Lupe Torres, La Nación/GDA
Por un segundo, el público en el Movistar Arena se paraliza. Reina la expectativa. El reloj marca las 21 y el público explota de ansiedad: es la hora pautada para que Luis Miguelde inicio al primer show de su gira, en la Argentina. Apenas el cantante desliza un pie sobre el escenario, estallan los gritos y los aplausos. Los acordes de “Será que no me amas“ marcan el comienzo del recital, y la respuesta que se recibe no es posible de describir con palabras, se trata de emoción en estado puro.
Luismi inició así este jueves el primero de los 66 shows de la gira que lo trae de regreso a los escenarios. El país en el que más presentaciones dará será México, con 13 conciertos confirmados, pero Buenos Aires hará una seguidilla de 10 fechas en el Movistar Arena. Todos los shows del Tour 2023 están agotados y, posiblemente, no se agreguen más por este año, ya que el cantante tendrá pocos días de descanso entre cada concierto y ciudad que visite con su gira. Han habido rumores de que podría venir a Uruguay en el segundo trimestre de 2024.
De muy buen humor, la segunda canción fue “Amor, amor, amor”, y luego siguió con “Suave”, dando pistas de que el setlist estaría repleto de hits, como una suerte de repaso de su extensa carrera. Para el cuarto lugar, el cantante eligió un viejo tema que cobró nuevos bríos gracias a Luis Miguel, la serie, la ficción de Netflix que relata parte de su vida, “Culpable o no”. A pesar de haber entrado tarde a la canción, con simpatía y profesionalismo se acomodó rápidamente, sin perder la sonrisa. El público, a su vez, confirmó que este es uno de los “nuevos” himnos de su repertorio, coreando la letra de principio a fin.
Llegarían luego otros temas conocidos por todos: “Dormir contigo”, uno de sus tantos temas compuestos por Armando Manzanero, y “Te necesito”, una canción que le permitió descontracturarse y moverse con soltura por el escenario, sin perder la elegancia (para la ocasión, Luis Miguel eligió una vez más un clásico traje negro combinado con una camisa blanca).
El tema de 2010 “Es por ti”, menos conocido, sirvió para calmar a un público enfervorizado. Sin embargo, con “Hasta que me olvides”, la comunión entre el artista y sus fans quedó otra vez evidenciada, con miles de voces sonando al unísono. En los 35 primeros minutos del show no hubo ni siquiera un saludo. No hizo falta. El público quiere escucharlo cantar.
Después de “Dame alguna prueba de amor”, la pantalla gigante anunció que llega uno de los momentos más esperados. “Boleros”, se lee detrás del cantante, que comenzó a entonar, con comodidad y fluidez, una seguidilla de clásicos románticos que incluye “No me platiques más”, “Usted” y “La puerta” y “La barca”. Cuando llega el momento de “Inolvidable”, vuelve a imprimirle swing a un show que hasta el momento resultaba impecable, acompañado por sus tres coristas, ataviadas con vestidos de brillos y moviéndose acompasadas al ritmo.
Con el público vibrando, Luis Miguel sacó de la manga un par de ases que dejaron a las miles de almas que colmaron el aforo delirando: “Por debajo de la mesa” y “No sé tú”, dos de sus más grandes éxitos. Para agregar más tensión al momento, y demostrando una vez más su timing, Luis Miguel se acerca a la platea y toca las manos que se le acercan. Después, llegaron otros dos clásicos de Manzanero, “Como yo te amé” y “Somos novios”.
Después de “Te digo adiós”, dio inicio a uno de los momentos más emotivos de la noche. La pantalla anunció que llegaban los tangos y mientras una pareja de bailarines y un bandoneonista se adueñaban del escenario, el astro mexicano comenzó a entonar una seguidilla de temas que popularizó Carlos Gardel y que él reversionó: “Por una cabeza”, “Volver” y “El día que me quieras”.
En un golpe de timón que dejó a más de uno sorprendido, la pantalla comenzó a mostrar un montaje de Luis Miguel junto a Michael Jackson. En el pico de sus carreras, los artistas tenían previsto estrenar un tema juntos, pero aquel proyecto nunca se concretó. Sin embargo, la tecnología permitió que este dueto se consumara. El músico dio a conocer el “encuentro virtual” con su colega, entonando el tema “Smile”, compuesto nada menos que por Charlie Chaplin. Ese fue el primer homenaje explícito de la noche, pero no el último: inmediatamente después Luis Miguel realizó un falso dúo con otra de las grandes estrellas de la canción: Frank Sinatra en un dúo virtual en una versión conjunta de “Come Fly With Me”, el tema que fue incluido en el álbum Duets del crooner estadounidense.
Con “Tengo todo, excepto a ti” y “Entrégate”, el cantante marcó otro punto álgido de la noche, para después dar pie a un segmento que se anunció como “Mariachis”. Mientras hacía su ingreso la banda “lookeada” para la ocasión, el astro se ausentó por primera vez del escenario para volver con un nuevo vestuario: camisa y pantalón negros. Este tramo del show, que incluyó un set de rancheras y canciones típicas, alcanzó su pico máximo con “Si nos dejan”, “La Bikina” y “La media vuelta”.
“Qué nivel de mujer” es la canción elegida por el artista para dar por inaugurado el tramo dedicado al género que lo convirtió en estrella internacional a muy corta edad: el pop. El tema le permite, otra vez, bailar con energía y una entrega feroz. Y cuando el público está otra vez a sus pies, remata el momento con uno de sus himnos románticos más escuchados y aclamados: “La incondicional”.
El clima se vuelve juguetón cuando gigantes pelotas inflables comienzan a volar por sobre las cabezas de los presentes. Y para que la fiesta sea completa, Luis Miguel les ofrece tres de sus temas más bailables: “Ahora te puedes marchar”, “La chica del bikini azul” y “Cuando calienta el sol”.
Sin escalas, para el fin de fiesta, el cantante decidió regalar uno de los momentos más íntimos. A pesar de ser conocido por resguardar su intimidad al extremo, este jueves el intérprete decidió descorrer el velo y estrenó un tema que, evidentemente, está dedicado a su novia Paloma Cuevas y que menciona el nombre de la empresaria española en varios versos. Con esta concesión pocas veces hecha, Luis Miguel dio por concluido un show impecable dos horas y media con el que demostró que el Sol de México brilla más que nunca.