LO NUEVO EN DISCOS
Laura Canoura publicó "40 años en vivo", un disco con un de 2019 en el Auditorio Nacional del Sodre. Sobre el lanzamiento, habló con El País.
La noche del 16 de octubre de 2019 fue toda una celebración. Laura Canoura llegó al Auditorio Nacional del Sodre para repasar sus 40 años de canciones, y lo hizo con un recital emotivo y memorable que consistió en el repaso y la revitalización de su obra.
Poco más de un año después de aquella fiesta musical, el recital se convirtió en un disco en vivo. 40 años en vivo, editado por Montevideo Music Group, ya está disponible en disquerías y en plataformas digitales, y es un gran documento de esa noche. "Este es un reflejo de una artista que está viva y que sigue tocando", le dice Canoura a El País.
El álbum abre con “Lugar de mí”, la canción más antigua del repertorio. Canoura la grabó en Sosteniendo la pared (1982), el segundo disco de Rumbo, y para este presentó nuevos arreglos. “Yo sabía que iba a tener una carga emocional muy fuerte”, dice. Para la ocasión, Andrés Bedó compuso una obertura que se encargaba de preparar el clima de la velada de la mano de su piano y de arreglos de cuerda a cargo del Cuarteto Aramis.
A casi cuatro décadas de haber grabado “Lugar de mí” —que define como una de las mejores canciones de amor que le “tocó cantar”—, Canoura le sigue encontrando nuevos significados a la letra compuesta por Mauricio Ubal. Además de tener “una letra increíble, una melodía súperrioplatense y de fácil recordación”, siente que se ha ido transformando en una especie de manifiesto de su actitud frente a la vida.
“Palabra que no sé, / Donde terminaré, / Palabra que no sé, / Ni lo preguntaré”, recita con una voz cálida. “Para mí es un manifiesto, porque si miro desde el comienzo hasta acá, esa es una constante en mí:nunca sé dónde voy a terminar. Yo sigo el camino y el impulso sin mucha premeditación porque confío en cada paso”.
Si se la compara con la grabación original de 1982, esta versión en vivo comprueba su gran crecimiento como intérprete. Basta con escuchar el compromiso con el que canta cada palabra, su uso de los matices —que se completa con las sutiles notas del piano de Bedó, una batería apenas perceptible y los arreglos de cuerda— para comprenderlo. Al terminar, se lleva una ovación.
40 años en vivo continúa con una bellísima versión de “Flash”, uno de los mayores clásicos de Eduardo Darnauchans. Acompañada de arreglos de cuerda, le agrega todavía más emoción a la letra del músico fallecido en 2007. El homenaje al artista se completa con una lectura sumamente íntima de "Como los desconsolados", acompañada por el piano de Bedó, la batería de Pablo Meneses y el contrabajo de Andrés Pigatto.
Más adelante llega “Andenes”, que marca el reencuentro de Las Tres luego de unos cuantos años. El trío que incluía a Estela Magnone y a Flavia Ripa, y que en 1989 grabó un precioso álbum homónimo con versiones y temas propios, se reunió en el escenario del Auditorio Nacional del Sodre para interpretar un himno de la canción femenina uruguaya.
“’Andenes’ es una canción importantísima en la música popular uruguaya”, asegura. “Fue una de las primeras canciones compuestas por una mujer que reivindicaba el momento de dolor, salir, abrir la ventana y decir que no vale la pena ni un minuto más de dolor. Cada vez que la cantábamos, las mujeres la cantaban a viva voz”, agrega.
Y eso queda claro en el estribillo, donde las tres voces se unen para cantarle a la superación de un amor que llegó a su fin. “Y uno tras otro recojo, / Aquellos pedazos de mí, / Que desparramaste, / Con tu repentino partir, / Y día tras día reencuentro, / Un adormecido latir, / Y yo que creía, / Que ya no podría vivir”. Es toda una celebración de un renacimiento emocional y un himno de resistencia que no envejece.
Y si hablamos de clásicos de la canción femenina, “Mujeres como yo” es ineludible. Grabada en el año 2000, se convirtió en uno de los grandes éxitos de Canoura. “No me aburro de cantarla”, asegura. “Es una de esas canciones que uno compone para sí mismo y después se da cuenta que es exactamente idéntico que el resto del planeta. Es como el viejo dicho: ‘Describe tu aldea y describirás el mundo”’.
A lo largo de estos 20 años, la cantante la ha interpretado con diferentes arreglos, pero dice que el que se oye en este álbum es “uno de los más lindos y el que más honra a la canción”. Acompañada por el piano de Bedó, el contrabajo de Pigatto y el rasgueo y los arpegios de la guitarra de Matías Romero, Canoura se mueve con gran soltura por la melodía.
Una de las grandes sorpresas de 40 años en vivo es su versión de “Inexplicable”, junto a Malena Muyala. Grabada a dúo con Jaime Roos en 1991, Canoura la define como una “de las canciones más lindas” de su repertorio. Sin embargo, la cantó muy pocas veces porque la versión original parece ser la definitiva.
Pero para esta celebración sintió que era el momento de retomarla. “Como sabía que no iba a contar con Jaime, porque se está guardando mucho para su regreso, pensé que podía ser lindo cantarlo con una mujer. De esa forma no se iban a establecer comparaciones y la iban a escuchar como una canción nueva. Pensé en Malena e hicimos una versión mágica”, dice.
Junto a Muyala también interpretó “Alfombra roja”, un tango bien humorístico e irónico sobre el momento de ponerle punto final a una relación. “Juntá todos tus trapitos, / Que dejaste pa’ lavar, / Dejame las herramientas,/ Que nunca aprendiste a usar”, cantan en un diálogo hilarante. “Me divertí como loca. Malena genera un personaje y se mueve con una cancha tremenda”, dice.
La lista de invitados se completa con el dúo Larbanois & Carrero, que interpreta una delicada versión de “Oración del remanso” —del rosarino Jorge Fandermole— junto a la protagonista. Sobre el final, todos los músicos se juntan para interpretar “Noche de ronda”, de Agustín Lara. “Esa canción retrata el aire festivo del espectáculo”, dice. “Bailamos e hicimos coros a viva voz como si estuviéramos en un cumpleaños”.
Ahora que el álbum está disponible, Canoura dice: “Me encantaría que a los oyentes les pasara lo mismo que me pasaba a mí cuando escuchaba un disco de Les Luthiers y no había visto el espectáculo. Primero que puedan desentrañar el porqué de los aplausos y las risas, y luego que les vengan ganas de escuchar el espectáculo en vivo”.