Tenía el nombre de una figura del tango y un apodo inspirado en un bolero de Bobby Capó.Julio “Kanela” Sosa, que este martes hubiese cumplido 90 años, fue un emblema del candombe y el carnaval. Y esa noche de aniversario, el Antel Arena recibirá un espectáculo dedicado a celebrar su legado. Se titula Kanela, leyenda del carnaval y tendrá música en vivo y una proyección especial del documental sobre su vida que dirige José María “Cote” Romero.
“Esta es una oportunidad única en la vida”, le comenta Romero a El País. “Es un proyecto al que le vengo invirtiendo más de diez años; tiene mucho tiempo, energía y dinero. Se hizo todo a pulmón”. El documental, justamente titulado Kanela, leyenda del carnaval, se filmó entre 2012 y 2015, y promete un acercamiento íntimo al artista que falleció en 2019 a los 86 años. “Yo quería mostrar a Julio Sosa y al hombre que se desvivía y hacía malabares por lo que amaba”, asegura Romero quien también es director del ciclo Llamale H. “Quería mostrar a la persona, no solo al personaje”.
Para eso, Romero filmó a Kanela en varios momentos esenciales. Para este “documental de observación” (“está narrado desde las acciones, no hay testimonios a cámara ni material de archivo”, aclara el director) se filmó su paso por el Desfile de las Llamadas con Tronar de Tambores y esas Noches de Fallos en las que se encerraba en un cuartito a escuchar los puntajes de cada rubro en una radio portátil, A su vez, se registró su viaje a Nueva York para un encuentro de candombe.
“Imaginate ir caminando por Manhattan con él, que tenía 80 años, y estaba vestido con un tapado de piel y un gorro de visera”, dice sobre aquella experiencia. “Mientras íbamos al Rockefeller Center a ver el arbolito de Navidad, empezó a nevar y no me olvido de esa cara de niño que ve la nieve por primera vez en su vida. La semana pasada, cuando le mostré la película a su familia, les dije: ‘¿vieron esa toma? Parece un niño’; y Martín, su sobrino, me respondió: ‘Cote, es que era como un niño. No te olvides que Kanela pudo disfrutar la vida recién de viejo. Él pasó mucha penuria y hambre; la remó y la remó”.
Su hermano, Raúl Fernández, lo reafirma al dialogar con El País. “Fue un hombre que vino de joven a Montevideo, prácticamente sin estudios, y no tenía un futuro; él se creó ese futuro y también su personaje”, comenta sobre Sosa, nacido el 5 de setiembre de 1933 en Nico Pérez (Florida). “Ver en el documental todos los reconocimientos que tuvo en vida me pone la piel de gallina”.
Es que Sosa debió atravesar dificultades antes de convertirse en leyenda. Llegó a Montevideo con 15 años y se estableció en el Cerrito de la Victoria, barrio que nunca abandonaría. “Sufrí hambre hasta que pude trabajar en hoteles. Tendí muchas camas y lavé muchos excusados. Luego entré a trabajar en la noche, siendo menor de edad, en los cabarets”, le relató al El País en 2011.
Sosa, además, sufrió discriminación. “Yo era un niño de 13 años, pasaba por todos lados y me decían ‘¡Puto!’, ‘¡Guacho puto!’, y todo tipo de cosas. Pero después... en horas en que se podía... todo el mundo trataba de disfrutar de mis encantos”, narró Sosa, que, en sus inicios se hacía llamar Tabú ( “por lo prohibido”, le dijo a Montevideo Portal). Cuando falleció, el periodista Guzmán Ramos comentó lo siguiente: “En los temas de identidad y género fue un peso pesado. Hoy es un tema más naturalizado, pero las reivindicaciones de la identidad sexual hace tres décadas no estaba presente, y él ayudó a visibilizarla. Es una figura que tuvo mucha influencia”.
Ya en Montevideo, Kanela desarrollaría su pasión por el candombe y se transformaría en uno de los emblemas del Desfile de Llamadas. Es más, en 2019, en diálogo con En Perspectiva, se enorgullecía de haber participado de 63 ediciones. Salió en comparsas como Fantasía Negra, Tronar de Tambores y, por supuesto, Kanela y su Barakutanga.
“Trabajaba de sol a sol haciendo los vestuarios, y lidiaba con los problemas y las lluvias”, asegura el director de Kanela, leyenda del carnaval. El hermano del artista completa la idea: “Siempre pienso en los sacrificios que él hacía todos los años. Cuando perdía decía que el siguiente año no iba a salir, pero siempre volvía y en setiembre ya tenía todo preparado. Él, además, fue el primer director que llevó el premio de las Llamadas al Cerrito de la Victoria, y fue el precursor de ir formando comparsas en todos los barrios”.
En ese sentido, lo que se va a ver este martes a partir de las 21.00 en el Antel Arena —entradas en Tickantel, de 650 a 1750 pesos; hay 2x1 para miembros de comparsas— será una muestra de su legado. Es que los tambores de Cordón, Cuareim y Ansina, más integrantes de Kanela y su Barakutanga y Tronar de Tambores se unirán para homenajear a Sosa. Habrá más de 70 artistas en el escenario. “Va a ser algo histórico”, asegura José “Popeye” Rivero, que durante años fue parte de Kanela y su Barakutanga. “Él siempre quiso unificar todos los toques, entonces se va a armar una gran cuerda de tambores luego de que cada uno exprese su sentimiento hacia Kanela”.
Romero se entusiasma al recordar los primeros ensayos del espectáculo. “Al principio yo no era consciente de la magnitud de esto”, comenta. “Pero cuando sucedió, había gente llorando de la emoción; la cuñada de Kanela me dijo: ‘Su mayor deseo siempre fue juntar a la gente del candombe y lograr que quedaran de lado las rivalidades y las competencias para generar fraternidad’”.
“Este va a ser su último gran éxito”, añade su hermano. “El candombe como espectáculo llega por primera vez al Antel Arena ... ¡fijate lo que logra después de muerto! Todas las cuerdas se juntan para estar vivas en el mismo lugar. Va a ser increíble”. Rivero, a su vez, comenta:“Espero que el público pueda disfrutar de este espectáculo en el que se quiere transmitir y celebrar todo lo aprendido de este referente”.
Eso sí, el director de Kanela, leyenda del carnaval le adelanta a El País que esta será apenas una parte del homenaje por los 90 años del artista. La proyección del documental y el espectáculo del Antel Arena son el inicio de un colosal proyecto de tributo a Sosa. “Son distintas narrativas que cuentan una historia en sí, y si las consumimos todas vamos a tener la historia integral”, dice Romero y enumera a un mural, la publicación de un libro, una muestra en el Museo del Carnaval y la intención de fundar una escuela de candombe con el nombre de Kanela.
“Le he dado mi vida al candombe y la cultura, desde muy temprana edad”, le comentó el artista a El País en 2019. Ahora es tiempo de devolverle todo lo que le entregó.