ENTREVISTA
Antes de presentar "La obra" en la Sala del Museo, Gustavo Cordera habló con El País para narrar la historia de "Un pacto", "La bomba loca", "Mi caramelo" y otros clásicos
"Fui a las canciones que quiere la gente”, dice Gustavo Cordera para definir la idea detrás de La obra, el espectáculo que va a presentar el sábado 5 de diciembre en la Sala del Museo. Acompañado por Lele Perdomo en guitarras, Pepe Oreggioni en bajo y Emiliano Pérez Saavedra en batería, el argentino repasará los clásicos de La Bersuit y de La Caravana Mágica en un show que ya agotó funciones en Medio y Medio y en Magnolio Sala.
“Todas las canciones que elegí representan, de alguna manera, el sentir de la gente”, asegura. “Para elegir el repertorio me fui al momento en que las compuse, para ver qué sentía en ese momento. Lo hago porque en estos meses es necesario el no perder la fuente y recordarme a mí mismo y a los demás de dónde venimos”.
Y, como parte de este viaje interno, Cordera miró hacia atrás junto a El País para narrar la historia de cinco de las canciones que forman parte de La obra (entradas en Abitab), el que también se podrá ver en streaming a través de la plataforma RecitalesApp.
"Mi caramelo"
“Tardó exactamente 20 años para que la tome la gente”, comenta Cordera sobre la canción que compuso en 1982 durante un viaje en tren para visitar a su novia de aquel entonces. “Yo tenía 21 años y me iba desde Constitución a Mármol, que era donde vivía ella, en un tren a diésel. En ese momento se estaban estrenando los trenes eléctricos y me invadió una sensación de nostalgia porque el tren donde había viajado toda mi vida no iba a volver”, relata.
“En ese momento abrí un cuaderno en el tren y me vi a mí mismo con 80 años, mirando en retrospectiva mi vida. Yo no sabía si iba a tener hijos ni qué iba a pasar con mi vida, pero ‘Mi caramelo’ es el resultado de esa proyección imaginaria que se está cumpliendo a pasos agigantados”.
"A 'Mi caramelo' la hacíamos en vivo, pero no estábamos en condiciones de representar ternura", dice el argentino sobre las primeras interpretaciones de la canción. "Estábamos muy enojados y combativos, entonces nos costó mucho. En el año 94 hicimos una serie de conciertos en un lugar que se llamaba Arpegio, donde venía muy poca gente a vernos. Recuerdo que hicimos la canción a guitarra y voz, y Juan (Subirá), cada vez que yo tiraba una estrofa, él era la explicaba desde el punto de vista psicológico, como algo oscuro. Y recuerdo que a la gente no le gustó nada".
"Una chica que se llama Susana Menéndez, que era la fan numero uno de Bersuit, nos dijo que si seguíamos haciendo eso con 'Mi caramelo', las 50 personas que nos veían en vivo no iban a venir más. Ella decía que no podíamos bastardear algo tan lindo y que nos teníamos que permitir sentir la ternura. Y ese fue el click, por lo menos para mí", comenta.
Dos años después, la canción se publicó en 1996 en el disco Don Leopardo, pero recién tuvo éxito en 2002 gracias a la versión en vivo para el álbum De la cabeza con Bersuit Vergarabat. Se transformó en un clásico de sus shows.
"Un pacto"
Fue otra de las canciones que debió esperar para tener éxito. Cordera relata que, originalmente, iba a formar parte de Libertinaje, el álbum de 1998 que los lanzó al estrellato gracias a éxitos como “Sr. Cobranza”, “Murguita del sur” y “Yo tomo”. “Se la presentamos a Gustavo Santaolalla, que era el productor, pero la descartó. Al final no la hicimos, pero cuando una cosa tiene que nacer, es inevitable que suceda”.
Años después la estrenaron en un show en el Club Social La Pedrera (en Rocha )y, en medio de la canción, improvisaron el coro del estribillo que se volvería un clásico. “Salió en el momento y la gente se puso a cantar”, relata. Cuando la incluyeron en De la cabeza se volvió una de sus canciones más queridas, pero la letra parte de una época oscura. “Era el momento más desequilibrado de mi vida”.
“Yo era muy intenso y estaba celoso de mi mejor amigo de ese momento. Eso despertó la canción, porque esos celos hicieron que termine con mi pareja, y a partir de ese desequilibrio le canto. Es una confesión”.
"Madre hay una sola"
Cordera todavía recuerda la fecha exacta en que la compuso: 3 de enero de 2005. "Hacía muy pocos días, un 30 de diciembre a la noche, había ocurrido la tragedia de Cromañón, pero también nos pasó ese día que Bersuit había ganado todas las encuestas nacionales de mejor disco (La argentinidad al palo) y mejor canción. O sea, estaba viviendo el éxito y estaba totalmente devastado, física y mentalmente".
"Entonces me vine a La Paloma con mi compañera y mis hijos. Ellos eran muy chiquitos, y recuerdo que había un pino grande al que todos los días iba una parejita de zorros de agua. Todos los días les contaba una historia de amor entre ambos, e incluso vimos que nacieron sus polluelos. Pero un mediodía vi que dos personas con una motosierra estaban cortando el árbol. Intenté detenerlos, pero no pude porque era la casa del vecino. Con mis hijos vimos cómo caía el nido y sentimos el dolor y el grito de esos pájaros ante la muerte de esos pequeños. No podía expresarme de tanto dolor y tristeza. Entonces escribí 'Madre hay una sola'".
"Se viene"
No solo es uno de los mayores éxitos de La Bersuit, sino que sería adoptada como un himno popular para una de las etapas más difíciles de la historia reciente de Argentina. La canción se editó en 1998, cuando Carlos Menem seguía en la presidencia y la crisis económica estaba a la vuelta de la esquina.
Había nacido en el verano de 1997. “Estábamos en Mar del Plata con Alberto Valenzuela y nos fuimos a la playa a tocar a la gorra. Pasamos por el playón del Hotel Provincial y vimos a Carlos Ruckauf rodeado de guardaespaldas”, dice.
Cordera comenta que el entonces vicepresidente argentino solía dar discursos con una sonrisa falsa. “Cuando se estaba yendo y la gente se le acercaba, y le empezamos a cantar: ‘Se viene el estallido, se viene el estallido’. Apenas nos vio, me miró sin sonreír, y yo le dije: ‘Y si tenés alguna duda, vení, agarrala que está dura’” relata.
"Esa misma noche nos fuimos a tocar a Miramar, en un lugar que se llamaba Piluso. La estrenamos para 50 personas y en ese momento nos dimos cuenta de que era un hit y que iba acompañar al pueblo argentino para echar a patadas a este señor y a los que venían después. Hoy se sigue cantando".
"Soy mi soberano"
“Es una canción que canto desde el alma, a viva voz y con mucha dignidad”. La letra, una de las más autorreferenciales y profundas de su obra, nació afuera de un McDonald’s. “Estaba viviendo en La Paloma, alejado de todo, y cuando mi hija cumplió 15 años me pidió que la llevara a Punta del Este a comer con las amigas”.
“Para mí era inadmisible, pero fui y me quedé afuera con mi cuadernito. En ese momento me dije: ‘¿Qué me define?’ Y empecé a escribir. Una hora y media después, había escrito todo el cuaderno. Es una confesión honesta”.
"Soy mi dolor, soy mi condena; soy el veneno de mis venas, / Soy mi remedio, soy mi cura; la enfermedad es mi cordura", recita Cordera con una sonrisa. "Es una de esas canciones que te liberan", dice. "Lo veo en los comentarios de la gente, que te cuenta sus problemas, sus dolores y sus enfermedades cada vez que escuchan 'Soy mi soberano´".
"La bomba loca"
Al igual que “Un pacto”, su mayor éxito empezó a gestarse en el Club Social La Pedrera. “Estábamos en una tocada a la gorra con Chacho (Píriz) y Pepe (Oreggioni) y una mujer se puso a perrear arriba del gorro. Ese fue el espíritu de la canción”.
“Es muy bella la poesía de la letra, pero como no tenía el contenido político que necesitaba, me daba vergüenza hacerla. Pero me convencieron y al mes ese volvió disco de oro”, dice. Gracias a su éxito, empezó a ser contratado en discotecas. “Para mí era algo nuevo. Siempre tocábamos a las cinco de la mañana, pero como yo no tomaba, me iba a mi casa a dormir, ponía el despertador un rato antes, me tomaba un café con leche y me volvía para cantarle a la gente totalmente borracha”, recuerda.
"Es mi única canción que responde a lo que se llamaría un hit. En todos los lugares de Argentina la pasaban, pero nadie la relacionaba con Bersuit. Era una canción muy famosa, pero que nadie sabía de quién era. Cuando empezaron a darse cuenta, pensaban que era de Bersuit y no mía", dice con una sonrisa. "Era un hit con una particularidad", advierte. "Ninguna radio permite transformar una canción de más de cuatro minutos en hit. Esta dura seis minutos y medio, y aunque la compañía me pedía que la remixara para acortarla, yo dije que no. Sonó igual".
¿Cómo enfrentar el miedo?
Su último lanzamiento fue inspirado por la pandemia del coronavirus. "Es una canción que me atreví a hacer por una necesidad muy grande del pánico que tenía adentro mío", dice. "Estaba en La Paloma y teníamos un pánico enorme porque nos había entrado la información de que nos íbamos a quedar sin oxígeno y, hasta que no llegara la vacuna, nos íbamos a morir todos. Es un discurso único que se repite a viva voz".
"Pero, para mí, el discurso único es una opinión, no un hecho. Yo necesito sol, respirar, alimentarme bien y perder el miedo. Necesito tener mis ojos libres para darme cuenta de lo que está sucediendo y cuál es mi aporte como artista al mundo que estamos viviendo, porque desde la política no hay ningún aporte; todos tienen el mismo discurso. Todavía el arte es un espacio de libertad porque si eso vierto lo que digo en la canción en una opinión me despedazaban. Eso no lo voy a hacer nunca más", dice.
"En este momento no está garantizada la libertad de expresión ni la posibilidad de pensar distinto sin que se ataque personalmente a alguien por cómo piensa. Lo que yo pienso no es tan fácil de despedazar, pero a mí persona sí porque todos somos frágiles y débiles. Lo bueno del arte es que es un espacio de libertad. Por eso, La obra es un espacio de libertad donde yo le brindo a las personas lo mejor y lo más honesto de mí: las canciones".