SONIDOS QUE ANDAN EN LA VUELTA
El músico colombiano publicó "JOSE", el álbum más extenso de su carrera, donde ofrece una serie de éxitos y analiza el camino recorrido
No puedo parar, / Si paro me estanco”, rapeaba el colombiano J Balvin en “Blanco”, la canción final de Colores, su ambicioso disco conceptual de 2020. Aquel trabajo, donde cada canción titulada con un color se trasladaba a un videoclip y la florida portada a cargo del japonés Takashi Murakami, confirmó el modo de trabajo de la máxima figura el reggaetón. Cada detalle está mínimamente calculado.
Y lo que José Osorio —su nombre real— ha venido construyendo desde que explotó en las pistas de baile con “Ay vamos”, el hit de 2014 que acumula 1802 millones de reproducciones en YouTube, es uno de fenómenos más interesantes de la música latina de la última década. Al estilo de figuras del rap como Jay-Z y Drake, el colombiano encontró el secreto para mantener su vigencia en cada uno de sus proyectos.
El primero, como menciona en ese verso de “Blanco”, es el movimiento constante. En una época en la que el éxito es más efímero que nunca gracias a la sobreexposición musical que brindan las plataformas digitales, el colombiano sabe que la constancia es el camino del éxito. Giras, entrevistas, posteos en redes sociales, un disco por año y —especialmente— un sencillo cada dos o tres semanas son la base de esta estrella latina que no deja de crecer.
Pero, claro, nada de esto tiene sentido si no hay un buen producto detrás. Y J Balvin forma parte del selecto grupo de artistas que sabe cómo sacar un hit detrás de otro. Tiene canciones con cifras igual de largas que las del número de teléfono de una llamada a distancia —“Mi gente”, acumula 1.130.357.429 reproducciones en Spotify—, lanza al menos una colaboración por mes con los artistas más populares del momento y sabe cómo hacer un estribillo memorable sobre un beat irresistible.
Todas esas características están disponibles en JOSE, el colosal álbum de 24 canciones que publicó el viernes. En su trabajo más extenso hasta la fecha, tienen presencia obligatoria los exitosos encuentros con María Becerra (“Qué más pues?”), Dua Lipa y Bad Bunny (“Un día”), Khalid (“Otra noche sin ti”) y Skrillex (“In Da Getto”), que pasaron por los puestos más altos de la lista de las 50 canciones más escuchadas de Spotify.
Pero eso no es todo. Como si se tratara de un balance, el disco también tiene varios capítulos dedicados al camino recorrido. Todo parte de la pausa obligatoria del confinamiento, haber padecido coronavirus y convertirse en padre. El ejemplo más significativo de su viaje interno es “7 de mayo”, donde repasa sus inicios y habla de los momentos más difíciles de su vida. Aquel chico nacido en un barrio medio de Medellín tuvo que superar un ambiente violento, ataques de ansiedad y un montón de prejuicios para convertirse en un referente de la música latina.
JOSE también incluye “Querido Rio”, dedicada a su hijo recién nacido. “Llegaste pa’ hacerme bien y se me ha notado, / Tú no sabes cuántas cosas me he preguntado, / Te llamé ‘Río’ porque fluyes, / Porque a mi vida le atribuyes”, canta sobre un beat relajado.
En una entrevista con EFE, habló sobre cómo la paternidad lo llevó a cambiar su visión del éxito. “Hoy en día lo veo como la paz interior y el bienestar de mi familia. El resto es extra y ahora lo que más disfruto es la posibilidad que me da de hacer cosas nuevas y expandir la influencia de nuestra cultura latina”, dijo.
Pero la expansión cultural no va solo por la música. En los últimos años, el colombiano ha sabido convertir su nombre en una verdadera marca. Tuvo su propio menú en McDonald’s, sacó su colección de championes Nike y hasta lanzó su propio “skin” en Fortnite. Bajo el slogan “Latino Gang”, el artista crece a pasos agigantados.