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La cantante y actriz muestra su lado más íntimo en "Medio tiempo", donde repasa su show en el Super Bowl, su historia de superación, y donde aparece Ben Affleck.
Hace apenas cuatro días, Jennifer Lopez recogía dos premios en la gala de los MTV Movie & TV, uno a mejor canción por “On My Way”, de la banda sonora de su última película Cásate conmigo, y otro a toda su carrera, y por el que desplegó un discurso que sorprendió a muchos. “Quiero agradecer a las personas que me dieron alegría y a las que me rompieron el corazón. A los que fueron verdaderos y los que me mintieron. Quiero agradecer la forma en que me mentí a mí misma, porque así supe que tenía que crecer. Quiero agradecer a la decepción y al fracaso por enseñarme a ser fuerte. A todas las personas que me dijeron en mi cara o cuando no estaba en la habitación, que no podía hacer esto. Realmente no creo que hubiera podido hacerlo sin ti”, expresó la actriz, entre lágrimas.
Ese sentimiento de haber llegado hasta lo más alto, entrenando, trabajando duro y remando a contracorriente a pesar de las críticas, es lo que se desprende de la casi más de hora y media que dura Medio tiempo (Halftime en el original en inglés), un documental donde la cantante del Bronx, en primera persona, cuenta su trayectoria con los preparativos de la actuación en el Super Bowl 2020, donde se presentó junto a Shakira, como fondo.
“Toda mi vida me la he pasado queriendo que me escuchen, queriendo ser vista y que me tomen en serio, y ahora tengo esta increíble oportunidad de enseñarle al mundo quién soy”, anhela Lopez en los primeros minutos del largometraje sobre su espectáculo en la final de la NFL.
La película, que se estrenó en el Festival de Tribeca el 8 de junio, llegó este martes a Netflix. En ella se intercala una entrevista a Jennifer Lopez, con vídeos caseros, fotos y recuerdos de la infancia e inicios de la artista nacida en el Bronx (Nueva York), con imágenes rodadas entre julio de 2019 y enero de 2021, cuando interpretó “This Land is My Land” durante la toma de posesión de Joe Biden y Kamala Harris en la Casa Blanca.
“La locura es que todo lo que he soñado en mi carrera está pasando a la vez como una avalancha”, confiesa.
La avalancha a la que se refiere la actriz que en 1997 protagonizó su primera película, Selena, estuvo plagada en 2019 de alfombras rojas, rodajes, conciertos y ensayos: el personaje de Ramona en Estafadoras de Wall Street, disponible en Amazon Prime Video, le traería una nominación a los Globos de Oro, 22 años después de haberla recibido por su interpretación de la artista tejana, que al final no ganó.
A esa campaña y carrera de obstáculos que son los premios en Hollywood —a pesar de no conseguir una nominación a los Oscar, un asunto que también se aborda en el documental—, se suman los ensayos para el espectáculo de 14 minutos en el descanso del Super Bowl, además del rodaje de Cásate conmigo, que protagonizó con Maluma y que pasó por cines uruguayos. Todo después de haber soplado las velas de su 50ª aniversario, una ocasión en la que dijo ante cámaras: “Siento que mi vida solo acaba de empezar”.
Jennifer Lopez no es la primera cantante y actriz estadounidense que se atreve a contar su vida y su verdad a través de un documental. Ya lo hicieron Lady Gaga, en 2017 en Gaga: Five Foot Two —título que hace referencia a su altura—, y Taylor Swift en 2020 con Miss Americana. Es una fórmula que, en los dos casos, funcionó para conocer aspectos de la vida de las artistas que eran desconocidos hasta entonces para el gran público.
Si la protagonista de Nace una estrella mostraba su lucha contra el dolor físico crónico que sufre, y Swift confesaba sus desórdenes alimenticios, aquí Lopez ha querido reivindicar su carrera artística como mujer y como latina.
Aquel espectáculo de 14 minutos en el intermedio del Super Bowl no se trató solo de “mover el culo y hacer la danza del vientre”, en palabras de la intérprete. Para la artista, participar en el evento era una oportunidad única para lanzar un mensaje político contra los Estados Unidos de Trump y las políticas migratorias del expresidente, que metía y separaba en jaulas a los niños migrantes de sus familiares en la frontera mexicana.
Esas jaulas, Lopez las utilizaría en el acto final de su espectáculo: desde allí apareció su hija Emme para después cantar “Born in the USA”, el himno de Bruce Springsteen, en el tramo final del intermedio de la final del NFL. “Para mí era muy importante que mi hija les dijera a todas las niñas del mundo que alcen su voz“, añade emocionada la cantante. “Esto no se trata de política, es un asunto de derechos humanos”, sentencia.
A lo largo de 36 años de carrera, la cantante de “Let’s Get Loud” o “Jenny from the Block” ha tenido que luchar contra la imagen de ser tan solo una cara bonita, protagonista de películas románticas y que buscaba un hueco en la música. No es casual que el grueso de la película esté centrado en estas jornadas interminables con su equipo más cercano de entrenadores, coreógrafos, decenas de bailarines que le ayudan a preparar el espectáculo que luego disfrutarían millones de personas. Allí se muestra a una Jennifer Lopez metódica, incansable, perfeccionista y detrás de cada uno de los detalles de su show. Es la disciplina que la ha alzado como la imagen del nuevo paradigma de estética femenina, alguien preocupado por el ejercicio y la alimentación más allá de los 50.
Sin embargo, esta hija de una ama de casa, Guadalupe, y un técnico informático puertorriqueño, David, que llegaron a Nueva York recién casados, ha tenido que enfrentarse a continuas críticas por su físico. Esa es una de las principales denuncias de JLo en Medio tiempo, desde un sketch en la serie de dibujos animados de South Park a comentarios sobre sus caderas o su peso por parte de presentadores como David Letterman.
“Es duro que te tomen como un chiste, que no te tomen en serio. He pensado en dejarlo muchas veces”, confesaría en una entrevista a The Hollywood Reporter que se incluye en el documental.
"Es duro que te tomen como un chiste, que no te tomen en serio. He pensado en dejarlo muchas veces"
La otra crítica que Jennifer Lopez no ha querido dejar escapar en este largometraje ha sido la intromisión de la prensa en su vida amorosa, un aspecto crucial que ha servido para que no se le tomara en serio.
“Una vez le pregunté si no se sentía molesta por lo que decían de ella, y me contestó que esperaba que ocurriera eso, que lo normal es que con él fueran justos y con ella no”, asegura en su única aparición en la película Ben Affleck, su actual pareja y con el que, a comienzos de milenio, J.Lo tuvo una de las relaciones más mediatizadas de todas.
La justicia parece haberle llegado a mitad de su carrera.