ENTREVISTA

Minutos después de haber terminado una sesión de fotos para la revista Rolling Stone, mientras pide a alguien que lave unos vasos y despide a un grupo que todavía da vueltas por su casa, Andrés Ciro Martínez atiende la llamada de El País. La excusa es su vuelta a Uruguay, con el show que dará este sábado en el Antel Arena, con aforo ampliado y entradas agotadas hace días. Pero lo que impulsa la charla es otra cosa.

En 2020, en plena pandemia, lanzó el disco acústico Guerras (Un viaje en el tiempo) junto a su banda, Los Persas. Fue una oportunidad de revisitar canciones de su historia musical, tanto en Los Piojos como con esta formación que lidera desde 2009, y también de aportarle aire nuevo a temas que ya tienen un lugar especial. Además incluyó un inédito, “Te encontré”, y un agradecimiento.

Así se lucen, con nuevas ropas, clásicos como “El farolito”o “Mirenla”, y así se alimenta una nueva propuesta en vivo, que combina esta faceta acústica con la tradicional eléctrica. El espectáculo también incorpora a una bicicleta con la que Ciro hace, digamos, ese viaje en el tiempo y que, hasta el día de la charla, no sabía si iba a poder traer a Montevideo.

Durante el período sin espectáculos públicos por causa del coronavirus, el músico argentino lanzó algunas canciones, grabó este disco —parte de una trilogía que se completará con los álbumes Amores y Sueños—, e hizo un par de shows virtuales. Eso incluyó una participación en el Cosquín Rock por streaming, que dejó una postal pandémica inolvidable: Ciro, solo en la mitad del campo del Luna Park, con su sombra como única compañía y cantando, a capella, el coro de “Tan solo”. Muy simbólico.

Cuando no está involucrado en algún proyecto musical, que parece que siempre los hay, Ciro disfruta de otras cosas. Está con sus hijos, anda en bici, juega al truco con amigos —“somos unos enfermos”, dice—, y empezó a hacer ejercicio “para poder despejar la cabeza y bajar toda la ansiedad de todo el encierro”. También lanzó su propio vino y estuvo a punto de actuar para una serie de Amazon Prime Video que se rueda en Uruguay, pero la vuelta de los conciertos y la proyección de giras le cambió los planes.

Al final vendrá a Montevideo, pero como el hombre que acumula clásicos del rock rioplatense. Antes del show, repasó la historia de cuatro de ellos, todos incluidos en el disco Guerras.

“Originalmente era un reggae y el productor, Alfredo Toth, empezó a pedir que lo aceleráramos. Y yo al final del tema hacía ese ‘uó-bamba-uó-bamba-uó’, cuando se iba el tema, y me dice: ‘No, no, eso ponelo adelante y vos solo, sin banda’. Y yo decía: ¡este está loco! Pero al final tenía razón”, dice de uno de los mayores clásicos de Los Piojos, originalmente en el disco 3er. Arco.

Así suena la nueva versión:

“Fue una canción final dedicada a una chica que me había inspirado muchos temas, que son justamente los que voy nombrando a lo largo de ‘Insisto’: ‘Y qué más’, ‘Gris’, ‘Te diría’, ‘Qué decís’, ‘Olvidate’, y algún verso de otro tema como ‘Ay ay ay’. Todo se lo escribí a la misma chica, y este es un tema final para ella”, dice Ciro sobre la preciosa canción incluida en el álbum debut de Los Persas, Espejos (2009).

“Fue un disco hecho en tiempo récord. Y fue con mucha carga, mucha bronca por el final de Los Piojos, mucha expectativa de querer salir saliendo de gira”, repasa el cantante. “Dicen que el tiempo va borrando los sinsabores y queda la parte más dulce del recuerdo, y la verdad es que fue duro, pero estuvo bueno”.

Del disco 27 (2012), fue el hit pop que trascendió al público rockero y puso a Los Persas a sonar en otro ámbito. “Fue como un pasaje de turismo, de viaje ese tema, porque nos terminó de consolidar para ciertos festivales o lugares donde había música variada”, dice Ciro. “Y si bien uno con el tiempo va olfateando cuándo un tema va a ser hit, siempre se puede equivocar. Sí le veía pinta de hit, cuando hice el riff de armónica decía: Esto va a pegar. Pero fue por encima de lo que esperaba”.

Otro clásico de Los Piojos, Ciro quiso incluirlo en Guerras pero llevado a un ritmo tipo shuffle, en referencia a “una cosa” que alguna vez hicieron con su exbanda, para una radio, y de la que guardaba buenos recuerdos. “Es una versión que no pretende superar a la original ni nada por el estilo”, aclara el músico del tema estrella de Chactuchac (1992), álbum debut de Los Piojos. “Es un tema que a veces digo, jodiendo, que si lo toco en Siberia, la gente lo canta. Porque a donde voy, se conoce el tema; muy loco”.