En "Dancing With the Devil", Demi Lovato se anima a revivir sus momentos más difíciles

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Demi Lovato. Foto: Difusión.

PERFIL

Demi Lovato estrenó "Dancing With The Devil", un confesional documental de cuatro partes disponible en YouTube, donde analiza las secuelas de sus adicciones

Demi Lovato despertó legalmente ciega en una unidad de terapia intensiva después de una sobredosis de drogas en julio de 2018 que casi la mató. Tardó dos meses en recuperar la vista como para leer un libro y recuperó 10 años de sueño, entre juegos de mesa o dando una sola vuelta por la planta del hospital como ejercicio. Podía mirar su teléfono a través de su visión periférica y tecleaba con notas de voz.

“Fue interesante lo rápido que me adapté”, dijo. “No me di tiempo para sentirme realmente triste por ello. Solo pensaba en cómo solucionarlo”.

Lovato —cantante, compositora, actriz y activista de 28 años que trabaja desde los seis años y es famosa desde su adolescencia—, es una de las figuras de la cultura pop más resistentes. Empezó en la televisión para niños y dio el difícil salto al estrellato adulto; lanzó seis álbumes (dos se convirtieron en discos de platino y cuatro en de oro), fue jurado en The X Factor, actuó en Glee y Will & Grace y acumuló 100 millones de seguidores en Instagram. Y todo lidiando con un trastorno alimentario desde niña, una adicción a las drogas desde la adolescencia. Se reveló como mujer queer y enfrentó la crónica presión de ser así de famosa.

Hace un repaso sin tapujos de su vida en el documental Dancing With the Devil, que está en YouTube en cuatro episodios desde ayer. Una canción con el mismo nombre, una muestra descarada e inquietante de la potente voz de Lovato, es la primera muestra de un nuevo álbum, Dancing With the Devil … The Art of Starting Over, que sale el 2 de abril.

Los documentales de las estrellas del pop en los que hablan de sí mismas son una industria, pero en general son herramientas de marketing asépticas con complicaciones como el estrés o la soledad. La película de Lovato, sucesora de Simply Complicated de 2017, es todo tensión —más de 90 minutos de entrevistas dirigidas por Michael D. Ratner— y no pasa por alto las realidades más feas. Revela detalles atroces sobre un historial de agresiones sexuales, autolesiones y traumas familiares. La película y el álbum forman parte de un intento por regresar que pone a prueba una parte fundamental de la propuesta de Demi Lovato: ¿hasta qué punto puede ser honesta?

A principios de 2020, tomarse una pausa no estaba en los planes de Lovato. Tenía un nuevo equipo liderado por Scooter Braun, el empresario que supervisa las carreras de Justin Bieber y Ariana Grande, y volvió a actuar en los Grammy y en el Super Bowl. Sin embargo, volver a la corriente principal del pop después de un traspié tan pública no era una garantía.

No habría álbum ni gira en 2020. Pero los cambios que sufrió Lovato —sobre todo desde que cumplió años en agosto, dijo— la redireccionaron. Se ha dedicado cada vez más al activismo, a la meditación y, a pesar de sus dificultades de visión, a la lectura. “Este último año me aportó mucho crecimiento personal y benefició mi evolución espiritual”, dijo. Además, Braun habló del único objetivo para ella: “Vivir una vida feliz”.

A los 18 años, fue a rehabilitación por problemas físicos y emocionales después de ser sorprendida consumiendo drogas y agredir a una bailarina durante una gira. Le dijeron que tenía trastorno bipolar; lo hizo público para explicar sus acciones y ayudar a disipar el estigma que rodea a la salud mental. Dice que no volvió a recibir ese diagnóstico y cree que era erróneo. “Resulta que es TDAH (trastorno por déficit de atención e hiperactividad), pero no soy bipolar”).

Sin embargo, exponer sus imperfecciones no sirvió para aliviar la presión interna. Tras bastidores, Lovato se esforzó por ser la versión idealizada de una estrella del pop exitosa. Sus dos primeros discos de 2008 y 2009, estaban llenos de pop-punk enérgico. Su tercer disco, Unbroken fue un salto creativo, al añadir más influencias de R&B y temas serios.

Desanimada por la reacción hacia esos discos, recalculó. “Pensé: ‘Muy bien, ¿cuál es la fórmula para que una estrella del pop esté en lo más alto de las listas?’”. Serían: “Mostrar la piel, estar mucho más en forma y, ya sabes, usar leotardos en el escenario. Así que interpreté ese papel. Y eso no me completó para nada”.

“Es raro pensar que tenía más sentido de la identidad cuando a los 15 o 16 que cuando tenía 23”, dijo.

Una canción de ese periodo oscuro de 2015 sí que recordaba a los primeros trabajos de Lovato, con su estribillo disco-punk impulsado por guitarras estridentes. “Cool for the Summer” era la que hablaba sobre ligar con chicas. Lovato escuchó su ritmo en el estudio del productor Max Martin y quedó cautivada: “Pensé: “Es una canción que suena muy duro’”.

Cuando “Cool for the Summer” se hizo inevitable, Lovato abordó el tema de la canción con su padrastro. “Le dije: ‘Bueno, quiero decirte que me gustan las chicas’. Y él dijo: ‘Sí, tenés un número uno que habla de eso, así que no estás engañando a nadie’. Y yo dije: ‘Buen punto. Quizá debería decírselo a mamá’”.

Lo hizo, pero dos años después, antes de tener salir con una mujer y suponer que las fotografías acabarían en internet. “Puse un montón de expectativas negativas en esa charla que desearía no haber puesto”, dijo Lovato. “Puesto que crecí en el sur, como cristiana, tenía miedo de cómo reaccionaría”. Su madre le dijo: “Solo quiero que seas feliz”.

La comprensión de Lovato de su identidad, así como del estado de su salud física y mental, se complican por la matriz del estrellato pop. Pero una nueva generación, como Billie Eilish, enfrenta a las expectativas que se tienen desde hace tiempo. “Creo que cuando Billie empezó a llevar ropa holgada, fue la primera vez que me dije: ‘No tengo que ser la estrella del pop sexualizada y supersensual’”, dijo Lovato. “Nunca me sentí tan cómoda así. No es lo más natural para mí salir al escenario con una malla”.

Ese cambio de perspectiva la llevó a una serie de preguntas. “Si no soy la estrella del pop sexualizada con una gran voz, entonces, ¿quién soy?”, se preguntó. “Siento que desde ese despertar, adopté mi independencia. Le di la bienvenida al equilibrio de mis partes masculina y femenina. Y me siento en control más que nunca en mi vida”.

En noviembre, Lovato fue la anfitriona de los People’s Choice Awards luciendo vaporosas pelucas porque quería “verme explosiva”. Luego se cortó el pelo, lo que “se sintió como el primer paso para aceptarme completamente”, dijo. “Aún estoy en un viaje para encontrarme y este corte de pelo fue solo un paso del proceso”.

Lovato pertenece a una estirpe de cantantes pop potentes capaces de arrasar con una sola nota. Pero es imposible separar la fuerza de sus pulmones de la personalidad que los anima: “Te quedas pensando en cómo puede sonar así”, dijo su amiga Noah Cyrus. “Es impecable y defectuosa en todas las formas más perfectas. Toda su emoción cruda está ahí. Y eso es de lo que están hechos los artistas más increíbles”.

Su nuevo álbum tiene su cuota de pirotecnia vocal, pero es mucho más íntimo, centrado en contar la historia de los últimos años. Su canción más antigua se grabó el Día de San Valentín de 2018; la más reciente, una colaboración con Ariana Grande es muy reciente. La contundente “Melon Cake”, inspirada en las sandías cubiertas de chantilly sin grasa que Lovato solía recibir en su cumpleaños en lugar de un pastel real, trata de buscar el control que le faltó durante tanto tiempo. Y “California Sober”, una canción de ritmo medio, explica en qué punto se encuentra Lovato en su recuperación.

“No he estado totalmente sobria desde el verano de 2019”, dijo. “Me di cuenta de que si no me permito un margen, termino en sustancias más duras. Y eso acabará conmigo”.

En muchos sentidos, Lovato siempre ha compartido más de sí misma fuera de su música que dentro de ella, algo que está cambiando con su nuevo álbum, sobre todo al escribir desde una perspectiva más diversa en términos sexuales. “Me doy cuenta de que mi música del pasado no era tan abierta como la que escribo hoy, siento que me impedí ser vulnerable en algunas de esas canciones”, dijo.

Al hablar de los cambios más amplios en su vida, sonaba tranquila, aunque su trayecto está lejos de terminar: “Estoy lista para sentirme como yo misma”. Sonrió. “Por fin estoy siendo honesta conmigo”.

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