ENTREVISTA
La cantante argentina Emilia Mernes publicó "Já é Tarde (No Más)", un remix de "No más" junto a la cantante brasileña Bianca, y habló con el País sobre su nuevo lanzamiento.
Desde que dejó Rombai para comenzar con su carrera solista, Emilia Mernes se convirtió en uno de los nombres fuertes de la escena musical argentina. Todo comenzó en marzo del año pasado cuando publicó “Recalienta”, su sencillo debut, que se ganó un lugar entre las canciones más escuchadas de la región. Más adelante llegarían “No soy yo”, “Billion”, “Policía” y “No más”, que confirmarían a la cantante nacida en Nogoyá (en Entre Ríos) como una de las nuevas promesas de Argentina.
Bajo el título de "Já é Tarde (No Más)", la semana pasada, lanzó un remix de “No más” junto a la artista brasileña Bianca, que la llevará a explorar el mercado brasileño. Tras el lanzamiento, Emilia habló con El País.
—Tus primeras canciones estaban pensadas para sonar en las pistas de baile, pero “No más” presenta una letra mucho más personal: hablás sobre la superación de una relación. ¿Sentís que estás comenzando a mostarte más en tus canciones?
—Sí, sin dudas. Todas mis canciones tienen una lectura social, como “Recalienta” que habla del sexting, o “No soy yo”, que habla de los tragos que te ponen loca. Son todas verdades y la gente no quiere escuchar canciones de amor perfecto, porque eso no pasa y menos en la cuarentena (se ríe). Como no me identifico con ese tipo de canciones, me da más por escribir sobre sexo, alcohol y desamor. Me encanta hablar sobre esas temáticas en mis canciones. En “No más” escribí sobre una relación tóxica y el poder decir: “No te quiero más”. Lo canto desde el lado de la superación y siento que mucha gente se ha identificado con la letra. Incluso hay un montón de amigos que me dicen que es su canción favorita o me dicen: "No podrías haber contando mejor lo que me está pasando en este momento". Que te lleguen mensajes así es súper reconfortante.
—En “Recalienta” y “Policía” está muy presente la idea del sexo como un juego. ¿Te interesa abordar el tema desde ese lugar?
—Sin dudas. Yo lo veo como un juego. En “Recalienta” hablo del sexo virtual, que es una realidad, pero fui muy criticada por cantar sobre eso. “Siendo mujer, ¿cómo vas a hablar sobre eso?”, me decían. Pero en un año y medio siento que la gente está más deconstruida... bueno, algunos (se ríe). Pero sí, lo primero fue: "¿Cómo puede ser que hable de sexo virtual? ¿Está loca?" o "Esta chica no se respeta a sí misma".
—En una entrevista comentaste que, originalmente, “Recalienta” iba a ser cantada por un hombre. En el género urbano está la costumbre de escuchar a hombres cantando letras sexuales sin ningún tipo de tapujo y son pocas las veces en que se generan las críticas que recibiste. ¿Lo notás?
—Sí, obvio. Cuando salió el tema pensaba que los que me criticaban eran unos hipócritas, porque hay tantos hombres hablando sobre cosas peores, con letras misóginas que denigran a la mujer, y porque yo canto que me gusta tener sexo virtual me rajan a puteadas. Entonces no hay mucha coherencia. Yo no estoy denigrando a nadie con mi canción; estoy hablando del sexting, que es algo que pasa y lo naturalizo para que no sea tan tabú. Pero bueno, son los gajes del oficio.
—Empezaste tu carrera subiendo covers a las redes sociales, después te sumaste a Rombai y desde que lanzaste tu carrera solista no has parado de grabar éxitos. Todo en unos pocos años. ¿Cómo has procesado todos estos cambios?
—No sé si lo proceso. Lo vivo día a día y pienso que es mi trabajo y que quizás me lo merezco. Es muy loco pensar que soy de una ciudad pequeña (Nogoyá, Entre Ríos) y pude, de alguna manera, triunfar en la industria de la música. Me gusta dar ese mensaje a los adolescentes que están en sus casas con sus guitarra y en la misma situación que yo estaba hace unos años, frustrados y diciendo: “Soy de un pueblo chico y nadie se va a fijar en mí porque todas las posibilidades están en Buenos Aires o en ciudades grandes”. Yo pensaba eso hace unos años, antes de que Fer (Vázquez) me encontrara. Pero con eso te das cuenta de que las redes sociales son una gran herramienta. Por eso le digo a la gente: “Suban todo lo que saben hacer a las redes porque no sabes quién te puede estar viendo”.
—Antes de entrar a Rombai, habías estudiado literatura durante seis meses. ¿En algún momento pensaste en dedicarte a la música pero lo pospusiste por pensar que, por vivir en una ciudad pequeña, las cosas iban a ser más complicadas?
—Sí, obvio que lo había pensado. Pero no lo hice por miedo y por tener que buscar el lado económico para subsistir el día de mañana. Yo amaba hacer música, pero pensaba en dejarlo como hobby y concentrarme en estudiar una carrera que me diera dinero para darme la posibilidad de agarrar horas de literatura en una universidad o en un colegio y así tener un sueldo seguro. Si me pintaba la de hippie y la de la guitarrita iba a ser mucho más complicado. Mis padres me decían: "Queremos dejarte un estudio, un título y un futuro". Lo acepté pero no era lo que más me gustaba. Pero en esos seis meses en la carrera, cuando agarraba la guitarra en un break de estudio —tampoco era que estudiara mucho (se ríe)—, me daba cuenta de que era muy feliz cuando cantaba y pensaba: "Qué injusta la vida, ¿por qué no puedo vivir de esto si es lo que quiero hacer?". Un día me piré, me di cuenta de que no quería estudiar más literatura y dije: "Que se vaya a la mierda la gramática, no quiero más esto" (se ríe). A los días empecé a subir covers y después me encontró Fer (Vázquez). Creo que el destino me quería por este camino.
—¿Recordás el momento en que le contaste a tus padres que ibas a dejar la carrera?
—Fue un caos en mi casa. Yo me había ido a estudiar a Rosario porque en Nogoyá no está la carrera de literatura y había menos posibilidades de estudio. Ellos me pagaban los estudios y un departamento que compartía con un amigo. Todo costaba y no era que yo no valorara lo que ellos me daban, pero les explicaba que no era feliz. Les dije: "Miren, yo dejo la literatura pero arranco a estudiar el profesorado de música". Quería probar eso y mis padres me dieron la posibilidad. Arranqué a prepararme para el ingreso de la universidad y empecé a estudiar canto y piano, y a leer música. Después llegó la posibilidad de irme a Rombai y largué todo (se ríe).
—Fer Vázquez vio tus covers y te invitó a Rombai. Un tiempo después te contactaron de Sony Music para empezar con tu carrera solista. ¿Qué sentís que vieron en vos?
—La verdad es que me re cuesta autodescribirme. Soy muy cruel conmigo y soy muy autoexigente, entonces me re cuesta ver mis cualidades. Soy de latigarme y siempre estoy buscando las cosas que me faltan. La verdad que no sé qué habrán visto en mí para confiar y para proyectarme como una artista. Si ellos contaron con lo que soy... algo debo tener (se ríe). No sé qué será, pero gracias. Está buenísimo que se dé esa oportunidad y me siento privilegiada por poder hacer lo que más me gusta. Es lo más valioso.
—En una entrevista mencionaste que recibiste muchas críticas luego de publicar el video de "No soy yo", donde besabas a Oriana Sabatini. Comentaste que lo hiciste como parte del video, pero la escena se terminó "sexualizando". ¿Te molesta que haya pasado eso?
—La verdad que no me calienta porque no puedo manejar al que sexualiza, tanto al hombre como a la mujer. El beso con Oriana no lo hice para calentar a nadie, lo hice porque era el concepto de la canción y era lo que estaba cantando. Aparte no fue un beso súper pasional, tipo porno. Fue una historia contada y, así como me besé con ella, también chupeteé a otro (se ríe). Era la idea de que los tragos me ponen loca y era una actuación, pero fui muy criticada. Pero bueno, como te dije antes, critican todo. Cuando empecé miraba muchos comentarios positivos y cuando leía uno negativo sentía que se me cagaba todo. Ahora no me pasa. La gente critica y, al final, está buenísimo que hablen.
—¿Podés marcar un momento en que decidiste dejar de darle importancia a los comentarios negativos?
—Cuando salió "Recalienta" me fijaba un poco más en lo negativo. Encima me comparaban: "Ay, cantás como Becky G" o "Querés bailar como Lali". Bueno, gracias porque son artistazas, pero no me quiero parecer a ellas; quiero ser lo más yo posible. Tengo mujeres en las que me inspiro pero no quiero ser una copia de nadie y creo que ninguna de las que estamos en la industria queremos llegar a una cosa así. Me pasaba sí de leer comentarios y un poco me pegaba, pero la verdad que ahora ni mi fijo. Es bueno poder controlarlo, porque empecé con mucho hate de gente que me decía: "Qué puta", "Qué zorra" o "Buscafama". Es muy triste porque ni siquiera me conocen. Es una lástima y es gente que, por ahí, proyecta sus problemas en uno. Siempre te vana criticar pero está en cada uno hacerte una coraza para las cosas negativas que te llegan.
—En las redes sociales se ve que tenés una buena relación con tus fanáticos. ¿De qué manera sentís que ese contacto te ayudó en estos tiempos de distanciamiento social?
—Las fans son de oro, son re incondicionales. No puedo creer que estén ahí apoyándome y creyendo en mí. Es loco y es lo que más me shockea: pensar que hay gente del otro lado que te tira para adelante y está pendiente de tu vida. Es muy loco y lo agradezco muchísimo porque yo soy lo que soy gracias a todas esas personas que consumen mi música, se identifican con mis canciones o mis historias. Solo tengo palabras de amor y agradecimiento con ellos y me gusta generar un lindo vínculo en Twitter o Instagram. Siempre estoy respondiendo mensajes y agradeciéndoles porque es un amor inexplicable.
Gracias por todo lo que hacen día a día ???
— ?MILI? ?? (@emimernes_) August 2, 2020
—La semana pasada publicaste “Já é tarde”, un remix de “No más” que incluye la participación de la brasileña Bianca. ¿Cómo surgió la colaboración?
—A Bianca la conocí en Tik-Tok porque su canción “Tudo no Sigilo” suena mucho en Brasil. Estaba buscando a alguien para colaborar en el remix, y se lo propuse al equipo de Sony Music. Me parece súper interesante pensar que, quizás, en este momento en un taxi de Brasil puede estar sonando mi canción en la radio. Es un sueño para mí porque es un mercado que amo desde siempre. Cada vez que lanzo mis canciones, lo que quiero es que la canten, la disfruten y la hagan suya. Es lo que quiero que pase con "Já é tarde".