ENTREVISTA
Este miércoles, la Orquesta Filarmónica de Montevideo presentará el concierto "Sueño marino" en el Teatro Solís, que contará con el pianista Javier Bezzato.
Javier Bezzato está entusiasmado por su regreso a Uruguay. El pianista radicado en Suiza lleva dos décadas viviendo en el exterior —antes pasó por Francia y España— y no brinda un concierto en Montevideo desde 2018. Pero las cosas cambiarán esta noche, cuando se presente en el Teatro Solís junto a la Orquesta Filarmónica de Montevideo para interpretar el popular “Concierto para piano Nº1”, de Franz Liszt.
“Es muy halagador estar de regreso porque me fui de Uruguay hace muchos años, y si bien he venido a visitar a mi familia, hacía tiempo que no me presentaba en Montevideo. En este regresó me encontré con excolegas y compañeros, y ha sido muy emocionante”, le comenta a El País en una pausa entre los ensayos del concierto que, a partir de las 19.30, dirigirá el brasileño Tobias Volkmann.
Bezzato, que en 2015 lanzó el excelente álbum Alone & Together —grabado junto al clarinetista Gervasio Tarragona—, celebra la evolución de la escena sinfónica en Uruguay. “Cuando me fui, la situación era diferente”, asegura. “Había menos posibilidades para la gente joven y el Auditorio Nacional del Sodre, como el Teatro Solís, estaban cerrados. Ahora que ambos están funcionando y que las orquestas están renovadas con gente joven, el panorama cambió”.
Pero hay más. “El mundo se ha globalizado y eso ha favorecido a Uruguay”, destaca. “Antes, cuando me quería contactar con profesores del extranjero tenía que averiguar de alguna manera su teléfono o ingeniártelas para enviarles una carta o un fax”, agrega con una carcajada para referirse a una situación que tiene apenas 20 años pero que suena vetusta para cualquier nativo digital.
Al respecto del concierto de esta noche, para el que aún quedan entradas a la venta en Tickantel, Bezzato destaca la variedad estilística que conforma el repertorio. Es que bajo el título de “Sueño marino”, la Orquesta Filarmónica de Montevideo interpretará la propuesta más versátil de lo que va de esta temporada.
?SUEÑO MARINO
29 de Junio, 19:30hs, Teatro Solís?Dirige: Tobías Volkmann
?Solista: Javier Bezzato (piano)Obras:
HOSOKAWA
Sueños TejidosLISZT
Concierto para piano Nº1VILLA LOBOS
El naufragio de CleónicoDEBUSSY
El mar?Entradas en @Tickantel y teatro. pic.twitter.com/JiL8tp5bkG
— Filarmónica de MVD (@FilarmonicaMVD) June 24, 2022
Además del “Concierto para piano Nº1”, el público podrá escuchar las composiciones “Woven Dreams”, del japonés Toshio Hosokawa; “O Naufrágio de Kleônicos”, del brasileño Heitor Villa-Lobos;, y “La mer”, del francés Claude Debussy. “Es un programa redondo y muy variado, tanto de estilos como de nacionalidades”, celebra.
Además de representar su regreso a Montevideo, lo de esta noche en el Teatro Solís cargará con una energía aún más especial para Bezzato porque será la primera vez que interpretará ese clásico de Liszt junto a una orquesta. “Este es un concierto que quiero mucho porque me encanta Liszt como compositor”.
Tobías Volkmann y Javier Bezzato preparan el Concierto N°1 de Franz Liszt con gran entusiasmo.
¡Aquí podrán conocerlos ver un adelanto del concierto en el @teatrosolis ! pic.twitter.com/qlXsLqqVxc
— Filarmónica de MVD (@FilarmonicaMVD) June 27, 2022
“Creo que siempre fue poco estimado porque él era un gran virtuoso y en sus primeros años le gustaba hacer cosas difíciles que tuvieran impacto en el público”, dice sobre su valoración. Hay que entender que, de niño, estudió con grandes maestros como Antonio Salieri y Carl Czerny. Eso hizo que se convirtiera en un músico muy revolucionario en la parte armónica. Además fue muy generoso apoyando a compositores de las siguientes generaciones, como Richard Wagner y Hector Berlioz”.
Al respecto del “Concierto para piano N°1”, comenta: “Tal vez hay gente que lo encuentra un poco vacío, pero eso depende mucho de la forma en que uno lo toque. En realidad tiene mucha poesía, por eso lo importante es no tocar de forma mecánica, sino estar con la cabeza y el corazón además de los dedos”.
Bezzato ensayó el repertorio en los escuetos espacios libres que le brinda su rol como docente en Suiza. “Tocar y enseñar es difícil porque la carga horaria es enorme; a veces trabajo 60 horas semanales. Pero mientras me dé el cuero voy a seguir”, dice, entre risas. “Es que eso me da mucha energía. Es más, a veces se me va el dolor de cabeza sin tener que tomar aspirina”.