ENTREVISTA

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Fue parte de Rumbo y de Canciones Para No Dormir La Siesta, grabó jingles para todos los partidos políticos y hace décadas que se dedica a la música por encargo. Hace tiempo que Gonzalo Moreira es una figura de la música uruguaya, pero aún le queda una deuda pendiente: lanzar su carrera solista. 

Parece mentira, pero el hombre que grabó clásicos como “El País de las Maravillas”, “A redoblar”, “Chim Pum Fuera” y “Al fondo de la red” aún no tiene un álbum bajo su nombre. Lo más cercano es El faro del fin del mundo (2004), el disco en vivo que firmó junto a su colega de Rumbo Mauricio Ubal, y donde presentaba algunas de sus composiciones como “Segunda canción a Octavio” y “Es contigo”. Y eso es todo hasta ahora.

Sin embargo, la historia cambiará mañana, cuando a los 67 años publique Resumiendo en plataformas digitales. “No tengo idea de qué va a pasar, pero me gustan todas las canciones, ¿qué querés que te diga?”, le comenta a El País con una de esas carcajadas sonoras que están tan arraigadas a su personalidad como el fraseo casi susurrado con la que suele interpretar sus canciones.

“Este disco es un resumen de mi vida hasta ahora: una mezcla de la influencia de The Beatles con el candombe, la murga y otras cosas más. No sé cómo definirla; es, como dijo el bajista Nacho Mateu en medio de la grabación: ¡una Moreirada!”, dice con una carcajada aún más sonora que la anterior. Está sentado en una de las mesas de LaMayor, el estudio que dirige desde 1989 y donde surgieron jingles para políticos como Luis Lacalle Pou —sí, es uno de los responsables del “Discurso cantado”, aquel extraño pero pegadizo rap electrónico para su campaña de 2014—, Pedro Bordaberry, Tabaré Vázquez y Daniel Martínez.

Al momento de recibir a El País, estaba trabajando en la música de ¿Quién es la máscara?, una de las mayores apuestas de La Tele para 2022.“No te puedo adelantar nada, pero ya te vas a enterar. El programa es increíble”, promete. Y, si bien tiene un largo trabajo por delante con el formato creado en Corea del Sur, eso no quiere decir que Resumiendo vaya a quedar en segundo plano. Moreira tiene dos grandes planes en la vuelta: presentarlo en la sala Hugo Balzo el próximo miércoles y publicarlo en vinilo a través de Ayuí Discos.

Antes del show que inaugurará su carrera solista y donde estará acompañado por músicos como Guzmán Mendaro, Nacho Mateu y sus cinco hijos, Moreira dialogó con El País.

—¿Cómo surge la decisión de encarar tu carrera solista?

—Es algo que tenía pendiente desde hace mucho, mucho, mucho tiempo, pero el objetivo empezó a verse más posible cuando hice con mis hijos el video de “El País de las Maravillas” al comienzo de la pandemia. Fue un bombazo y gracias a eso me di cuenta de que no podía seguir mirando pa’ arriba y haciendo de cuenta que no pasaba nada. Tenía que grabar un disco con varias canciones que son parte de mi vida y que quizás no había hecho antes por un poquito de inseguridad o porque me encanta trabajar en equipo.

—¿Cómo recordás el proceso para animarte a pasar al frente y que no te ganara esa inseguridad?

—Fue muy movilizador porque las canciones del disco son una especie de resumen de mi vida hasta ahora. De ahí el nombre, y tiene mucho que ver con las personas que participan. Por ejemplo, Raúl Castro y Claudio Invernizzi compusieron canciones y tienen que ver mucho con mis principios en la publicidad: “El Flaco” Castro fue el primero que me llamó para hacer un jingle y “El Flaco” Invernizzi fue el que me dio una mano para componer y meter crítica en ese momento, porque lo que hacía se parecía mucho a Rumbo y a Canciones Para No Dormir La Siesta. Costó mucho sacarse esa identidad porque este es un oficio bastante diferente y no es fácil. Pero la necesidad de transmitir lo que tengo fue más fuerte y a los 67 llegó el momento de hacer mi disco.

—Ya que mencionaste la publicidad, ¿cómo evaluás el cambio entre lo que representaba Rumbo y Canciones Para No Dormir La Siesta con lo que significa trabajar en el terreno de los jingles? ¿Te enfrentaste a algún cuestionamiento interno?

—No, fue absolutamente natural para mí. El tema es que nosotros no sentíamos una cosa de resistencia; no teníamos un fusil ni nada. Para mí, eso de la resistencia no va con la música. Es posible que exista alguien que diga: “Ah, miralo a este, ahora se dedica a hacer plata”, pero la verdad es que no me importa. Yo soy un profesional, laburo con todo el mundo y está todo bien.

—Por eso grabaste jingles para todos los partidos políticos.

—Lo que pasa es que yo no lo veo como causas, para mí son clientes. Nadie sabe a quién voto y nadie me lo pregunta porque no corresponde. Es un trabajo profesional que se hace con toda la seriedad del mundo y con la información absolutamente cuidada. La gente confía en nosotros y así seguiremos. Respecto a lo de los jingles, últimamente lo que se pide es que sean más que nada canciones políticas. A esta altura ya las miro muy de arriba y puedo entender Y ver qué necesita cada uno.

—Comentaste que tu etapa en el Canto Popular no era una “cosa de resistencia”. Al pensar en esos discos, siento que hay una postura de denuncia social, pero abordada desde la esperanza. Para abrir la noche, de Rumbo, es un buen ejemplo.

—Sí, lo luminoso está junto con la búsqueda de la alegría. “El País de las Maravillas”, por ejemplo, es un tema que quiero mucho y que tiene un mensaje que me gusta. A pesar de que la letra dice: “Te rodearán las brujas del desencanto” y otras cosas medias bravas, la canción tiene una luz linda y un significado especial. Al final, la tomó la gente porque si fuera por mí y si no me la pidieran, capaz no la tocaría más. Pero cada vez que la canto me da aire, no sé por qué, pero me pasa. En Resumiendo hay una canción que hizo “El Flaco” Castro que se llama “Después de la una” y que tiene una frase que dice: “A la una, después de la una, la intemperie habita adentro”... ¡Es dura! (risas). Sin embargo, detrás de ese mensaje “durelli”, la música es luminosa. Siempre estoy abierto a que algo suceda.

—Mañana se publica el disco en plataformas digitales y el miércoles 27 lo presentás en la sala Hugo Balzo. ¿Qué esperás de esta nueva etapa?

—Del recital espero pasarla bien y disfrutar. Tengo que sacarme los nervios porque si bien tengo mucha experiencia en escenarios, esto es algo nuevo y diferente. Ojalá la gente disfrute también. Vamos a ser 10 músicos en el escenario y Mauricio Ubal va a cantar unas canciones conmigo. Respecto al disco, vamos a ver qué pasa, si gusta o si dicen: “Ah, dejá, ya está viejo” (risas), pero en estos días he ido a radios y televisión y estoy impresionado con el cariño que recibí. Mi objetivo con Resumiendo no es llenarme de plata, sino dejar un primer legado de mi música. Si sale bien, el próximo va a ser Reiniciando (risas).