LANZAMIENTO
Clipper (Josefina Araya) editó su nuevo álbum, con el que trae el hardbass ruso al panorama local. La artista va en ascenso y con camino versátil
La uruguaya Clipper acaba de lanzar Don Padoshon, un disco con el que busca aportar algo diferente a la escena del rap local. Si su último álbum No hay nadie, con el que estuvo nominada a los Premios Graffiti (también lo estuvo con los anteriores, Trapecio y Serendipia), era introspectivo y de corte clásico, este es abstracto y novedoso. El título es la traducción fonética de la frase “Se prende fuego la casa” en ruso, y la intención del álbum es así de apocalíptica, y va tras el concepto de situaciones límite.
“Queríamos un disco movido, de saltar, de liberación y de disfrutar mucho arriba del escenario, y al mismo tiempo, que no tenga un contenido vacío en las letras”, resume Clipper (o sea, Josefina Araya) sobre la idea que persiguió junto al productor y beatmaker Angel BRZ. Por eso, las barras de Don Padoshon son claras en el mensaje pero sin ser explícitas, y dejan un lugar de libre interpretación.
Lo particular del disco es que se basa en el hardbass, un subgénero de la música electrónica, de raíz rusa, que todavía no tiene mayor difusión por aquí (para más referencia, se puede escuchar Russian Village Boys, por ejemplo). Para Clipper, el hardbass está “muy adelantado” y le atrajo esa característica de que “te hablan abiertamente de algo, pero a la vez no te dicen nada”.
En Don Padoshon hay fusión (hay cumbia, tango, clave de candombe, acentos más reggaetoneros y así), pero lo que prima son estos tempos aceleradísimos, extraños. “Lo mostramos antes de que saliera, y la primera reacción fue de sorpresa, de ‘qué es esto, no entiendo’. La segunda escucha ya es: ‘¡opa!’, y la tercera es como: ‘re manija’”, resume Clipper.
Artista en ascenso, Clipper ya fue parte del Antel Fest de Rivera e integraba la comitiva uruguaya para el mercado Primavera Pro del festival Primavera Sound, que se postergó para 2021 por el coronavirus. Inmersa en la escena del freestyle y con ganas y hambre de volver a competir, admite, fue conductora del podcast Punchline para Red Bull Batalla de Gallos, y anfitriona de la clasificatoria local para la competencia mundial de 2019, a la que también fue. Tenía varios shows previstos para los próximos meses, pero todo se frenó.
Este recorrido la muestra como una rapera versátil, tan así que sus comienzos fueron cantando folclore y que el año pasado colaboró con Andy Vila para su tema “Vínculos”, y también grabó con la banda Cuatro Pesos de Propina. “Mi objetivo es que la gente se identifique con mi música”, resume y asegura que todo es “actitud y trabajo. La actitud es todo: es ir, ponerse y hacer, porque vos que hacerte tu puesto”.