Redacción El País
En medio de la conmoción por la reciente muerte del cantante Liam Payne, quien falleció en la tarde del miércoles tras caer de un tercer piso de un hotel de Buenos Aires, se conocieron los primeros resultados de la autopsia realizada al cuerpo del artista fallecido a los 31 años.
Anoche, personal de la Unidad Criminalística Móvil de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires recolectó rastros forenses en la habitación del hotel Casa Sur en el barrio de Palermo, para intentar esclarecer los hechos que derivaron en la trágica muerte del británico.
La policía de Buenos Aires encontró una botella de whisky, un encendedor y un teléfono que podría ser de Payne. El desorden en la habitación era evidente y lo primero que se divisó fue la rotura de la televisión de su cuarto. También se halló un polvo blanco que deberá ser peritado en un laboratorio químico con un reactivo para determinar si es cocaína.
Por otra parte, se hallaron blisters de medicamentos como clonazepam y pastillas energizantes. Otros elementos llamaron la atención de los investigadores, como el papel metálico encontrado en el escritorio y la bañera, así como fragmentos de latas con manchas de quemaduras, posiblemente empleadas para el consumo de estupefacientes.
Según informan medios argentinos, en este momento el cuerpo de Payne se encuentra en la Morgue Judicial de Buenos Aires. Este jueves a la mañana, el Cuerpo Médico Forense le realizó una autopsia al artista para determinar las causas de su muerte.
De esta manera, los forenses determinaron que el cantante falleció por politraumatismos que le causaron hemorragias internas y externas. La principal hipótesis, por lo pronto, es la de un posible suicidio, con un expediente a cargo de la Fiscalía N°16, cuyo titular es Andrés Madrea, con la toma de testimonios a cargo de la prosecretaria María Florencia Lavaggi.
Ahora resta conocer el informe completo de la autopsia, que incluye el análisis de sus vísceras, prendas y otros elementos, para determinar si la presencia de las sustancias que se encontraron en su habitación influyeron en la muerte del artista.
Payne padecía de agorafobia, un trastorno que consiste en un miedo y una ansiedad intensos que aparecen durante la presencia en lugares de donde es difícil escapar o donde no se podría disponer de ayuda.
Ayer, minutos después de la muerte, Alberto Crescenti, titular del SAME (Sistema de Atención Médica de Emergencia), explicó a La Nación que el artista "presentaba lesiones incompatibles con la vida". Crescenti también dijo que la caída, de aproximadamente unos 14 metros, le produjo "lesiones gravísimas". Luego añadió: “El equipo no pudo hacer absolutamente nada. No hubo reanimación porque se constató que había fallecido. Todo el cuerpo presentaba lesiones gravísimas”.
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