Fue alumna de Leonard Bernstein, derribó un "techo de cemento" y dirigirá a una prestigiosa orquesta juvenil

La prestigiosa directora de orquesta, Marin Alsop llega para dirigir a la National Youth Orchestra de Estados Unidos que se presenta en el Auditorio Adela Reta por el Centro Cultural de Música.

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Marin Alsop.
Marin Alsop.
Foto: Nancy Horowitz

Tenía nueve años cuando supo, luego de ver a Leonard Bernstein dirigir un concierto, que quería estar en ese lugar, comandando a los músicos de una orquesta.

Desde entonces Marin Alsop, la neoyorquina hija de dos músicos, no se detuvo. Estudió en la prestigiosa Julliard donde obtuvo su maestría en violín, e integró la Filarmónica y el Ballet de Nueva York antes de fundar el New York String Ensemble y el ensamble femenino de jazz String Fever. Y pese a las interminables negativas que encontró en su camino, se convirtió en la primera mujer en dirigir una orquesta importante de Estados Unidos: la Orquesta Sinfónica de Baltimore.

También ha estado a cargo de la Sinfónica de Radio de Viena y la Sinfónica de San Pablo, y es considerada una de las directoras de orquesta más importantes del mundo. Tan importante que su nombre incluso es mencionado en la película Tár, nominada al Oscar 2023 y que va sobre una directora de orquesta; a Alsop no le gustó el abordaje. De eso, dice a El País, prefiere no hablar.

Marin Alsop.
Marin Alsop.
Foto: Adriane White

El motor de la charla es otro: su primera vez en Uruguay, un país al que siempre quiso venir y al que la une, aunque no recuerde el nombre, su gusto por José Mujica. “Puedo decir que soy admiradora de un anterior presidente que se movía en un Volkswagen y no cobraba su sueldo. Estaba encantada con él”, apunta desde Manhattan.

Atiende la llamada previo al ensayo de la National Youth Orchestra de Estados Unidos para el concierto que realizarán en el Carnegie Hall de Nueva York. Con el mismo programa y los mismos músicos se presentará este jueves 8 en el Auditorio Adela Reta, como uno de los espectáculos de la temporada 2024 del Centro Cultural de Música.

El concierto incluirá la “Sinfonía N°1” de Samuel Barber, “Sherezada” de Nikolay Rimsky-Jórsakov, y “Rhapsody in blue” de George Gershwin, con el pianista Jean-Yves Thibaudet; entradas en Tickantel.

Alsop dice que este tour, con el que además estará en Buenos Aires y San Pablo, es la concreción de un sueño. “Estoy muy feliz de traer a estos talentos a lugares que nunca han conocido. Quiero inspirar para que haya un sentido de esperanza, porque nuestros jóvenes son nuestra esperanza”.

—Fue discípula de su ídolo, Leonard Bernstein, que también dirigió en Uruguay. ¿Qué se aprende al lado de una figura como la de ese director?
—Creo que aprendes que tu responsabilidad como conductor es con el compositor, para traer las ideas que tenía. Ese es el primer trabajo, es la tarea en la que estamos, y es lo que debemos hacer siempre.

—No le fue sencillo convertirse en directora, tuvo que abrir muchas puertas sola...
—Sí, ridículo. Pero en ese momento era joven. Tal vez sea diferente hoy en día, espero que sí. Empecé en el 2002 una asociación para directoras y tenemos 36 mujeres en la asociación, además de 30 más que hacen mentorías. Estamos creando un ejército de conductoras de orquesta mujeres.

—¿Cuándo empezó a sentir que esa meta de ser directora podría ser real?
—Tal vez en los últimos 10 años. Ahora soy capaz de trabajar con las mejores orquestas del mundo, poder dar de vuelta a las próximas generaciones y ayudar a las mujeres en este campo. De algún modo, siento que he llegado siempre intentando hacer que más mujeres desarrollen esta carrera. Siempre hay que seguir intentando.

—¿Es más fácil ahora?
—Sí, es más fácil, pero si miras a las mejores orquestas del mundo, todavía no hay mujeres, así que claramente todavía falta. Igualmente vemos a más mujeres en el podio, pero no les dan la oportunidad de tener los mejores trabajos.

—¿Hay un techo de cristal?
—Es más un techo de concreto, y la verdad que no sé el motivo. Todos me lo preguntan, pero no soy la que lo pone.

—Pero sí fue la primera que lo rompió.
—Sí, pero no tengo idea de por qué hay un techo de concreto, porque no hay ninguna buena razón racional para ello. Hay tantas mujeres talentosas en el mundo… Me parece que son preconceptos. Espero que finalmente tengamos una mujer presidente en Estados Unidos en noviembre, y que podamos tener a más mujeres para dirigir las orquestas más importantes del mundo.

Marin Alsop.
Marin Alsop.
Foto: Nancy Horowitz

—Ha dicho que una de las cosas más importantes para un director es captar el pulso de la sinfonía. ¿Cómo se logra?
—Tienes que prepararte muy bien, tienes que leer mucho, y tienes que entender lo que el compositor estaba pensando para capturar la historia, la narrativa detrás de la pieza. Además de tratar de entender qué es lo que el maestro intentó hacer.

—Hay que seguir aprendiendo, entonces.
—Sí, ese es el objetivo de la vida, ¿no? Puedes quedarte diciendo: “Está bien, soy un gran director, eso es todo”, pero si piensas eso, deberías retirarte.

—Ya ha dirigido importantes orquestas en todo el mundo, creó becas para mujeres, y desarrolló el talento de los jóvenes artistas ¿Cual es su próximo objetivo?
—Es una buena pregunta. Estoy muy comprometida con mis orquestas e intento crear un futuro seguro e interesante para ellos. Hay muchas, muchas cuestiones ahora, con el mundo tan dividido, y creo que la música nos puede unir. Así que me gustaría usar la música para tratar de curarnos, y ser útiles para el mundo. Además estoy trabajando mucho en las becas para asegurarlas durante varias décadas, para que las mujeres tengan una comunidad y un lugar para poder reunir a las conductores mujeres. Esos son mis objetivos.

—¿Son objetivos fáciles?
—Te lo diré cuando lo logre.

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