Redacción El País
Este viernes, Fernando Cabrera lanzó "Felipe Plef", la canción dedicada a Felipe Cabral, el graffitero y rapero asesinado en 2019 en Punta Gorda.
El crimen ocurrió el 16 de febrero de ese año en la entrada de una residencia desocupada de en la Rambla República de México y Belastiquí. Cabral, que además era hijo del emblemático percusionista Chichito Cabral, se acercó a sacarle fotos a un grafitti que había pintado bajo su seudónimo: "Plef".
Según informes policiales, cuando el artista se sentó bajo un árbol y recibió un tiro en la cabeza. La bala vino desde la casa de un jubilado de 77 años, que falleció meses después "por causas naturales". El caso aún no tiene resolución judicial.
En 2020, Tabaré Rivero —líder de La Tabaré— publicó un poema en homenaje a Cabral. Tres años más tarde, el dúo Larbanois & Carrero lanzaron "Plef", una canción dedicada al graffitero. Ahora, Cabrera rindió su homenaje con una desgarradora canción titulada "Felipe Plef".
"Fue tan indignante toda esa situación que me motivó, un tiempito después, a hacer esta canción", le dijo en abril a La Diaria. "La indignación y el dolor de una injusticia tan grande, que no en vano también tiene cierto cruzamiento con la política, con cierta cosa en el aire que empezó a haber en esa época y sigue hasta el día de hoy, de la justicia por mano propia, del gatillo fácil, de la mano dura, todos esos eslóganes que provenían desde la política, claramente".
"Felipe Plef" tiene a Cabrera en voz y guitarra, a Pablo Grinjot en violín y a Diego Cotelo en clarinete bajo y en piano. El videoclip fue realizado Pablo Dotta y cierra con un mensaje escrito sobre una pared blanca: "Plef, honor y gloria".
La letra completa de "Felipe Plef"
Un vetusto gagá alimentado con odio que compró mano dura y campaña de miedo con disparo perfecto le dio pase a la muerte a este hermoso colega de la pluma y el muro
Y en pincel en las casas de las calles del pueblo y la bala que sale del buraco del armase le clava al costado de la frente y el cuadro queda mal terminado, bicicleta y mochila
A la sombra del muro de la casa vecina donde vive un anciano recetado con odio y campañas de miedo que el político inepto vomitó irresponsable el gatillo en el dedo
Hoy me acuerdo del padre que en la esquina del tiempo me ahuyentó la neblina con un gesto de brujo él, que había embrujado ya con Rada y Mateo a los púberes mudos, a las tibias paredes
De aquel barrio esperando sus tambores de sueño y alumbró con belleza los caminos del hijo de este hijo que un bruto que hoy también está muerto intentó borronear con su bala de enfermo
Un vetusto gagá alimentado con odio que compró mano dura y campaña de miedo con disparo perfecto le dio pase a la muerte a este hermoso colega de la pluma y el muro