EN PRIMERA PERSONA

Está buenísimo haberlos visto en vivo, que nos hayan hecho bailar, emocionar y hasta abrazarnos con el amigo de al lado conscientes de estar cumpliendo un sueño.

Pero, sin parecer ingrato, lo que uno quiere es conocerlos. Saber cómo son en realidad Damon Albarn, Nick Cave, Patti Smith o Iggy Pop, por solo nombrar algunos de nuestros héroes que han aparecido en la grilla de Primavera 0.

El que sí estuvo con ellos y tiene historias para contar es Danilo Astori Sueiro, el organizador de Primavera 0, el festival que este año vuelve a celebrar sus 10 años con un doble programa internacional. Ha saldado deudas generacionales y cumplido el sueño de ver tocar en Uruguay a grandes artistas; una lista incluye a Chemical Brothers, Belle and Sebastian, Franz Ferdinand y otros.

A ellos se suman, ahora, Jack White, uno de los más grandes guitarristas de rock contemporáneos, y Cat Power, la cantautora estadounidense en su tercera visita a Uruguay. Estarán en el Teatro de Verano, el martes 18 a las 21.00. Hay entradas en venta y van de 3.200 a 3.800 pesos en Abitab; hay dos por uno para Club El País.

Antes de sumar nuevas historias a su anecdotario con estrellas del rock, Astori Sueiro comparte en primera persona algunas de sus historias del Primavera 0.

El primer Primavera 0, en 2011, tuvo a Sonic Youth; la banda de Liam Gallagher, Beady Eye; y Faith No More.
En esa época era más un concepto de festival y ahora es más un show con un artista importante y uno o dos o tres artistas que tocan antes. La idea era siempre hacer festivales con más artistas pero los resultados, sobre todo en ese primero, me hicieron leer que quizá no era una buena idea para una ciudad tan pequeña y por entonces no muy acostumbrada al formato. Primavera 0 tiene como un hilo artístico que he tratado de cuidar y curar de la mejor manera y del que estoy orgulloso. Eso incluye una manera de ser de esos artistas, históricamente bastante piolas. Nunca tuvimos un problema.

Incluso con un personaje bastante hilarante como Liam Gallagher. Era peligroso porque es de los que de repente se raya, se te va la tercera canción y no sale más. Pero hizo todo su show perfecto.

Una vez pidió que lo sacaran en el auto por el estacionamiento del hotel. Y nosotros nos miramos raro, pero después tomando un café me contó que era por una mujer que lo seguía por todo el mundo. “Me dice que está embarazada que tiene un hijo mío, me tengo que escapar, me sigue a todos los shows, está de gira conmigo”, me contó. No sé qué grado de realidad tenía eso, pero se veía preocupado.

En 2013 llegó Blur y su líder, Damon Albarn, generaría un vínculo con Montevideo; vendría a dos ediciones más con Gorillaz, incluyendo una este año.
Damon tiene muy buena onda. Nos pidió una mesa de ping pong lo que nos dio gracia: esos son los pedidos extravagantes que hacen los artistas. Es buenísimo jugando y me masacró. Su tour manager nos contó que Damon le había sacado una foto al Salvo desde su habitación. Me preguntó mucho sobre ese edificio y después saca su primer disco solista y un single viene con esa foto. Y hay un video de esa canción que no sé si no lo grabó con su teléfono ahí por la rambla Sur con gente haciendo skate en la placita de la Ramírez. Años después en la edición de 2017, viene Gorillaz, o sea segunda visita de Damon, y ya en los pedidos previos pedía “habitación en el Radison con vista al Salvo”. Ahí interactuamos un poco más en confianza.

Esa vez fue en el Velódromo, un día de mucho sol, y Gorillaz tenía el soundcheck tipo al mediodía. Toda la banda había empezado a hacer la prueba de sonido, cuando se sube Damon y se da cuenta de que está en un lugar de carreras de bicicletas y ahí piden que le consigamos una. A los 10 minutos aparece y el loco empieza a dar vueltas en la pista en una idea buenísima de cómo integrar el lugar a su show.

La edición de 2016, trajo a una de las grandes leyendas del rock, Iggy Pop.

Esa fue una de la noches más fantásticas de mi carrera. Iggy era de los que realmente quería conocer y tenía interés en generar una charla. Yo sabía, como para entrarle por ahí, que había pedido un champán, un vino blanco y dos tintos, de los muy muy caros. Busqué el mejor vino en Uruguay y le dije al manager, que era muy buena onda, que después del show se lo quería regalar en persona. Cuando termina me dice: “te está esperando ahí en el camerino”. El estaba con su esposa tomando una copita de champagne y me recibe de una manera muy cálida, me ofrece una copa de champagne y me invita a cenar. Habíamos hecho una colita de cuadril y me pregunta: “¿te molesta si como con la mano’”. Qué me va a molestar. Nos tomamos dos botellas del vino que le llevé. Fueron dos horas increíbles.

En 2018, el número principal fue Nick Cave & The Bad Seeds, una de las grandes bandas contemporáneas; un tremendo momento en el Teatro de Verano.

A Nick Cavey a toda la banda también los quería recibir en persona. Estábamos ahí en el VIP del aeropuerto y Cave es el primero en bajar, muy simpático y con un traje escocés cremita y unos zapatos impecables. Nunca vi a nadie bajar así de un vuelo. Me presenté y quedamos, después del show, en charlar un rato. Abrieron los Buenos Muchachos que, obviamente, querían conocerlos. Fue una noche de tormenta que no la pasé bien porque esperábamos la lluvia y empezó el show con los relámpagos allá lejos. Se largó justo cuando estaba tocando “Push the Sky Away” y fue mágico. Los dejamos cenar en paz y después como Pedro (Dalton, cantante de Buenos Muchachos) le quería dar en mano algunos de sus libros, hicimos un encuentro general en los fonditos del Teatro de Verano. Nos sacamos un montón de fotos que nunca mostramos.

Patti Smith estuvo en 2019, fue declarada Visitante Ilustre de Montevideo, donde leyó un poema y cantó a capella una de sus canciones, “Wing”.

Al igual que con el de Iggy Pop, vi que tenía show en la región y ahí me contacto con Daniel Grinbank, con quien trabajo usualmente, y aunque no sabía quién traía a Patti, me pasó un mail y me mandé y les escribí. Fue una oferta mía que les gustó pero le preguntaron a Iggy (después me enteré que les dijo que con Uruguay, conmigo y con el Teatro de Verano estaba “todo bien”), y bastante rápido me dieron el ok.

Patti es una hermosa mujer. Son elevados: ella está todo el tiempo en armonía, en paz. Nunca una posibilidad de un gesto de nervios, muy en eje, tipo “mi vida está buenísima”. La noche antes del show fuimos a Wine Experience que organizó una degustación, una cena impresionante. Los habíamos puesto en un hotel de la Ciudad Vieja porque ella no quería hoteles de edificios y nos volvimos caminando. Todo lo que está más cerca de la vida real, es lo mejor para ella y la banda. Impresionante. Y otro gran recuerdo.