PERFIL

El impulso creativo de Fito Páez es admirable. Quienes sigan su obra ya saben de memoria que, al menos desde 2006, cada año habrá un nuevo álbum del rosarino en la vuelta. A eso hay que agregarle su rigurosa agenda de conciertos, esa que quedó reflejada en el libro Diario de viaje, una bitácora sobre sus actividades musicales de 2015 que agotaría a cualquiera que intentase replicarla. Sin embargo, lo que sucede con Páez desde la irrupción de la pandemia sorprende hasta al fanático más acérrimo.

Grabó una trilogía de discos titulada Los años salvajes, se lanzó a escribir una autobiografía de 600 páginas y participó del proceso de El amor después del amor, su esperada biopic para Netflix. Además, colaboró con Ruben Rada y Conociendo Rusia, escribió el guion de su primera película (La pasión según las mujeres) y, apenas volvieron los recitales presenciales, retomó las giras de la mano de su clásico formato de piano y voz. Todo un triunfo para estos tiempos desestimulantes.

El punto de partida de una de las etapas más prolíficas de su carrera —la anterior fue en 2013, cuando lanzó tres discos y La puta diabla, su primera novela— coincide con el inicio de la cuarentena obligatorio en Argentina, o sea, el 20 de marzo de 2020. Aquella noche de viernes, cuando en Uruguay apenas había pasado una semana de la irrupción del coronavirus, Páez ofreció desde su casa un esperanzador show en streaming de piano y voz. Lo vieron 200 mil personas a través de redes sociales e incluso se transmitió por Canal 4. Fue el respiro necesario en una de las etapas más oscuras de la pandemia, esa que aún duele recordar.

“O me ponía a escribir, o terminaba en la cárcel o el manicomio”, admitió en una entrevista para Associated Press. En otra, pero con elDiarioAr, reveló que “bebió como un cosaco” hasta que se convenció de que el encierro en Argentina apenas comenzaba. Entonces, y como hizo en los momentos más difíciles de su vida —como el asesinato de su abuela y su tía abuela en 1986—, el rosarino encontró la salvación en el arte.

Primero fue el guion de La pasión según las mujeres —que espera filmar próximamente—, luego la montaña rusa emocional de escribir su autobiografía y, finalmente, las canciones. Todo empezó con el piano de cola de su casa, ese con el que ofreció su ya mencionado show en streaming. En dos semanas compuso todas las letras de Los años salvajes, el álbum que lanzó en noviembre y que definió como “urgente”. “Fue compuesto en ese extraño y tan delirante período de la vida de todos en todo el mundo. Tiene el pulso y la respiración de esos momentos”.

Y eso se nota en la explosiva “Vamos a lograrlo”, que recuerda a lo mejor del disco Rock and Roll Revolution (2014). Edificada sobre las serpenteantes líneas de bajo de Guillermo Vadalá y la batería furiosa de Abraham Laboriel Junior —que acompaña a Paul McCartney en sus giras—, donde lanza con rabia frases como: “Hay que hacer fuerza contra tanta estupidez, / La lucidez hoy es una obligación”.

El abordaje que Fito define como “urgente” se percibe en el resto del álbum, que se grabó en vivo en solo tres días. “Caballo de Troya” también presenta un balance de todos los claroscuros de la pandemia. “Si algo aprendimos de este encierro de locos, / Es que la peste la inventamos entre todos”, asegura.

El viernes pasado le llegó el turno a la segunda entrega de esta enriquecedora trilogía pandémica. Se trata de Futurología Arlt, un bellísimo álbum sinfónico que se inspira en la obra del escritor Roberto Arlt y que Páez grabó junto a la Orquesta Sinfónica Nacional Checa.

A diferencia de su predecesor, este álbum doble no nació desde la urgencia, sino desde la espera. Futurología Arlt se empezó a componer en enero de 1996 en una cabaña uruguaya como un encargo para Julio Bocca, que planeaba un espectáculo de danza y música sobre tango, folklore argentino y rock para presentar en el Luna Park. Sin embargo, el proyecto se diluyó y quedó archivado durante casi 25 años. El encierro fue el combustible necesario para retomar uno de sus trabajos más exigentes hasta la fecha. "Este álbum podría ser uno de los mayores delirios de mi carrera", admitió durante una entrevista con EFE.

Inspirado en la novela Los siete locos, que Arlt publicó en 1927, Páez creó una obra monumental que orquestó junto a Ezequiel Silberstein, y que muestra lo bien sabe amalgamar la música clásica con elementos populares. Es una cautivadora travesía musical de 75 minutos.

Y eso no es todo, porque Páez ya anunció que próximamente editará The Golden Light, la última pieza de su trilogía. “Terminando los dos primeros, pensé que faltaba algo, pero no sabía qué y recurrí a la idea de armar una trilogía con un álbum con piano, un disco pequeño, como una pequeña joya, que me dio la sensación de totalidad que podía contar lo que me estaba pasando en este mismo”, reveló el rosarino durante la ya mencionada entrevista con EFE.

Aunque aún no tiene fecha de lanzamiento, será un regreso al formato de Rodolfo, el excelente álbum que publicó en 2007. Habrá que estar atento a las novedades.