Tiene 29 años y acaba de lanzar su primer disco, pero algo en Ino Guridi hace pensar que tiene varias vidas. Influyen su porte clásico —pelo corto a lo garçon, una elegancia de época, una cita para charlar en el Oro del Rhin—, su forma de mirar la tradición y su obsesiva búsqueda de la identidad, pero también el hecho de que, en la escena musical contemporánea, haya estado tan presente y tan activa.

Se estrenó ante el público antes de cumplir la mayoría de edad, en shows de Diego Rebella y Garo Arakelian en la misma esquina en la que este sábado presentará su primer disco. Hizo coros con Julen y la Gente Sola. Produjo. Y durante un tiempo, entre Santiago de Chile y Montevideo, atendió como Isla Panorama y defendió un electropop con letras en inglés.

Ahora dice: “Fue una etapa muy hermosa, que superó tanto mis expectativas que me tuve que hacer Ino Guridi”.

Las canciones de su primer disco, editado a fines de marzo por Little Butterfly Records; su historial de productora y el peso de un apellido, es lo que llevará este sábado 10 a Bluzz Bar. Presentará Pasará en formato trío y con “invitados de lujo”; abrirá la noche Federico Morosini de Julen y la Gente Sola, y hay entradas a la venta en Redtickets a $ 300.

“Es un disco que tiene tres años de proceso, pero para mí tiene más de 10”, dice a El País la que canta, toca y produce. “Me tomo muy en serio las obras: si fuera escritora me tomaría en serio los libros, si fuera directora de cine me tomaría en serio las películas. Porque estás dando un mensaje, y a mí me interesaba dejar un mensaje copado, positivo, de acompañar a los sentimientos, y hasta que no estuviera de acuerdo a mis estándares no iba a hacer este disco. Entonces Pasará es el disco que busqué desde que tengo interés en la música, en hacer la música. Es el disco que siempre quise hacer”.

Pasará es, así, una conjunción de planetas sonoros y decisiones. Es el candombe y el pop, el sintetizador y la guitarra criolla, la música urbana y la canción de autor. Pero también es aquel día en que, con 23 años, decidió que sus canciones ya no iban a ser en inglés y que era hora de abrazar su lengua. O el momento en el que entendió que si iba a cantar, tenía que dedicarse y estudiar. O cuando se puso reglas y resolvió que para lanzar un disco, todas las canciones tenían que ser tan buenas o más que “Días”, su punta de lanza. Y también es su padre, Renzo Teflón, líder de Los Tontos, músico fallecido en 2018; y es su abuelo, Mauricio Rosencof, poeta y dramaturgo, escritor; y es el hecho de ser la última Guridi. Es esa pregunta que la persigue: ¿cómo es y a qué suena hacer pop en uruguayo?

—¿Y qué respuesta le encontraste a esa pregunta?

—Que es infinito. Hay algo con el ritmo del candombe que me parece infeccioso, contagioso, muy cercano al funky brasileño y que yo, no siendo una gran conocedora, lo tengo adentro: golpeo una mesa y me sale una clave de candombe. Y eso tiene potencial. La respuesta que estoy encontrando es esa: que Uruguay tiene más músicos por metro cuadrado que muchísimas ciudades del mundo. Tenemos una historia musical tan vasta que la mitad del país no la conoce, y la otra mitad son todos músicos. Hay mucha tradición oral, muchas familias que vienen de generaciones de músicos… Es como si fuéramos un secreto que está por descubrirse. Con Uruguay me da esa sensación: tenemos mucha cultura para la población que somos, y el mundo agradecería conocernos.

—En 2017, como Isla Panorama, dijiste en una entrevista para Sábado Show: “Lo que me importa ahora es tener mi propia identidad”. Esa obsesión ha marcado tu camino. ¿Hoy estás donde querías?

—Sí. Me llevó toda la vida. Hay que entender que cuando venís de una familia con una trayectoria tan imponente en la cultura, te guste o no te guste -mi abuelo saca un libro por año y está traducido en no sé cuántos idiomas; es dramaturgo, historiador, político, lo que quieras, y mi padre fue un músico superpopular, una figura con mucho impacto en la vida de las personas-, entonces para mí, queriendo hacer arte, era reimportante no terminar siendo la que hace los covers de Los Tontos o se va a la murga joven. Me parecía importante no tomar esos caminos que ya habían sido transitados, lo que me dejaba con la pregunta de quién soy yo. Y la respuesta se va esclareciendo cada vez más. Encontrar mi voz es parte de un proceso larguísimo, y ahora que estoy ahí siento que nada me puede parar. No le tengo miedo a nada, y me dan ganas de que mi música se escuche un montón. Ojalá que lo logre, que encuentre ese público, porque este disco se lo merece. Se lo merece totalmente.