Karol G, la estrella colombiana del pop mundial, escribió 60 canciones, quizá más,para su nuevo álbum, Mañana será bonito; después de un tiempo, las redujo a 17.

Las primeras, recuerda en una videollamada desde Medellín, estaban llenas de “rabia, tristeza, tusa y relaciones tóxicas”. Reflejaban las secuelas de su ruptura con el rapero Anuel AA en 2021, tras el fin de un romance que habían hecho público con el dueto “Secreto”, que desde que salió en 2019 ha sido reproducido más de mil millones de veces en las plataformas digitales.

Para su nuevo disco escribió sobre sentirse traicionada, sobre tentaciones y dudas, sobre salir de fiesta para superar el dolor y sobre sexo sin compromiso con un ex. Pero al final se encontró a sí misma componiendo canciones de amor cauteloso. Pero, pocas semanas antes del lanzamiento del álbum —que salió el viernes— se preguntaba si había sido demasiado sincera.

“Estoy siendo muy abierta con este álbum, y eso me asusta un poco, porque no soy una persona perfecta”, dice Karol G, cuyo nombre es Carolina Giraldo Navarro. “El disco es más Carolina que Karol G”, asegura. “Habla de cosas personales que tenía dentro. La gente va a saber mucho de mi vida personal con mis canciones. Pero ya no quiero tener a esas canciones dentro de mí, porque sé que la gente puede sanar muchas cosas con la música. Para mí, escribir canciones es una muy buena manera de curar cosas que no puedo explicar”.

Al respecto de Mañana será bonito dice: “El concepto de este álbum soy yo misma. No quería que la gente pensara que era muy simple o normal. Pero entonces publicamos el anuncio de mi álbum, y ya hay más de 80 millones de visitas en Instagram. Ahora estoy estresada porque creo que las expectativas son muy altas”.

Es que se espera que el disco replique el éxito de KG0516, de 2021. Ese álbum incluía a “Tusa”, su colaboración multimillonaria con Nicki Minaj, y a “Bichota”, una término que G acuñó transformando la palabra “bichote” —en el argot puertorriqueño refiere a capo de la droga— en un sustantivo femenino para, como ella dice, hablar de ser una “jefa perra”, una mujer sexy y poderosa.

“Bichota se convirtió en un movimiento”, dice ahora. “Las bichotas no lloran, trabajan para sí mismas; son grandes, son fuertes y pueden hacerlo todo. Todos pueden tener buenas canciones, todos pueden tener un momento. Pero tener un movimiento, es una cosa diferente de hallar. Y creo que es algo que no encuentras si lo estás buscando”.

Es verdad que la clave de su éxito es el ritmo cadencioso del reggaetón, pero sus canciones sustituyen los habituales rapeos del género por atractivas melodías pop, interpretadas con su voz clara y burlona. En lugar del machismo, apuesta por una feminidad alegre y francamente positiva desde el punto de vista sexual.

Karol G creció rodeada de música. Su padre —quien fue su protector y mánager en los comienzos de su carrera— cantaba con una banda y traía a casa todo tipo de música: “Rock and roll, salsa, baladas, reggaetón, vallenatos, de todo”. Desde muy pequeña supo que quería cantar, y cuando era adolescente se presentó sin éxito a la edición colombiana de The X Factor, pero poco después firmó un contrato discográfico con la discográfica puertorriqueña Diamond Music, del que su padre la rescató dos años más tarde.

En 2012, se había desanimado tanto que decidió abandonar la música y estudiar mercadotecnia en Nueva York. “Mi padre dejó de hablarme durante tres meses”, recuerda. “Me decía: ‘No, no puedes hacer eso. Estás tirando por la borda siete años de trabajo arduo. Sé quién eres. Sé que podemos conseguirlo. Es difícil, pero cuando lo logremos, será más grande que lo demás’”.

Cuando viajaba en autobús por Nueva York, le llamó la atención un anuncio de una conferencia sobre la industria de la música en Boston. De manera impulsiva, asistió, y esa experiencia fue un punto de inflexión. “Sé que amo la música y que hago esto por pasión”, dice. “Pero lo que me enseñaron en esa conferencia fue cómo la música puede ser un gran negocio, y cómo se puede trabajar así”.

Regresó a Colombia, se matriculó para estudiar música en la Universidad de Antioquia, lanzó canciones de manera independiente, se presentó en cada oportunidad que tuvo, y terminó por tener duetos con estrellas establecidas del reggaetón como Nicky Jam. Su álbum debut de 2017, Unstoppable, incluía duetos con Bad Bunny y Quavo y le valió un premio Grammy Latino en 2018 como mejor artista revelación. Su popularidad no ha hecho más que crecer desde entonces, avivada por canciones lujuriosas como “Mi cama” y “Punto G”. En Latinoamérica, es la artista principal en conciertos de estadios.

Ahora, en Mañana será bonito, Karol G trabajó con Finneas (hermano y colaborador de Billie Eilish), el cantante de dancehall jamaicano Sean Paul, el cantante de bachata nacido en el Bronx Romeo Santos, el dembowsero dominicano Angel Dior y su precursora como superestrella colombiana, Shakira.

Con ella grabó “TGQ”, que se publicó el viernes y en sus primeras 24 horas generó más de 25 millones de reproducciones solo en YouTube. Hacía tiempo que Karol G deseaba colaborar con Shakira. Se habían enviado canciones en los últimos años, pero ninguna le había parecido la adecuada. Ahora que la artista de Barranquilla canta sobre su ruptura —su canción con Bizarrap es una de las más exitosas de 2023—, Karol G pensó que podrían compartir otra canción en la que ella estaba “soltando mucha rabia”.

Apenas Shakira escuchó a “TQG” (“Te quedó grande”), le dijo: “Dios mío, gracias. Esa letra es exactamente como me siento ahora’”. Completaron la canción, y el resultado es una balada con tintes de reggaetón que bulle de solidaridad entre mujeres.

En Mañana será bonito también hay espacio para canciones que llaman a la esperanza a la vez que deambula entre aventuras, excesos despreocupados y enamoramientos cautos. En “Cairo”, por ejemplo, se reprende a sí misma porque la aventura de una noche que planeó desembocó en un afecto real: “No estoy enamorada, pero casi lo estoy”, canta. “¡Eso pasó de verdad!”, dice ahora. “Yo no quería enamorarme de nuevo, pero la vida me acaba de traer a alguien y me siento feliz de nuevo”.

“Eso fue algo nuevo que aprendí con este álbum”, agrega. “Iba a estar muy brava por el amor. Y al final del disco, vuelvo a sentirlo. Antes lo odiaba y ahora lo vuelvo a amar. Así que vamos a estar abiertos a eso”.

Jon Pareles / The New York Times