Hilda Lizarazu no planeaba grabar un disco de homenaje a Charly García. En realidad, iba a dedicar gran parte de 2024 a girar por teatros para celebrar los 20 años de Gabinete de curiosidades, el álbum que inauguró su carrera solista. Sin embargo, el 6 de noviembre de 2023 vivió una experiencia tan significativa que no le quedó otra opción que reorganizar sus proyectos.
Ese día se inauguró la Charly García Corner en Nueva York. Esa esquina, entre las calles Walker St. y Cortlandt Alley, quedó inmortalizada en la historia del rock argentino gracias a la foto que el exlíder de Sui Generis se tomó junto a un graffiti para ilustrar la tapa del inoxidable Clics modernos. Lizarazu, que fue parte de una de las bandas que acompañó a García y además lideró Man Ray, viajó a Estados Unidos para ser parte del festejo.
No solo estuvo en la ceremonia: también ofreció un concierto junto a otros colaboradores históricos de García —como Fernando Samalea y Toño Silva—, y el repertorio incluyó a “No soy un extraño”, “Fanky” y “Ojos de videotape”. Ese show en las calles neoyorkinas fue señal clara: había un camino que seguir. “Esa conmemoración me disparó todo”, le comenta a El País. “Pensé: ‘che, ¿y si me la juego y hago un disco todo así?’ Y bueno, acá estamos. Así salió Hilda canta Charly”.
Lizarazu lo narra con naturalidad porque, precisamente, así fue como vivió el proceso del álbum. Ya había cantado varias de esas canciones en su época dentro de la banda de García —entre 1988 y 1993— y otras fueron parte de su educación musical. Hilda canta Charly es un paseo por la obra del artista de bigote bicolor y melodías imborrables a través de 11 canciones.
Incluye clásicos como “Rasguña las piedras” y “Raros peinados nuevos”, rescata las joyas “La máquina de ser feliz” y “Como mata el viento norte” e incluso cuenta con la voz del homenajeado en la fascinante “La canción del indeciso”.
Lizarazu, que demuestra que está en su mejor momento como intérprete —escuchen la delicadeza con la que canta “Desarma y sangra” y el vigor con el que se lanza a “Bancate ese defecto”—, se acompañó de la producción de Lito Vitale, quien arropó las canciones con preciosos arreglos orquestales que elevan aún más al repertorio. Es un disco imperdible.
Hilda canta Charly se podrá escuchar en vivo el sábado 7 de setiembre, cuando Lizarazu se presente en el Teatro Solís junto a un grupo de 11 músicos. El repertorio estará totalmente dedicado a García, tendrá invitados y más de 20 canciones. Las entradas se venden en Tickantel desde 1800 pesos.
En la previa, va esta entrevista con El País.
—En tu versión de “Raros peinados nuevos” hacés un guiño a tu época en Los Enfermeros, la banda con la que acompañaste a Charly. ¿Cómo recordás tu primer show con él?
—Fue en un cine-teatro de Rosario del que no me acuerdo el nombre. Me pasaron la lista de temas, me los aprendí y recuerdo que cuando subí al escenario me temblaban las piernas y los labios. Tenía muchos nervios, pero luego me fui fogueando con el vivo.
—Fuiste parte de la época en la que él empezaba a salir de gira por Latinoamérica.
—Sí, era 1988 y en ese momento yo estaba grabando el primer disco de Man Ray. Charly estaba saliendo de gira con Parte de la religión ya editado, e iba a ser la primera vez que iba a salir con una gira grande por Sudamérica. Tuve la suerte de ser parte de ese momento de su vida musical junto con su banda, que tenía a Fernando Samalea, el Zorro Quintiero, Carlos García López, Alfi Martins y Fernando Lupano. Fue un regalo que me dio el destino. Cuando fui con Charly a países como Venezuela, Colombia, Bolivia y Chile, era un sueño que se hacía realidad. Pasé de estar en mi casa a quedarme en hoteles de cinco estrellas con choferes que te recibían como si llegara Mick Jagger (se ríe). Los shows eran increíbles y tenían a mucha gente fervorosa por escuchar a Charly en vivo por primera vez.
—¿Alguna vez pensaste en qué vio Charly de vos como para convocarte a su banda?
—(Se toma unos instantes) Yo creo que Charly no tiene una pobre antena (en referencia al estribillo de ‘Chipi-Chipi”); tiene una gran antena que le transmite lo que decir. Es un tipo muy intuitivo y muy inteligente que en ese momento me supo decir: “Sí, quedás en la banda”. Fue un flash y yo me sentía una Cenicienta. Nunca imaginé que esa decisión musical me iba a cambiar tanto la vida. De hecho, se lo dije cuando fui a su casa para escuchar Hilda canta Charly: “Vos me cambiaste la vida, y yo no hubiera sido yo si no hubiera pasado por esa experiencia musical”. Tengo un enorme agradecimiento con él, y no sé si su decisión de elegirme fue consciente o inconsciente; no importan los motivos (Sonríe).
—Visto a la distancia, ¿qué tan importante fue haber dejado Los Enfermeros para concentrarte en Man Ray?
—Yo soy una persona muy intrépida y una mujer muy valiente que escucha su propia voz al momento de tomar una decisión fuerte. Con los años puedo mirar atrás y decir: “Me escuché bien”. Tenía que cerrar el ciclo, aunque, ¿sabés lo que es irte de la banda de Charly García cuando él está ahí arriba? (Se interrumpe) Estaba todo bien, pero yo necesitaba seguir con Man Ray. Era 1993 y el tema “Todo cambia” sonaba en la tele, y yo empezaba a tener más shows. Necesitaba dar un volantazo y justo ahí entró María Gabriela Epumer a la banda de Charly. Fue una decisión fuerte, así como cuando me fui de Man Ray para irme a vivir a Córdoba. Pero no me fui a la capital, estaba en el interior del interior. La gente me preguntaba: “¿Qué venís a hacer acá? ¿No te da miedo de que la gente no se acuerde de vos?”. Yo siempre respondía que lo único que necesitaba era desconectar de todo. Ahora, mirando hacia atrás, me doy cuenta de que esa decisión fue la correcta porque en Córdoba apareció Mía (Folino, su hija). A veces, necesitás reformatear tu disco rígido y empezar sin temor, ¿viste?
-
Charly García anunció la fecha de salida de "La lógica del escorpión", su primer disco en siete años
Premios Gardel 2024: el emotivo discurso de Lali, el mensaje de Charly García y la lista completa de ganadores
Diez discos históricos que cumplen 50 años en 2024, de "Natty Dread" a "461 Ocean Boulevard"