Muchos la conocían como "la hija de Rada", pero con 25 años y con un segundo álbum editado, Corazón Diamante (Bizarro, 2015), Julieta Rada ya tiene nombre propio en el ámbito musical.
Sin embargo no reniega de su familia. Sus hermanos, Matías y Lucila, estuvieron presentes en sus dos discos y sus padre cantó en el último tema del nuevo trabajo, "Heloísa", que también fue escrita por él. Además, claro, le brindó consejos.
"Yo soy la hija de Rada y voy a serlo siempre, estoy orgullosa de eso. Capaz trato de diferenciarme musicalmente. Obviamente es mi mayor influencia y siempre estoy ligada a él", cuenta Julieta, la más chica y, tal vez, la más tímida de la familia. "Canto porque me gusta y hago música porque me apasiona, no hago nada por ser la hija de Rada", agrega más tarde.
Además de su padre, quien le inculcó el gusto por la música, tuvo varias influencias a nivel musical, "de las buenas y de las malas". "También es diferente la música que uno escucha a lo que uno hace. No es algo que esté pensando, no quiero que me salga la canción como tal, porque eso ya no tiene validez", sostiene.
Desde Stevie Wonder a Fito Páez e Illya Kuryaki. Y eso se nota en su disco, que es una conjunción de ritmos. Candombe, funk, rock, pop y soul, unidos por la intensa voz de Julieta.
La mayoría de las canciones que componen el disco fueron escritas con su pareja, Nicolás Ibarburu, guitarrista y músico, con quien colaboró también en Afrozen (Bizarro, 2012). Sin embargo, ese primer disco tenía un componente más pop y juvenil.
"Hubo una evolución, eso se nota. También se nota en la pareja, profundizamos más. Uno crece, yo en el disco anterior tenía 21 años, hoy tengo 25, pasaron cosas y evidentemente crecí. Todo eso se refleja en la música, porque es como una expresión de uno en la que sacás todo lo que tenés adentro para afuera", cuenta la cantante.
Esa dinámica de pareja también se trasluce en las letras escritas por ellos, que tienen una gran carga romántica. Un ejemplo: "Y vas con tu paso afro-zen/ haciendo la vida florecer/ qué honor amarte/ corazón diamante", dice la canción que bautiza al nuevo álbum y en la que también canta Nicolás Ibarburu.
En Corazón Diamante hay otra versión además de "Heloísa": "Malísimo", también de papá Rada. Julieta confiesa que le costó mucho elegir qué canción de su padre incluir esta vez en el disco, por lo que finalmente fueron dos: "Tiene millones y me gustan todas, entonces terminé eligiendo esas medio porque sí".
También hay aportes de otros compositores: Gustavo Montemurro ("Densa"), Jaime Roos (la letra de "Claroscuro de San Juan"), Pablo Pinocho Routin ("Ala delta") y Martín Buscaglia ("Ciencia y fantasía").
Es que para sacar lo mejor de esas composiciones, Julieta se rodeó de nombres probados: Hugo Fattoruso, Francisco Fattoruso, Martín Ibarburu, Juan Pablo Di Leone, Gustavo Montemurro, Nacho Mateu y Urbano Moraes.
"Los músicos le pusieron un amor increíble y esos días de grabación que pasamos en el estudio estaba todo el mundo de buen humor y poniéndole todo. Así quedó el disco, muy lindo", dice orgullosa.
Sin embargo, y a pesar del talento que la rodeó, para Julieta el proceso de grabación fue un desafío importante, por la exposición que supone. Es una persona bastante introvertida.
"Fue un proceso muy intenso porque de alguna manera te estás desnudando. A mí me remueve mucho grabar. Cuando canto proyecto todo lo que soy", cuenta y agrega: "Te ponés paranoico, querés dejar la música, después volvés y te das cuenta que no podés dejarla. Estás en esa todo el tiempo, pensando qué hacer de tu vida. Y después te das cuenta de que la música es lo que de verdad te gusta".
No se imagina haciendo otra cosa que no sea música, por más que antes fantaseaba con bailar, aunque después de sufrir una lesión eso quedó descartado.
De todas formas, al verla en vivo y en el videoclip de "Encendida", se nota su gusto por la danza. En su próximo video quiere sacarse las ganas y hacer una coreografía.
La artista, que empezó con menos de 18 años cantando con Urbano Moraes y los Ibarburu en el boliche Fun Fun, y que desde hace años participa del jam semanal de los "Martes on Fire" con Francisco Fattoruso y varios músicos más, confiesa que lo que más le gusta es el vivo. Prefiere cantar y desentenderse del estrés que supone la grabación, de repetir una y otra vez.
"En este disco por suerte pude hacer eso. Cantamos todos juntos con la banda, grabamos y las tomas que canté quedaron. No grabé 500 veces la voz. Eso estuvo buenísimo. En el anterior sí, capaz que canté más tiempo", recuerda.
Julieta está orgullosa de su disco, y a pesar de haberlo escuchado muchísimas veces durante el proceso de grabación, dice que todavía no se cansó de él. Para ella, esa es una buena señal. Ahora, el siguiente paso, es tocar en Buenos Aires, ciudad donde nació y con la que tiene un vínculo muy fuerte.
Fusión de distintos géneros que son unidos por una voz intensa.
En Afrozen Julieta Rada ya había mostrado que tenía talento para el canto y en Corazón Diamante lo confirma. Incluso, se luce aún más. Con canciones más maduras y menos poperas, la menor de la familia logra un disco variado desde el punto de vista rítmico y acabado desde lo musical. Corazón Diamante es una conjunción de varios estilos y géneros, y que pasa por distintos climas.
Desde baladas hasta temas más bailables o rockeros. Acompañada de un equipo que probablemente sea el sueño de muchos músicos locales, Julieta saca a relucir una voz dulce pero a la vez intensa y muestra que no es una improvisada: estudió canto con Carmen Pi y también en Nueva York. La mejor canción del disco es "Densa", un tema con letra y música de Gustavo Montemurro. El tema es un funk pegadizo que tiene un gran trabajo de flautas, guitarras y batería que hacen brillar la letra.
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