Es el show más grande del verano. Doscientas toneladas de estructura, 2.000 metros cuadrados de áreas techadas y hasta 80 kilos de confeti. La visita de David Guetta, uno de los DJs más populares del mundo, a Punta del Este, va a inaugurar la agenda musical de 2023 con una verdadera fiesta de baile y hits. La cita será este lunes en la Parada 6 de Playa Brava, y las últimas entradas van de $ 5.330 a $ 10.250 y se venden en AccesoYa.
Los números para el show del francés son tan grandes como los que han acompañado su carrera. Tiene 66 millones de oyentes mensuales en Spotify y es el décimo artista más escuchado de la plataforma.
Sus videoclips acumulan 16 mil millones de reproducciones en YouTube y su último gran éxito, “I’m Good (Blue)”, grabado con Bebe Rexha, no deja de sonar en radios ni de sumar escuchas día a día.
Pero más allá de las cifras, lo del DJ y productor de 55 años es uno de los casos más llamativos de la industria. Es el responsable de que la electrónica se expandiera por el mundo, y gracias a discos como One Love (2009) y Nothing But the Beat (2012) hizo de la dinámica de las colaboraciones la costumbre más popular de la música mundial de los últimos 15 años.
Es una forma de trabajo que inició en Just a Little More Love, su álbum debut de 2002. El motivo fue tan simple como práctico: Guetta no canta. Así que reclutó a los artistas Chris Willis, Barbara Tucker y Juan Rozof para que le pusieran voz a sus producciones. A ese disco, que incluía el hit bolichero del título, le fue muy bien: vendió 300 mil copias en todo el mundo. Sin embargo, la cifra suena irrisoria cuando se la compara con lo que vendría más adelante.
Todo se debe a “When Love Takes Over”, que grabó en 2009 con la voz de la ex Destiny’s Child Kelly Rowland. La fusión entre las melodías pop, un loop irresistible de piano y un pulso electrónico sumamente bailable fue un hit instantáneo. El tema tuvo presencia obligatoria en MTV —justo antes de que YouTube se convirtiera en el termómetro de la música mundial— y logró que su trabajo llegara a las emisoras que no pasaban electrónica en la radio.
La verdadera consagración llegaría unos meses después, de la mano de The Black Eyed Peas y su megahit “I Gotta Feeling”. El tema, un himno de las previas nocturnas, fue el mayor éxito de ese año y logró la máxima conquista de la música electrónica hasta el momento.Desde ese momento, la “EDM” o electronic dance music dejó de ser parte de un nicho para alcanzar al público masivo.
Guetta cerró ese año consagratorio con el disco One Love, una verdadera avalancha de hits festivos. La lista es larga e incluye “Memories”, “Gettin’ Over”, “Sexy Bitch”, “One Love” e “It’s the Way You Love Me”. Vendió tres millones de copias e hizo del francés el productor más cotizado del momento.
Pero el fenómeno recién empezaba. En 2012 le llegó el turno a Nothing But the Beat, un álbum doble aún más exitoso que el anterior. En el primero profundizó en la lógica de las colaboraciones y cosechó nuevos éxitos —“Titanium”, “Sweat”, “Where Them Girls At” y “Play Hard”—, en el que aprovechó el interés por la EDM para lanzar un repertorio de instrumentales que acercó a una generación al estilo.
Luego de Listen (2014), otro disco de hits, publicó 7 (2018), un trabajo que marcaba un cambio en su estilo. Es que para ese momento, había tanta influencia de la música electrónica en la industria que el fenómeno se empezó a agotar. Las canciones se tiñeron de un abordaje más orgánico y minimalista que renovaron su propuesta.
Meses atrás lanzó “I’m Good (Blue)”, una colaboración con Bebe Rexha que samplea a “Blue”, el himno de los one hit wonder Eiffel 65. Llegó a los primeros puestos de Spotify y YouTube y confirmó que, luego de tantos tiempo, Guetta se mantiene tan vigente como en 2009.
Con un repertorio así de exitoso llegará el 2 de enero a Punta del Este, para ofrecer un show que promete pura alegría.