La historia de "Cimarrón": cómo un hombre de la calle le "regaló" a Jorge Nasser la última canción de Níquel

Jorge Nasser narra la historia de "Cimarrón", la canción de Níquel que nació luego de que un hombre en situación de calle le "regalara" una melodía y dos frases.

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Jorge Nasser junto a Alejandro Núñez.
Foto: Captura de Twitter @jorgenasser.

Nació de un encuentro fortuito, se transformó en canción y se convirtió en una de las historias más comentadas de los últimos días. “Cimarrón”, de Paz y Swing, el primer disco de Níquel en 23 años, se gestó en la esquina de San Salvador y Gaboto durante un intercambio casual entre Jorge Nasser y Alejandro Núñez, un hombre en situación de calle que le obsequió una melodía y algunas frases.

“Pasó hace dos años y de una manera absolutamente casual”, le cuenta el cantante a El País. “Yo venía de caminar por la rambla junto a Pablo Gómez (tecladista de Níquel), y mientras volvía a mi casa me encontré con Alejandro”. Vestía botas altas criollas, una camisa blanca, bombacha negra y un sombrero de ala ancha, y empujaba un carrito de supermercado en el que cargaba a un perro negro y algunas pertenencias. Su imagen le llamó la atención.

“Cuando me divisó, empezó a hablarme de lejos y me di cuenta de que era una persona en situación de calle. Ahí, Pablo medio que me despidió porque era una situación que tenía que atender yo”, recuerda. “Transcurrió una charla suave, protocolar y me cantó unos pedazos de mis canciones. Le pregunté por qué tenía al perro subido al carrito del supermercado, y me contó que había tenido unos cimarrones pero habían muerto hace poco, y que había adoptado a ese perro que ahora estaba cuidando”.

Le dijo, además, que había nacido en Belén, un pueblo de Salto de poco más de 2000 habitantes; y cuando Nasser estaba a punto de despedirse, “El Gaucho Power” —así lo llaman algunos vecinos, inspirados en la canción de El Cuarteto de Nos— le hizo una propuesta. “Pará, pará; vení, te voy a regalar una cosa que hice yo, hacé lo que quieras con ella, te la regalo”, le comentó. Luego, empezó a cantar: “Yo no tengo patrón, soy cimarrón, soy cimarrón / Yo no le creo al traidor, soy cimarrón, / Soy cimarrón”.

“Fueron esas dos líneas y esa melodía”, recuerda. “Me sorprendió porque pensé que me iba a cantar algo triste o una milonga, pero me contagió la fuerza de esa frase que se ajustaba al personaje que estaba viendo: un tipo vestido de gaucho, prolijo y que andaba de cimarrón en la calle. Era como un hombre de monte, pero en la ciudad”. Se despidió, siguió su camino y cuando llegó a la esquina repitió la melodía. “Sentí algo”, asegura. “Entonces, me di vuelta y le pregunté el nombre. Nunca me había pasado algo así, y no sabía si la melodía iba a durar hasta que llegara a mi casa o hasta la semana siguiente”.

Pasaron dos semanas y esas líneas todavía resonaban en su mente, así que se propuso llevarlas al siguiente nivel. “Agarré la guitarra y traté de tocarla para fijarla”, narra. “La fijé a mi forma porque sentí que venía por el lado del rock, como algo de La Vela Puerca o de ‘Jumpin’ Jack Flash’, de los Stones”.

Con el correr de los días “Cimarrón” empezó a tomar forma. “Generé algunos versos en la misma onda de las rimas y la melodía que me había dado Alejandro, pero no fue fácil”, admite. “El estribillo fue la descripción del personaje en primera persona: ‘Un carro de supermercado es todo mi hogar, / Y un perro negro y herido para cuidar’. Es un relato bastante casual de ese encuentro y no había ningún tipo de juzgamiento ni explicaciones sociológicas. En ese instante nos unió la música y no iba a hacer una averiguación de quién era ni qué hacía, poreso hago una descripción de aquel encuentro”.

Por eso, la completó con una evocación presentada el punto de vista de Núñez. “Y si me cruzo en la calle con un cantor, / Le paso mi melodía de corazón”. Al respecto de esa frase, el músico es directo: “Refleja tal cual lo que pasó, y supongo que esa es la magia de la canción”.

Nasser compuso un riff de espíritu stone que “se diferencia absolutamente” de la melodía y, junto al resto de la banda, vistió a “Cimarrón” de un impulso rebelde y repleto de guiños al rock clásico. El pulso firme de la batería de Roberto Rodino se inspira en lo mejor de la personalidad musical de Charlie Watts y Steve Jordan, el teclado de Pablo Gómez tiene referencias al honky tonk que cultivó Johnnie Johnson, el solo de guitarra de Gonzalo De Lizarza es un puente a lo más salvaje de Chuck Berry y Little Richard, y los coros a tres voces provienen de la escuela de The Beatles y The Byrds.

“Como todas las canciones simples, fue una de las más difíciles de mezclar”, dice, entre risas. “Había muchos detallecitos que cuidar. Queríamos que no perdiera la frescura y que no se volviera cabezón”.

“Cimarrón” se publicó en Paz y Swing, el disco que selló la vuelta de Níquel a la escena, y convive con canciones como “Spint”, “Lo que voy a decir”, “Nube” y “Sueños”. Todas funcionan como una declaración de principios y capturan el grito de resistencia de un outsider. “Desde Gargoland en adelante yo tuve siempre esa mirada desde afuera, como si fuera un antisistema pero desde el rock”, define. “A mi modo yo también soy un cimarrón porque no tengo patrón... bah, la música es mi patrón. Pero yo tampoco le creo al traidor ni me subo al camión; suscribo muchas de las cosas que dice la letra”, asegura. “Trato de negarme a jugar el juego todo lo que puedo, porque también soy consciente de que es imposible estar totalmente al margen”.

Paz y Swing se lanzó en diciembre en plataformas digitales, y Níquel estrenó el tema en vivo el 21 de mayo durante su show en La Trastienda. Unos días después, finalmente Nasser se reencontró con Núñez. “Un amigo mío que trabaja en la feria de Tristán Narvaja me mandó un video con el tipo y motivó el encuentro”, relata. Todo quedó registrado en un clip que el músico publicó en sus redes sociales y que captura el momento en que ambos llegan a Agadu para registrar “Cimarrón”.

El video publicado en la cuenta de Twitter de Nasser se viralizó y, en menos de una semana, sobrepasó las 100 mil reproducciones. “Todavía no está el nombre de Alejandro en los créditos porque el registro está en trámite, pero en breves va a aparecer en todos lados”, explica. “Lo importante es que en la parte económica ya está registrado y eso puede ser una suerte de rescate”.

Sin embargo, el músico trata de no sobredimensionar el asunto. “Agradezco la cantidad de mensajes positivos que he recibido pero, en realidad, no es que yo haya tenido un gesto con él, y se lo dije”, aclara. “Lo único que hice fue conmoverme con una melodía que alguien me regaló y que hizo que me picara el bichito de componer una canción”.

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