La Nación/GDA
Desde que en los años ochenta decidió hacerse un lugar en la industria musical tomando a Cyndi Lauper como modelo y agregándole a su impronta toneladas de sensualidad, ironía e incorrección política, Madonna dejó en claro que no estaba en este mundo para pasar inadvertida ni para convertirse en una imagen sin contenido. El tiempo pasó y la gran diva del pop fue abrazando distintas causas humanitarias, escandalizó al mundo con canciones y un libro dedicado al sexo, y siguió coqueteando con la idea de ser un símbolo de la libertad sexual.

Sin embargo, un fanático desprevenido se horrorizó luego de presenciar uno de sus últimos shows y la demandó por considerarlo “pornográfico”.

Según informaron varios medios este jueves, Justen Lipeles, uno de los millones de espectadores que tuvo la gira Celebration de la cantante, consideró que el show contenía “pornografía sin previo aviso”.

El hombre estuvo presente, concretamente, en el show que la reina del pop brindó en marzo en Inglewood, California, y la demandó porque lo consideró demasiado sexual. “Me vi obligado a ver mujeres en topless en el escenario simulando actos sexuales”, afirma, espantado, en la demanda, que difundió el medio digital Blast.

Según se informa, Lipeles dice que ese no fue el único motivo que lo llevó a presentar una demanda. Page Six indica que el hombre también acusó a la cantante de “Like a Virgen”, de 65 años, de apagar el aire acondicionado dentro del estadio, lo que supuestamente provocó que él y otros aficionados comenzaran a sudar mucho.

En su relato, el demandante asegura que cuando los asistentes al concierto expresaron su malestar por el calor que se sentía en el estadio, la diva le sugirió a la multitud que se quitara la ropa.

Foto: CHRISTOPHER POLK/AFP

Ya en enero, un retraso en sus conciertos de Nueva York le causó problemas a la artista.

La reina del pop realizó tres shows en la Gran Manzana durante el mes de diciembre y se enfrentó, también, a una demanda por parte de algunos de los asistentes.

En aquella ocasión, la cantante, que llegó dos horas tarde a sus shows en el Barclays Center de Brooklyn, fue acusada de “publicidad engañosa” a través de una demanda presentada por dos asistentes al concierto, Michael Fellows y Jonathan Hadden, según consignó el sitio TMZ.

Los demandantes, que también apuntaron contra la estrella y la productora del show, Live Nation, expresaron que los espectáculos programados para las 20.30 no empezaron hasta las 22.30.

En los documentos legales afirman que los retrasos constituyen un “ejercicio gratuito de publicidad falsa, tergiversación negligente y prácticas comerciales desleales y engañosas”, un planteo similar al que ahora realizó Lipeles. También planteaban que Madonna tiene un largo historial de no empezar a la hora prevista.

Lipeles acusa a Madonna y a Live Nation de seis delitos que incluyen incumplimiento de contrato escrito, tergiversación negligente, angustia emocional y publicidad engañosa, según señala Blast.

También denuncia que fue engañado sobre la hora de inicio del espectáculo: asegura que el concierto debía comenzar a las 20.30, pero no comenzó hasta las 22, y que la cantante de “Like a Prayer” hizo playback en algunos pasajes del show.