Por Rodrigo Guerra
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El último suspiro del rock uruguayo antes de la dictadura, la revolución del reggae a través de Bob Marley y la consagración de Pink Floyd son apenas tres acontecimientos musicales de 1973, un año repleto de buena música y álbumes históricos.
A continuación, 10 discos que cumplen 50 años en 2023.
"Ideación" - Psiglo
Elegido como el 17° mejor disco uruguayo de la historia en una encuesta realizada por El País, el debut de Psiglo es uno de los últimos grandes álbumes de rock antes de la llegada de la dictadura. Inspirada en la energía de Deep Purple, la banda encabezada por Ruben Melogno ofreció una memorable mezcla de letras combativas y otras llenas de sexualidad. Por ahí están clásicos como “En un lugar un niño”, “Vuela a mi galaxia” y “Piensa y lucha”. La batería frenética de Gonzalo Farrugia, los riffs de la guitarra de César Rechac y el órgano Hammond de Jorge García fueron esenciales para la construcción de ese sonido que influyó a varias generaciones.
"Días de Blues" - Días de Blues
El único disco del power-trío se ganó un merecido puesto 27 en la encuesta de El País. Con Días de Blues, Jorge Barral, Daniel Bertolone y Jorge Graf presentaron un repertorio imbatible que incluía clásicos como “Dame tu sonrisa loco”, “Amasijando los blues” y “No podrán conmigo”. Con largos desarrollos instrumentales, una gran capacidad para la improvisación, un discurso auténtico y una postura de resistencia, lograron un álbum esencial. Los nueve minutos de “Toda tu vida” son una experiencia a la que hay que volver cada tanto.
"Artaud" - Pescado Rabioso
La insuperable portada estrellada adelanta que Artaud va a ser un disco diferente al resto. Luis Alberto Spinetta se consagra como uno de los letristas, cantantes y guitarristas ineludibles del rock argentino con una obra repleta de sorpresas. Lo que comienza con un himno de fogón como “Todas las hojas son del viento” se transforma en una serie de experimentos de letras enigmáticas y atrapantes como “Por”, “A Starosta, el idiota” y “Las habladurías del mundo”. Lo mejor llega con la brillante suite de nueve minutos “Cantata de puentes amarillos”, el blues melancólico de "Cementerio Club" y “Bajan”, una joya que luego sería versionada por Gustavo Cerati. Si alguien quiere entender por qué se admira tanto a Spinetta, que escuche Artaud. No se va a arrepentir.
"Confesiones de invierno" - Sui Generis
Alcanza con escuchar la letra de “Cuando ya me empiece a quedar solo” para confirmar que Sui Generis se había despedido del espíritu adolescente que sobrevoló a Vida. En su segundo disco, Charly García y Nito Mestre presentan sus canciones más comprometidas hasta el momento —Instituciones, de 1974, sería aún más crítico— y lo demuestran con las cautivadoras “Rasguña las piedras”, “Aprendizaje” y “Confesiones de invierno”. Pero eso no implica una renuncia a su lado más lúdico e imaginativo. La surrealista “Mr. Jones”, la progresiva “Un hada, un cisne” y un título tan ingenioso como “Tribulaciones, lamento y ocaso de un tonto rey imaginario, o no” demuestran que Sui Generis era uno de los grupos más originales de la época. Es un disco esencial.
"Band on the Run" - Paul McCartney
Tras la separación de The Beatles, Paul McCartney hizo todo lo posible por volver a demostrar que era capaz de lograr un cancionero tan genial como el de su exbanda. Ya había lanzado grandes canciones como “Maybe I’m Amazed”, “Another Day” y “Live And Let Die”, pero le faltaba grabar un disco infalible. Lo logró en 1973 con Band On The Run, que fue un éxito mundial. El irresitible tema homónimo es una especie de mini suite que evoca lo mejor del lado B de Abbey Road. “Jet”, “1985” y “Let Me Roll It” muestran su lado más rebelde y rockero, y “Bluebird” y “Mamunia”, su costado más dulce. Las melodías imborrables, los estribillos pegadizos y las letras ingeniosas de Band On The Run volvieron a poner a Paul McCartney —ahora con Wings— en la cima del mundo.
"Catch a Fire" - Bob Marley & The Wailers
El reggae ya había cruzado fronteras en 1972 gracias a la banda sonora de The Harder They Come, pero Catch a Fire, de Bob Marley & The Wailers, fue el encargado de plantar la semilla del género en el mundo. Es un manifiesto de todas las virtudes del reggae: detrás de ese ritmo irresistible y sumamente percutivo hay espacio para escupir las verdades más amargas. “Slave Driver” y “400 Years” abordan la opresión que dejó la esclavitud, “Concrete Jungle” habla de la miseria más asfixiante, y “Stop That Train”, de una realidad sin esperanzas. Pero también hay lugar para el optimismo: “No More Trouble” propone un mensaje de comunión, y “Baby, We’ve Got a Date” le canta a la ilusión de una primera cita. Lo mejor llega con “Stir It Up”, la definición perfecta del efecto mántrico y seductor del reggae.
"Innervisions" - Stevie Wonder
Luego de un disco tan luminoso como Talking Book, Stevie Wonder se despachó con el álbum más radical de su carrera. Le canta a un Estados Unidos que se desmorona en letras sumamente críticas como “Jesus Children Of America” y “Living For The City”, con la contraparte puesta en la funky “Higher Ground” y la latina “Don’t You Worry-bout a Thing”, que demostraban que la música era el antídoto a todo mal.
"Goodbye Yellow Brick Road" - Elton John
Elton John estaba en un estado de gracia cuando grabó este excelente álbum doble. Incluye algunos de sus mayores éxitos —“Candle In the Wind”, “Bennie And the Jets”, “Saturday Night’s Alright For Fighting” y, claro, “Goodbye Yellow Brick Road”— y unas cuantas joyas como “I’ve Seen That Movie Too”, “Social Disease” y “Sweet Painted Lady”. Con algunas de las mejores letras de Bernie Taupin, una banda de primera línea y una canción sublime como “Funeral for a Friend / Love Lies Bleeding”, Goodbye Yellow Brick Road reúne todas las características que convirtieron a Elton John en una leyenda viva.
"Berlin" - Lou Reed
Luego del éxito inesperado de Transformer, los seguidores de Lou Reed estaban atentos al siguiente paso del ex Velvet Underground. Pero en vez de seguir con el glam rock que tan bien le funcionó, el músico prefirió lanzar lo que llamó “una película para los oídos”. Allí narra el final de la relación entre dos expatriados norteamericanos que viven en una Berlín divida. Es un disco oscuro que aborda temas como las adicciones (“How Do You Think It Feels”), la violencia domésitca (“Oh, Jim”) y el suicidio (“The Bed”). Fue un desastre comercial y los críticos no supieron cómo reaccionar, pero el tiempo le dio la revancha y se convirtió en uno de los álbumes más celebrados de Lou Reed.
"The Dark Side of the Moon" - Pink Floyd
Es el disco conceptual por excelencia. En 1973, Pink Floyd se despojó de sus ataduras psicodélicas —su trabajo anterior, Meddle, cerraba con “Echoes”, un largo experimento lisérgico de 24 minutos— para sumergirse en dos de las mayores preocupaciones humanas: el paso del tiempo y la muerte. También hubo espacio para la locura, la polarización y la codicia en una colección de canciones que se entrelazan como el guion de una película. The Dark Side Of The Moon es un disco perfecto: su título cósmico, su portada memorable y su relato lo convierten en uno de los mejores álbumes de la historia. David Gilmour canta mejor que nunca en “Breathe”, “Time” y “Money”, pero las verdaderas protagonistas son las tres mujeres que le dan vida a “The Great Gig In the Sky”, una inquietante representación de la agonía previa a la muerte. The Dark Side Of the Moon es un álbum sin tiempo.