Adrián Curbelo (47) tiene sentimientos encontrados. La emoción natural de saber que está a horas de repetir el sublime acontecimiento de ver a Paul McCartneyen vivo, este martes 1 de octubre, se mezcla con un estado de angustia que lo invade al pensar que esta puede ser la última vez que su ídolo le cante "Let it Be" o que coree "Hey Jude" con él.

Por ese motivo, apenas supo que el beatle haría su tercer show en el Estadio Centenario advirtió que era hora de darse el lujo de vivir la experiencia completa y se regaló una entrada de $ 40.000 que incluye prueba de sonido, catering y merchandising.

"Esta vez no dudé en invertir. Estoy muy ansioso y emocionado. Voy con un amigo. Saqué la entrada solo, pero le dije qué asiento tenía, buscó y consiguió uno al lado", comenta a El País.

El 15 de abril de 2012 y contra todos sus pronósticos, hizo realidad su sueño de ver en vivo a su beatle preferido, ese al que considera el músico más completo y virtuoso, y cuyas canciones más lo conmueven. Después de una noche en vela, una larga fila y años de espera, lloró como un niño al verlo aparecer ante las 50 mil almas charrúas: "Se me hidrataron los ojos", bromea.

El show del próximo martes, en cambio, tiene un sabor agridulce: "Lo más probable es que sea la última vez y me da tristeza", confiesa.

Es fan de la banda británica desde los 12 años y creó un foro llamado Urubeatles en 2004, donde conectó con otros tantos amantes de los Fab Four, e incluso encontró el amor: ahí conoció a su esposa Ana.

Su casa está repleta de merchandising: hay desde discos a posavasos, cuadros, pins, recortes de diarios, y un autógrafo de Allan Williams, el primer mánager de los Beatles fallecido en 2016, que es la joyita de su colección. En 2009 arrancó un trabajo de investigación que culminó, siete años después, con la publicación del libro Los Beatles: la Beatlemanía en Uruguay. En 2017, se tomó un avión a Londres y fue hasta la casa de Paul para entregárselo.

A este ayudante de arquitecto le gustaría que en su epitafio se leyera: "No estoy, me fui a escuchar a los Beatles". Y cada 18 de junio publica en sus redes un poema dedicado a Paul por su cumpleaños. A continuación, un resumen de la entrañable historia de amor entre Adrián Curbelo y los Beatles.

Tenía 12 años la primera vez que escuchó una canción de los Beatles, y le explotó la cabeza. Sus padres y otro testigos de la prolífica década del 60 le hablaban de los genios de Liverpool, pero Curbelo no conocía lo que hacían. Aunque su madre es fanática, no tenía discos, así que un día, de curioso, se compró un casete con 20 grandes éxitos de oro, puso play y bastaron dos acordes de "She Loves You" para que se deslumbrara por completo.

"A partir de ahí, cambié a mis amigos del barrio por los amigos lejanos de Liverpool", confiesa entre risas.

Escuchó hasta el hartazgo ese casete y sintió ganas de conocer la discografía completa. Así empezó a comprar lo que podía, de a poquito. Su familia colaboró con su colección al regalarle discos, vinilos o libros en cada cumpleaños o Reyes.

Dos décadas atrás, fundó el foro llamado Urubeatles donde compartía información de todo lo que leía, y otros fanáticos lo alentaron para que escribiera un libro. En 2009 hizo sus primeras excursiones a la Biblioteca Nacional y arrancó un trabajo de investigación que duró siete años, donde recopiló todo lo que se publicó en los diarios nacionales vinculado a los Beatles desde 1963 a 1970.

Los Beatles: La Beatlemanía en Uruguay se lanzó en febrero de 2016 y en mayo de 2017, para celebrar su cumpleaños, se tomó un avión con destino a Londres decidido a hacerle llegar el libro a Paul McCartney.

Supo que el domicilio era en Avenida Cavendish N°7, a pocas cuadras de Abbey Road, gracias a una de las tantas biografías que tiene de su beatle preferido: allí dice que compró esa casa por 40 mil libras en abril de 1965. Se apersonó en el lugar en su primera vista a Londres, en 2015, y tardó en ubicar la residencia: es menos ostentosa de lo que esperaba y no tiene número de puerta.

“Se ve que se lo sacó para despistar. Entonces yo buscaba Avenida Cavendish N°7, y se acerca un vecino y me dice, ‘estás buscando la casa de Paul, ¿no? Es esa’”, cuenta agradecido a ese gentil hombre. Se sacó una foto en el lugar y prometió retornar con el libro.

Cumplió, dos años después. No olvidará jamás aquel 7 de mayo de 2017 cuando volvió con su obra a cuestas y una carta escrita en inglés que decía: "Vengo de Uruguay, escribí este libro y me gustaría que se lo den a Paul McCartney. Gracias. Adrián".

“Lo tiré por abajo del portón y pensé, 'que sea lo que Dios quiera'. Me fui temblando. No sé si se lo comió un perro, si lo tiraron, y no quiero saber, prefiero imaginar que lo tiene Paul en su biblioteca”, relata con ilusión.

Su colección no para de crecer. Busca material en ferias y tiendas. Todo lo que acumula tiene valor sentimental, pero entre sus principales tesoros está un autógrafo de Allan Williams, primer mánager de los genios de Liverpool, con quien coincidió en una Semana Beatle en Buenos Aires.

"Sabía que iba a estar y llevé un disco que recoge grabaciones de la época de Hamburgo. Traté de acercarme para que me diera un autógrafo, pero no me dejaron. Le dije a una persona del Cavern, 'vengo de Uruguay para esto, ¿te animás a llevarle este disco y que me lo firme?'. 'Voy a ver si hace una excepción, es un señor mayor', me contestó. 'Por favor, mirá los kilómetros que hice'. Al rato vino con la firma del señor. Y es una de las cosas más lindas que guardo", relata.

Curbelo tiene previsto ir al Centenario el lunes, como hizo las dos veces anteriores, a escuchar de costado el ensayo a puertas cerradas. Descarta hacer guardia en el hotel donde se hospedará el beatle para intentar cruzárselo, robarle una foto o una firma: "No lo hice antes y no lo voy a hacer ahora. Tiene 82 años, que esté tranquilo".