"Creo que es mucho más cercano al mejor disco que pude hacer”, dice Soledad Pastorutti sobre Natural, su último álbum, el sucesor de Parte de mí. Lanzado el último 30 de mayo, es su disco de estudio de número 19, tiene la participación de artistas notables, arreglos de Leo Sujatovich y está producido por Nico Cotton, el productor pop del momento y tres veces nominado a los Latin Grammys y 17 a los Premios Gardel.
Natural reúne versiones de clásicos del folclore latinoamericano como “La Llamadora”, con Raly Barrionuevo, o “Bañado Norte” junto a Chango Spasiuk, y canciones inéditas como “Copla de amor” y “De solo pensar en ti”.
En charla telefónica con El País, Soledad cuenta que Montevideo fue elegida como el punto de partida de su gira, dado que en Argentina presentará el disco el 15 y 16 de julio en el Teatro Coliseo de Buenos Aires. En esta orilla, “La Sole” será el 23 de junio en el Auditorio Nacional Adela Reta; quedan entradas en venta por Tickantel.
“Lo que vamos a hacer en el Sodre va a ser maravilloso”, promete, y adelanta que además de las nuevas canciones de Natural, estarán los éxitos que marcaron su carrera.
“Al show que ya se vio en algunos festivales de verano, con canciones muy populares, vamos a sumarle las del disco y va a ser la primera vez que lo vamos a hacer”, dice. “La gira empieza en Uruguay”. En enero actuó en Enjoy Punta del Este, en abril estuvo en la Semana de la Cerveza de Paysandú y sigue afianzando su relación de largo aliento con los uruguayos.
“Uruguay me adoptó desde muy pequeña con mucho cariño, como la niña que no solamente le dio vida al folclore argentino sino al uruguayo”, dice. “Después, con los años de mi búsqueda musical hubo idas y venidas de gente que quizás me perdió el rastro, como es todo en estas carreras, pero siento que hoy estamos por encontrarnos nuevamente en ese idilio que nos vio en aquellos primeros años y siento que hay un respeto muy grande”.
Aunque Pastorutti siempre tuvo la inquietud por visitar otros estilos, su trayectoria fue forjada en el folclore de festivales. Con Natural, la artista decidió volver a esa música de raíz y buscó una sonoridad que, siente, la va a acompañar por muchos años.
“Intento que mis trabajos sean mejores, pero hoy este disco es un oasis, una bisagra natural, porque lo que estoy haciendo en cuanto a lo sonoro no responde a una cosa extraña, sino a lo que siempre intenté mostrar de mí”.
El título, explica, viene de lo que buscó como marca para este trabajo: la sencillez y lo clásico. Quería un disco “mucho más tierra”. “No es un disco con ningún tipo de máscara, así nos salió, así lo presentamos, es mi expresión aquí y ahora, pero también tiene que ver con mi esencia”, dice. “Desde el principio supimos que sería muy sencillo desde el punto de vista de que no habría nada eléctrico, ni enchufado”. Siente que este podría ser el disco que representa todos sus tiempos, “como una radiografía”, dice.
“La paloma”, una ranchera que compuso junto a Claudia Brant y Loli Molina, fue la carta de presentación del disco. Nació del encuentro, aunque virtual, de tres argentinas que vivían en distintas partes del mundo (La Sole en su querida Arequito, por cierto) y que con mates de por medio le dieron vida a una pieza que habla sobre la necesidad de cantar y expresar: “Una melodía vino, susurrándome al oído. No puedo ganarle a mi destino”, dice parte de la letra.
La canción tuvo un videoclip sensorial, lleno de colores y poesía, con Pastorutti preparando humitas en una cocina pintoresca, con derecho a miradas pícaras a la cámara y un canto apasionado de ojos cerrados. Junto a “La del olvido”, tema que también mereció un videoclip, presentan la estética del proyecto.
“Siento que este disco me deja la experiencia de que quien me respeta y me quiere lo va a hacer tal cual soy, y eso hace que esta obra sea más valiosa, porque yo soy esto”, dice. “Lo que intenté acá es ser simplemente yo, no busqué nada extraño, eso es lo que puedo hacer y si lo siento así, lo transmito así, y de esta manera más gente se puede sentir representada”.
La versión de “Bañado Norte”, el chamamé que grabó junto a Spasiuk, es una de las joyas del disco, junto a su interpretación de “Hispano”, del rosarino Jorge Fandermole. “Esa es un poco la piedra fundacional de este disco porque fue la primera canción a entrar”, cuenta.
Pasado y presente
La Sole celebra que hoy haya más mujeres referentes en la música popular y folclórica. “Cuando nací artísticamente tenía que ir a otros tiempos, a Mercedes Sosa, a Teresa Parodi, para tener referencias”, asegura. “Me costó mucho encontrarme con mujeres y hoy me siento mucho más acompañada, y creo que somos muchas las que hoy somos capaces de celebrar ese sentimiento. Por suerte nos encontramos más”.
Aquella que en 1996, a los 15 años, sorprendió a 10.000 personas en la Plaza Próspero Molina de Cosquín con un histórico debut —y con la revoleada de poncho que se volvería su marca registrada—, ahora mira para atrás y siente orgullo.
“A veces me cuesta decirlo de esta manera, porque siempre cuidé mucho mis palabras, pero la verdad es que los años me han dado mucha confianza”, confiesa.
Hoy se ve “sentada en un sillón supercómodo”, y “con todo los defectos, errores y aciertos”, está satisfecha con el camino que recorrió. Con 28 años de carrera vive, sí, un presente fértil.
“Me siento muy bien, con ganas, joven, con mucha más seguridad, y con la certeza de que hago lo que me gusta y que lo valoro”, cuenta. “Cuando me subo al escenario canto con el alma, porque lo disfruto desde muchos lugares. Mucho más de lo que pueda resultar la parte comercial de un artista que siempre está presente, porque de esto vivimos, la música es una parte muy grande de mi vida”.