ENTREVISTA
Antes de su show del sábado 20 en el Antel Arena, Miguel Cufos, Gerardo Nieto y Yesty Prieto dialogaron con El País sobre el significado de Karibe con K en sus vidas
"Siempre es un gusto reencontrarnos con Karibe con K”, dice Gerardo Nieto desde una de las mesas del bar Montevideo al Sur. Es un mediodía gris de finales de julio y sus compañeros, Miguel Cufos y Yesty Prieto, intercambian chistes sobre lo difícil que es estacionar en el centro montevideano. “A veces pienso qué hubiese pasado si no hubiera estado en Karibe. ¿Tendría este éxito? ¿Llegaría a ser tan popular?”, agrega, pero la pregunta se diluye cuando irrumpe la moza del local.
Karibe con K, el grupo más popular de la música tropical uruguaya, está de regreso y ese siempre es un acontecimiento. La cita, titulada “La última noche”, es el sábado 20 en el Antel Arena y tendrá a Fata Delgado, Marihel Barboza, Rolando Paz y Vanessa Britos como invitados. La novedad es que, en esta ocasión, el público podrá bailar en el campo. “Es la primera vez que una orquesta de este tipo hace un show para el público de pie en el Antel Arena”, aclara Prieto. “Va a estar tremendo”.
Sobre este regreso, con entradas a la venta en Tickantel, los cantantes dialogaron con El País.
—¿Qué les brinda Karibe con K para que aún los motive a reencontrarse todos los años?
Gerardo Nieto (G.R.): La adrenalina de estar con la gente y que nos sigan eligiendo. Para nosotros es un halago. No te olvides que Karibe pasó por varias generaciones y que hoy nos escuchan gurises de 15 o 20 años; eso me emociona porque, al final, mi motor es cantar. El canto me ha salvado de miles de situaciones jodidas y ha sido mi eje en momentos difíciles. La he pasado mal, pero siempre decía: “bueno, pero tengo esto que me hace feliz”. Y no es un tema de ego, aunque es verdad que todo artista lo necesita para su trabajo; es un tema de disfrute. Además, ahora tenemos más conciencia de lo que pasa y eso nos permite disfrutarlo todavía más. Yo disfruto esto de vernos distintos; yo pelado y más gordo, aunque Yesty y Miguel están iguales (risas)...
Miguel Cufos (M.C.): Y más allá de que la gente pueda decir que volvemos por la guita, porque esto es un laburo, nosotros tenemos claro que si no nos hicimos ricos antes, no vamos a ser ricos ahora. Es más que nada un disfrute. Va por ese lado.
Yesty Prieto (Y.P.): Sí, claro. Es como decía Gerardo: en los primeros años de Karibe éramos jóvenes y estábamos más por el público femenino, pero ahora es un disfrute tocar nuestros temas con tremenda banda.
—Cuando Gerardo habló del rol del canto, recordé la letra de “El cantante”, de Héctor Lavoe: “Y canto a la vida, / De risas y penas, / De momentos malos, /Y de cosas buenas”. ¿Se identifican con esas palabras?
G.N : Claro, es algo por ahí. Es que además de ser cantantes, nosotros somos personas de barrio que no tienen muchos berretines. Karibe con K es pueblo y nosotros hemos hecho muchos shows a beneficio y ensayos abiertos por los barrios. Creo que eso fue lo que logró que Karibe sea tan popular entre la gente; eso y además de que venimos de un barrio periférico y somos sencillos. ¡Cerro, Cerro! (risas).
Y.P: En el ‘91 hubo una inundación terrible en Artigas e hicimos una actuación en la Plaza de los Bomberos para juntar ropa y alimentos. De ese tipo de cosas hicimos mil y era una forma de que la gente que no podía pagar una entrada viniera a vernos. Eso siempre fue un gusto.
—Karibe con K catapultó la carrera de los tres, pero, ¿llegaron a sentir el peso de ese legado cuando encararon sus carreras como solistas?
G.N: En lo personal no fue difícil, aunque lo complicado fue adaptarse a la responsabilidad de tener que manejar todo los aspectos de tu carrera como lidiar con los músicos, cumplir horarios y encargarte de las agendas. Nunca llegué a pensar que no iba a tener más trabajo, es que Karibe fue tan grande que no tuvimos que remarla en nuestras carreras solistas...
Y.P: También tuvimos la suerte de que la gente sabía que estábamos en Karibe. Creo que fue Eduardo Ribero (su manager) el de la idea de que nos hiciéramos conocer como cantantes solistas. Por eso, en los discos aparecía nuestro nombre cada vez que cantábamos una canción...
G.N: Y eso fue muy resistido por otras bandas porque nos decían: “Estás haciendo popular al cantante pero después se te va y no sabés qué hacer”...
—Pero, al final, tuvo sentido, ¿no?
Y.P: Sí, porque cada uno pudo tener su trabajo como solista sin descuidar el título inmenso de Karibe con K. Lo que la gente sí desconoce es que nosotros no nos juntamos solo para un Teatro de Verano o un Antel Arena; sino que trabajamos todo el año. No hacemos shows todos los fines de semana porque no sería redituable; sería caer en un pozo...
G.N: No sé si en un pozo, pero cuando tenés demasiada exposición ya no es lo mismo.
Y.P: Por eso trabajamos mucho en el interior. También estuvimos hace poco en un baile grande de Buenos Aires para un show de 2000 personas que estuvo tremendo.
—Ya que pasaron por Argentina y ahora llegan al Antel Arena, ¿sienten que haberle cantado al amor durante tanto tiempo es parte del secreto de que Karibe siga vigente?
G.N: Sí, estoy convencido de que es eso. Hay situaciones de la naturaleza humana como el amor y el desamor que no se terminan nunca: todos tenemos un amor que algún día se termina y necesitamos de una canción que nos acompañe.
M.C: Sí, yo siento lo mismo. Es así.
—Volvamos al rol del canto en sus vidas: Miguel y Yesty, ¿qué les brinda la música como para seguir dedicándose a esto?
M.C: Es algo que ya tengo incorporado. A ver, ¿cuántos jugadores siguen con el fútbol por más de que no les guste? Algunos ya lo hacen por laburo, pero no es nuestro caso. Uno se levanta y va al baño mientras canta o tararea mientras está en la casa. Es tan natural como caminar...
Y.P: A mí me encanta. Es más, a veces estoy cantando en mi casa y me gritan: “Ta, callate” (risas). Yo tuve la suerte de dedicarme a esto y siento que si me muriera y pudiera reencarnar en algo estoy seguro de que volvería a estar en Karibe con K...
G.N: (Interrumpe) ¡Qué lindas palabras! Me emocionó (se señala los ojos)...
Y.P: Daaaleee (se ríe)...
G.N: En serio, te digo: “Si me muero y voy a reencarnar quiero ser con Karibe con K”. Bo, Rodrigo, anotá esa frase para sacarla en el diario (risas).
Y.P: Es que sí, y lo digo por el cariño de la gente. Andar por la calle y sentirte querido es increíble.