ese año giraba en torno a la presentación de La llama (2019), su primer álbum sin Diego Rossberg —el cantante original, que dejó la banda en 2017—, pero la suspensión de los espectáculos públicos y de su gira por Europa los obligó a replantearse su camino.
“Estábamos bastante golpeados”, admite Gastón Pepe, percusionista y corista de la banda. “Pero pensamos que hacer Respirar una vez más era necesario para catalizar un montón de cosas que nos estaban pasando. Era una forma de encontrarnos y de interpelarnos artísticamente”.
Por eso, se encerraron cinco días en una cabaña de Punta Colorada, grabaron con un micrófono un montón de ideas y luego las depuraron. Podría haberse tratado de un álbum oscuro y furioso, un grito ante todas las frustraciones de esa etapa repleta de incertidumbres. Sin embargo, Respirar una vez más se trata de uno de los trabajos más optimistas de su discografía. “Dicen que es el fin del mundo, y todavía sigo acá, / Siento los latidos aunque digan que ya estamos muertos”, aseguran en “Corazón”, grabada junto a los brasileños Lazuli y Francisco, el Hombre.
“Queríamos dialogar con el presente, pero sin usar las palabras que sonaban todo el tiempo en los medios”, asegura Gastón Puentes, guitarrista y vocalista principal de la banda. “Por eso hicimos un disco que tuviera un buen pegue, que era lo que se necesitaba en ese momento”.
Y el álbum, que incluye enérgicas canciones como “Chispita” y “Pa’ festejar” —“Siempre pa’lante nunca para atras”, dice el estribillo—, es un luminoso acto de resistencia contra tiempos desestimulantes. Lo presentarán sábado en el Teatro de Verano, el recinto donde grabaron el DVD Muerto pero vivo, y las entradas se venden en Tickantel. Los precios van de 660 a 770 pesos; niños de hasta 10 años entran gratis.
—Respirar una vez más es un álbum positivo. ¿La música les permitió reconfigurar los sentimientos negativos que trajo la pandemia?
Pepe: La música siempre es un refugio. Fue un momento durísimo porque se había laburado mucho para lo que se venía, pero la banda fue un soporte importante en esas emocionas más tristes. Pudo haber sido algo más destructivo, pero el grupo supo ser sostén en muchas cosas, desde lo económico a lo emocional. Lo rescatable es que no nos quedamos atrapados en esa situación compleja, sino que hicimos lo que sentíamos. Y si hay algo que la banda aprendió en todo este tiempo es a ser resiliente y que logra salir adelante gracias al cariño que le tenemos al proyecto.
Puentes: Además, este disco lo veo bien distinto a otros. Además de ser corto, no es tan ecléctico como La Llama o Surcando porque Respirar una vez más es fruto de una circunstancia. Está encarado con un sentido, tiene consignas y surgió porque queríamos hacer un disco para tener algo nuevo cuando volviéramos a tocar, por eso fue pensado para tocar en vivo. Y aunque la circunstancia en que nació tan apremiante, nuestra respuesta fue esta.
—Además de lo que ofrecen con su música, es importante el vínculo que han generado en estos años con el público, que acompaña los cambios estilísticos en cada uno de sus proyectos. ¿Qué valor le dan a lo que reciben?
Puentes: Esa es una de las características del grupo, y te puede gustar o no. Hacer un disco muy distinto al anterior es algo que solemos hacer...
Pepe: Y muchas veces no gusta y nos dan bastante palo...
Puentes: Cuando sacamos Se está complicando pasó eso, luego llegó Juan y no le gustó mucho a la gente que escuchaba el anterior. Lo mismo pasó con Surcando: extrañaban el sonido de Juan (se ríe). Es un poco nuestra historia, pero nos gusta el encuentro de distintos universos más allá del resultado. Igual, hay mucha gente que lo abraza.
—En Se está complicando ya marcaban las reglas del juego de su espíritu ecléctico. También es importante que no se hayan dejado llevar por la fórmula de lo que ya saben que va a funcionar.
Puentes: Sí, es que es el espíritu del grupo y que la gente lo va entendiendo. Queda esa idea al estilo del: "¿Con qué me van a sorprender?". Por ejemplo, el año pasado hicimos una versión de "Hasta la raíz", de Natalia Lafourcade, junto a Gabriela Rodríguez y Luana Méndez, y capaz eso no te lo esperabas. Es parte de esa resiliencia que decía Pepe: si hay algo que nos favorece es la contrariedad. Por ejemplo, el otro día fuimos a tocar a Paso de los Toros; eran las seis de la mañana y el show fue una bomba. Estaba todo el mundo...
Pepe: Pero estaban todas las condiciones para que no hubiera nadie...
Puentes: Es que los shows siempre están buenos. Viene de esa cosa de haberse criado en tantos toques de facultades: si nos tirás en la calle con un parlante roto y dos micrófonos, ese es nuestro lugar cómodo (risas).
—Si bien su sonido es bastante ecléctico, las letras suelen basarse en la lectura social. ¿Cómo surge?
Pepe: Así como nos fuimos nutriendo de un montón de bandas que nos ayudan a entender ciertas situaciones, inevitablemente eso se volcó a la música que hacemos nosotros. Es una característica de Cuatro Pesos contar cosas y tener una posición sobre la realidad. La intención del cambio o la transformación es algo movilizante del ser humano. Se apela a ser cada vez mejores porque creemos que otro mundo puede ser posible, solo que hay un montón de factores que lo hacen difíciles. Con Respirar una vez más buscamos una consigna y ese ha sido un factor que aparece en las composiciones de la banda: hablamos de lo más existencial y de lo político, pero desde el lugar más abstracto, el de cómo nos asociamos para vivir en la polis. Lo tomamos con mucha responsabilidad porque después te tenés que hacer cargo de lo que apoyás y no tenés que subirte a ningún pedestal moral por decir algo. Nos permitimos encontrar nuestras propias contradicciones pero tenemos la sinceridad estética de manifestar lo que está pasando.
Puentes: El arte vinculado a la política es un camino lleno de aprendizajes, porque a veces querés decir una cosa y te das cuenta de que te pudiste haber puesto en un pedestal. Si hay un hilo conductor en nuestra historia es que este es un grupo súper político y que es consciente de serlo. Pero, por más de que se haya transformado la manera de decirlo, está siempre ahí. Para nosotros, eso es tan importante como la música.
Pepe: Eso no significa que todo el tiempo tengas que decir: “Sistema, capitalismo y derrocar al estado”...
—Es algo que está presente en los últimos trabajos del grupo: se sugiere una postura en vez de imponerla.
Puentes: En un momento nos dimos cuenta, de alguna manera, que queríamos ser menos determinantes. Ya no es: “Esta es la verdad absoluta y soy un justiciero social”. Es mejor ser más constructivo y revisar lo que uno decía para poder llegar mejor...
Pepe: Revisar el ego de lo que sí y de lo que no también es político, y te permite pararte desde otro lugar.